Bayolett Anderson era la chica a la que todos esperaban saludar por la mañana en la escuela. Era amable, femenina, inteligente y la mejor en todo, literalmente. Todos la conocían como La Duquesa debido a que su familia era una de las más ricas, y por su actitud. Ella misma planeaba su futuro meticulosamente. A pesar de siempre mostrar una imagen perfecta, solo aquellos que realmente la conocían sabían quién era en realidad. Sin embargo, todo cambió cuando sus padres decidieron
intervenir en su destino. ¿Acaso los matrimonios arreglados aún existen en la actualidad? Al parecer sí. Al ser unos padres ausentes, no fue mucha sorpresa para Bayolett, pero sí mucha indignación. Eros Wild era uno de los más destacados de toda la ciudad. Eros seguía su camino hacia lo que quería, mostrando su
dominio y estableciendo las reglas. Por otro lado, Bayolett revelaba poco a poco su verdadera esencia, la cual mantenía oculta ante los demás y que sería su perdición. Eros sería otra de las victorias.
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Capitulo 6
Levanto levemente el vestido, mientras camino hacia la
Camioneta.
-¡Que hermosura!, ¿esa es mi amiga!? –sonrío y niego con la
Cabeza, al escuchar a Rachel. Abre la puerta trasera y me adentro, la observo.
-Oh, Rach. Siempre supe que eras la razón de mi bisexualidad –ríe y empuja levemente mi hombro. Luce como un ángel con ese vestido blanco, pero a la vez sexy.
-Duquesita! –miro hacia adelante, sonrío levemente hacia
Bruce
-Hola, Bruce.
-¡Demonios!, ¡tengo al diablo y al ángel en mi auto!, soy un dios
-mira hacia adelante y comienza a conducir –Arrugo mis labios y miro a Rach, se encoje de hombros. Es lo que hay.
Me bajo y sonrío, al ver a la cantidad de gente. Es lindo ver todos los colores de los vestidos, y bueno los trajes. Nos acercamos a la escuela, me adelanto un poco. Sonrío
levemente al ver a Daniel, se me borra la sonrisa al ver que no tiene corbata roja.
-Oh, estás exquisita –se acerca y besa mi comisura, miro hacia otro lado –.Y eso, merece una foto –saca su teléfono.
-Creí que traerías corbata roja.
-Lo olvidé, nena –inclina su teléfono hacia arriba –. Sonríe –suspiro y lo hago, saca la foto me coloco seria, mientras parece subirla.
-Vamos? –sonríe hacía a mí
-Si –enreda su brazo al mío y empezamos a caminar. Suspiro –¿Te quedaste dormido?, esperaba que vinieras a buscarme.
-¿ir a esa casa? –lo miro de reojo –. No, gracias –ríe levemente. Niego levemente con la cabeza. Ya quiero irme.
-Hare una fiesta en mi piscina la semana próxima –me mira,
sigo mirando hacia adelante –.Tu y tu cuerpecito vendrán,
¿Verdad?
-Daniel –me detengo y lo miro – estás a medio camino entre
una cucaracha y esa cosa blancuzca que se acumula en los
labios cuando tienes sed –frunce el ceño
-¿Qué?
-Que eres un imbécil asqueroso lo miro de arriba abajo
-Oye –coloca sus manos en mis brazos –tranquila –suspira, se
Acerca –. Necesitas rebajar esa tensión que te pone ese hombre –murmura
Es verdad, tal vez un día deba irme a dar un paseo, despejar un
Poco mi mente. No debo perder la cordura.
-Creo que necesitas que yo te relaje –frunzo el ceño –¿Quieres venir a casa? Ruedo los ojos y lo alejo, empezando a caminar a la escuela.
-¿Qué? –Lo ignoro y sigo caminando.
Esto me pasa por nunca poner límites, en nuestra relación y dejar que se comporte como un imbécil, supongo que siempre tuve la esperanza de qué algún día cambiará, pero me equivoque fui demasiado paciente.
-Duquesa, me encanta su vestido –me mira de arriba abajo
–.Yo compré el mío en Prada –se mira al espejo, observo su
Hermoso vestido verde.
-Estas hermosa, Maggie –me miro al espejo y acomodo mi
Cabello.
-¿Es cierto que el Rey vendrá? –detengo mis movimientos,
suspiro y la miro –. Es decir, bueno los rumores son cada vez
Más. Es claro que es verdad.
-Él no vendrá, Maggi -respondo suavemente. Es claro que no lo hará. Se nota que no soporta a la gente y menos a adolescentes. Además, no demuestra entusiasmo en hacer la relación pública. Eso me confunde.
