En la majestuosa mansión de los Alvarado, conocida por sus impresionantes jardines llenos de flores exóticas y senderos serpenteantes, crece un amor tan hermoso como las plantas que la rodean. Marina, la hija del jardinero, ha pasado toda su vida entre las flores, aprendiendo los secretos de la jardinería junto a su padre. Sin embargo, su corazón late por algo más que el aroma de las rosas: Martín Alvarado, el joven y apuesto dueño de la mansión.A pesar de la diferencia de edades y de clases sociales, Marina no puede evitar soñar con Martín. Cada encuentro fugaz, cada sonrisa compartida, alimenta sus esperanzas y su amor secreto. Martín, por su parte, está inmerso en los negocios familiares, pero poco a poco comienza a notar la presencia de Marina y a valorar la frescura y alegría que ella trae a su vida.
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Capítulo 7 : El Último Intento
El sol apenas despuntaba en el horizonte cuando Marina se preparaba para partir. Alessandro había ofrecido su hogar como refugio para ella y su padre, don Ramón, y ambos estaban listos para dejar atrás la mansión donde habían sufrido tantas humillaciones.
Mientras terminaba de empacar sus pertenencias, Marina escuchó pasos apresurados que se acercaban. Al girarse, vio a Martín entrar en su pequeño cuarto, su rostro reflejando desesperación y remordimiento.
—Marina, por favor, no te vayas así —suplicó Martín, jadeando ligeramente por la prisa. —Necesito hablar contigo.
Marina lo miró, con una mezcla de tristeza y determinación. —Martín, no puedo seguir aquí. La forma en que Isabel me ha tratado... no puedo más. Necesito irme por mi bien y el de mi padre.
Martín dio un paso adelante, extendiendo una mano hacia ella. —Lo sé, he fallado en protegerte. Pero prometo que las cosas cambiarán. Isabel no volverá a hacerte daño. Por favor, dame una oportunidad más.
Antes de que Marina pudiera responder, Isabel apareció en la puerta, su rostro contorsionado por la furia. Caminó rápidamente hacia Marina y, sin previo aviso, le abofeteó el rostro con fuerza.
—¡Eres una adolescente regalada! —gritó Isabel, su voz llena de veneno. —¡Intentando meterte con Martín y ahora con Alessandro! ¿Qué clase de persona crees que eres?
Marina, con una mano en la mejilla, retrocedió unos pasos, aturdida por el golpe y las palabras de Isabel. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, pero se mantuvo firme, mirando a Isabel con desafío.
En ese momento, don Ramón y Alessandro llegaron corriendo a la habitación, habiendo escuchado el alboroto. Don Ramón, con los ojos llenos de preocupación y rabia, se interpuso rápidamente entre Isabel y su hija.
—¡Basta, Isabel! —gritó don Ramón, su voz resonando en la pequeña habitación. —No permitiré que sigas lastimando a mi hija. Esto ha llegado demasiado lejos.
Alessandro, con una expresión de ira contenida, se acercó a Marina y la rodeó con un brazo protector. —Isabel, tu comportamiento es inaceptable. Marina y don Ramón se van conmigo, y no permitiré que sigas abusando de ellos.
Isabel, al ver la determinación en los rostros de don Ramón y Alessandro, retrocedió unos pasos, aún furiosa pero sin palabras. Martín, sintiéndose impotente, se quedó de pie, sin saber cómo intervenir.
Marina miró a su padre y a Alessandro, sintiendo una ola de gratitud y alivio. —Gracias, papá. Gracias, Alessandro. No sé qué haría sin ustedes.
Don Ramón la abrazó con fuerza. —Siempre estaré aquí para ti, hija. Nos vamos a un lugar donde serás respetada y valorada.
Alessandro asintió, dirigiendo una mirada de advertencia a Isabel. —Nos vamos ahora. Y te advierto, Isabel, que no te acerques a Marina o a don Ramón. No toleraré más abusos.
Mientras salían de la habitación, Marina miró a Martín una última vez. —Martín, lo siento, pero esto es lo mejor para nosotros. Espero que algún día entiendas.
Martín asintió, con los ojos llenos de arrepentimiento. —Lo entiendo, Marina. Solo quiero que seas feliz. Perdóname por no haber hecho más.
Con esas palabras, Marina, don Ramón y Alessandro salieron de la mansión, dejando atrás un capítulo doloroso de sus vidas. Aunque el camino por delante no sería fácil, Marina sentía una renovada esperanza y confianza en que, junto a su padre y Alessandro, podrían construir un futuro mejor.
Buon lavoro e complimenti ancora 👏👏👏👏
Por una parte mejor, se ve que ese Martin es un pelele manipulable de su novia tarada