Karina es una chica como cualquier otra y Todos los días se repite a si misma:
todas las personas en el mundo tiene un sueño incluso si es muy difícil siempre tienen éxito.
Todos tenemos problemas pero tenemos que seguir adelante, y tener fe.
A quien quiero engañar el mundo es una porquería las historias de Cenicienta y el príncipe azul nunca son verdaderas.
Pero hay algo en lo que si creo y esto es el trabajo duro siempre tiene recompensas.
Edward James es un actor americano que apesar de tener mucho éxito nunca ha Sido feliz con su fama.
Toda la gente que se acerca a el lo hace solo por interés nadie está a porque de verdad lo quieran, eso es lo que el piensa.
Los caminos de ambos se cruzan cuando el la hace pasar por su prometida frente a su ex novia.
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Quejas sobre su matrimonio.
— ¿Cómo sabes que amo a Scarlet?
— Es obvio, ni siquiera lo disimula. ¿cómo puede llamarse actor.? — Siguió llorando.
— Por favor ya no llores.
— Yo apenas tengo 18 años y ya estoy casada con un hombre que me dobla la edad. — Se lo pedía pero ella parecía no querer entender.
— ¡Si sigues llorando así vas a crear un río en mi casa.! — Me enojé con su actitud y le grité un poco. Pero lloró más fuerte y en sentí mal. — Lo siento. — La abracé.
— No me toque. — Me empujó. — Por su culpa cuándo me case con el hombre que amé yo seré divorciada.
— ¿Te preocupa mucho serlo.?
— Claro que sí. Yo quería que mi primer matrimonio fuera el único. Y gracias a usted no será así. — Siguió reclamando un poco más y luego se quedó dormida. Le quité el tocado, la desmaquille y la envolví con una sábana.
No me atreví a quitarle el vestido porque no quiero que mañana me golpe. Conociendo a está chica creó que es capaz de hacerlo.
La observé por un momento y me dí cuenta de lo inocente que se ve sin maquillaje, parece una niña. Es una niña muy valiente y madura. Se sacrificó por sus hermanos, eso hablá muy bien de ella.
Karina tosió un poco y la ayudé a levantarse para que no se ahogará. Pensé irme a mi habitación pero me preocupaba que volviera a toser. Decidí dormir a su lado por hoy.
Al día siguiente.
Karina.
Desperté y me exalte un poco. Edward estaba acostado a mi lado. Me obseve y al ver muy vestido en mi cuerpo me calmé. No pasó nada que no debía pasar.
Edward también despertó.
— ¿Porque durmió aquí.? — Pregunté algo enojada.
— Un gracias mínimo. — Respondió el con cierta molestia.
— ¿Agradecerle porqué.?
— Por cuidarte para que no te ahogue el vomito.— Sus ojos lucían cansados. Creó que si se desveló cuidándome.
— Lamentó haber tomado tanto. — Me disculpé sinceramente. No era mi intención molestarlo.
— Deberías disculparte conmigo por todo lo que me dijiste anoche.
— ¿Que le dije.?
— Dejaré que lo recuerdes por ti misma. Cuando lo hagas no olvides disculparte conmigo. — Se levantó y antes de cruzar la puerta se giró para verme.
— ¿Ya escogiste universidad?
— Sí.
— ¿Cuál es.?
— Se lo diré una vez que me acepten.
— Bien. — Caminó y pensé que ahora sí se iría pero de nuevo se detuvo y giró. — Ya no me hables formalmente. Sí lo haces las personas se sorprenderán.
— Está bien. — No será nada fácil pero lo intentaré.
Mi teléfono vibró y revisé los mensajes. Era una notificación de que la universidad me rechazó porque ya es mitad de año escolar. Me puse triste. Creó que tendré que esperar al próximo año.
Dejé a un lado mi tristeza y fuí a decirle al señor, digo. A Edward que no voy a estudiar esté año.
...Edward....
Me conmovió un poco verla triste. Decidí ayudarla de nuevo. No quiero que pierda el año. Gracias a mis amistades logré que le dieran una oportunidad para presentar el examen.
Se lo comunique y ella se puso muy feliz.
— Muchas gracias. Ésto es algo que nunca voy a olvidar. — Su tristeza se esfumó. Se nota que está ansiosa por empezar su carrera. — Iré a comprar libros para estudiar.
— El examen es en dos meses.
— ¿Porqué no me dijo antes.? — ¿Porqué sigue hablandome de usted.? — Tengo que ir a una biblioteca de inmediato. — Salió y más tarde regresó con las manos llenas de libros.