-Oh, es una lástima. Siempre quise sacarme una foto con él –asiento y tomo mi bolso –. Se debieron atraer mucho la primera vez -vuelvo a suspirar. Se está tomando demasiada confianza. Aunque así siempre fue Maggi, además, sus padres son periodistas y conducen un buen noticiero. Debe estar en los genes.
-Un rumor viejo dice que a pesar de su semblante, muchas
chicas confirmaron que es adicto al sexo -entre abro la boca y
Frunzo el ceño –¿Es verdad?, no te culparía... Pero, ¿qué mierda?
-Maggie –la interrumpo –.Entiendo tu posible pasión por
volverte periodista y tener el pudor de hacer esas preguntas.
Pero, no lo hagas conmigo, mi vida es privada. Asiente varias veces.
-Lo siento, Duquesa –asiento–. Pero, ¿es verdad? –la miro seria.
-Lo siento.
Paso por su lado y salgo del baño.
¿Si es verdad?, no lo sé. Pero no sé cómo alguien puede crear rumores para tener más fama. Aún qué la que habrá dicho eso no está mintiendo. De igual manera no puedo averiguarlo. No creo tampoco qué algún día pase algo entre los dos. Al parecer le gustan más maduras.
No me comparo, con nadie de aspecto parezco más grande, sin mencionar mi altura. Pero de edad aún soy pequeña, me debe ver como una niña inmadura. Llego al gimnasio, me acerco a Rachel en cuanto la veo.
-Ahí estas –toma mi mano –. Ven, quiero ponche –sonrío
Iba a negarme cuando ofrecieron colocar ponche, pero luego
Pensé que seria no seguir la tradición, así que lo permití. Se acerca a la mesa y toma dos vasos.
-Por cierto, la decoración está perfecta, hiciste un gran trabajo
-le sonrío agradecida, es la única que lo notó
-Gracias -digo suavemente, me da el vaso con ponche y tomo
un poco, frunzo el ceño-.¿Quién hizo este ponche?, está fuerte.
-No lo se, le habrán puesto mucha azúcar -la miro, nos
Encogemos de hombros y volvemos a tomar
-Disculpen, señoritas –nos giramos –¿Puedo tomarles una
foto? –es el fotógrafo que contrate Rach se acerca a mí y me abraza de costado, sonrío y hago lo mismo. El flash de la cámara llega, el fotógrafo agradece y luego se retira. Luego la buscaré en la página de la escuela. Toma más del ponche y hago lo mismo. Me mira con los ojos abiertos cuando la música animada suena, jala mi brazo y me arrastra hasta la pista, junto a los demás –Río entre dientes. Seco el sudor de mi cuello y vuelvo a acomodar mi cabello.
-Por Dios! Rachel –se acerca –¡Me sentí en una fiesta! –jadea
Y la miró –¡mañana es la fiesta de Bruce!, ¡tenemos que buscar que ponernos!
Frunzo el ceño al ver su rostro, miro el vaso de ponche y luego a ella
Cojo el vaso y se lo quito, tirándolo al lavabo.
-Oye ¿qué haces?
-Algún inepto puso alcohol en el ponche. Menos mal que solo tome un vaso -frota su frente con una mueca, se apoya en el lavabo –.Quédate aquí, iré por un café. Asiente varias veces y salgo del baño, camino por el largo pasillo y me adentro a la
cafetería, alejándome de la música. Camino hacia la cafetera en la esquina y la pongo a andar, giro mi cabeza hacia un
costado al oír voces. Me acerco hacia la puerta que da a otro pasillo.
-No quiero hacer eso. ¿por qué colocas esto en mí? –frunzo el ceño al escuchar una voz femenina, pero no sé dé quién.
-Porque es tu culpa, recuerdo perfectamente que use preservativo, y tú me dijiste que estabas con la pastilla.
–levanto mis cejas. Cielos, ese es mi profesor de
Historia
-Entonces se rompió, es algo normal, sucede todo el tiempo
-hay unos segundos de silencio–. Adam, no me dejes sola en esto.
-No puedo arriesgarme a que alguien se entere. Y no es mi culpa, es tuya –se escucha unos rápidos pasos, alejándose
Me apoyo en la pared mientras la escucho llorar, muevo levemente mi pie y luego me giro, abriendo la puerta. Me mira rápidamente y limpia su rostro. Es Fiorella, la niña que ingresó por una beca. Siempre fue discreta, tuvo algunos enrolles, pero nada fuera de lo normal. hasta este.
-¿Tú, escuchaste algo? –cierro la puerta y me acerco a ella.
-Lo necesario –murmuro. Se queja y cubre su rostro, apoya su espalda en la pared y se desliza en ella. Miro hacia atrás, asegurándome que no venga nadie. Me acerco a ella y doblo mis rodillas.
-¿Qué voy a hacer?, ni siquiera es mi último año –me mira –. Mis padres si se enteran me echaran de la casa, no tengo dinero, y él no quiere ayudarme.
-Fiorella –estiro mi mano a la suya, me mira –¿Qué es lo que tú quieres?, ¿quieres quedártelo? –murmuro, parpadea suspira entrecortado y mira hacia otro lado.
-Siempre imaginé el momento en tener uno, pero no ahora –cierra los ojos unos segundos –tengo miedo. ¿Acaso soy un monstruo por no quererlo? -me mira de reojo
-No. Eres una mujer –aprieto su mano – Y no necesitas la palabra de nadie, esta es una decisión tuya. Y está perfecta le sonrío levemente, caen más lágrimas de sus ojos
— Pero, ¿qué se supone que haga?, no tengo dinero no...
-Yo te ayudaré –murmuro, interrumpiéndola.
Suspira y asiste luego de unos segundos, sonriendo un poco.
-¿Ya te sientes mejor? –caminamos de vuelta hacia el gimnasio
-Si, el café amargo siempre me despierta. Por cierto, ¿por qué tardaste tanto? -miro como el director sube hacia el escenario
-Ayudé a una chica con su vestido. Miro hacia la mesa de los profesores, clavo mi mirada en la amarga del profesor de
Historia. Lo hago unos segundos más hasta que me mira, aparto la mirada. Siempre intuí que era un enviciado. Miraba a cualquier mujer que se le cruzaba. Fiorella es una chica claramente ingenua, y cayó en sus redes. Tendré que asegurarme que nadie mas lo haga.
-Muy bien, alumnos. Como ultimo acto de la noche, la hora de la coronación. Había olvidado eso. Muevo mi dedo, giro mi cabeza hacia un costado. Suspiro al ver a Fiorella, sentada
Sola en su mesa, con la mirada pensativa. Debe de sentir que es la peor noche de su vida.
-Y el Rey es... -Vuelvo a mirar hacia adelante –¡Daniel Donostia! Que sorpresa. Sigo con mi mirada hacia adelante, mientras Daniel camina hacia el escenario, recibiendo con gusto los halagos de todos. Se sube al escenario, el director acerca la almohada roja, con la gran corona. Daniel acelera los movimientos y se la coloca el mismo, da un grito y todos
aplauden hacia a el, como si de verdad fuera un Rey. Suspiro y me acerco a la mesa.
-Muy bien, cálmese, señor Donosti -me sirvo un vaso del ponche y lo tomo rápidamente, sabiendo lo que viene-. Ahora la Reina. Y ella es... -trago y dejo el vaso- Bayolett Anderson.
Todos aplauden y la luz se gira hacia a mi, camino hacia el escenario y me limito a sonreír. Me subo y camino hacia el director, diviso la corona. Vuelvo a mirar unos segundos
la de Daniel, miro su rostro y me guiña un ojo, lo miro seria.
El director me hace inclinar, la coloca suavemente sobre mi cabeza.
-¿Quiere dar un discurso como todos los años? -murmura, lo miro unos segundos más y luego a todos.
-Sí. –Camino hacia el micrófono y suspiro.
-Bueno, honestamente no hay mucho que decir porque todos sabíamos que esto iba a ser así. Lo mismo de cada año –me encojo de hombros –.Pero últimamente, estoy empezando a notar algunas diferencias. Como por ejemplo, la corona de
Rey, y la de Reina –me quito la corona de la cabeza y la miro –.Desde hace mucho tiempo se dice que no es importante quién la lleve sino como la lleva. Entonces me di cuenta de algo me callo unos segundos –desde que entre aquí, arme
Grupos para ayudar a orfanatos, refugios de animales. Fui presidenta del club de estudiantes dos años seguidos, en los que casi tuve que lamer medias para que arreglen el maldito baño de mujeres.
-Bayolett...
-Solo unos segundos más –interrumpo al director.
-Durante todo esto, y mucho más, tuve a muchas inteligentes mujeres apoyándome. También tuve de chicos, si, pero ellos ayudaban burlándose de nosotras, tirándonos papeles, si teníamos suerte en las practicas no se escabulían
por las duchas y no nos espiaban -algunas se sorprenden, mientras que otras se mantienen aun mirándome –.Entonces, Daniel –me giro hacia el –.Si vas a representar a los hombres subiendo aquí y poniéndote esa corona, deberías
agregarla accesorios de bufón. Me giro de vuelta hacia todos.
-Porque eso es lo que son. Y nosotras, esta noche no seremos representadas como reinitas. Al menos no yo, porque en lo que respecta y en todo lo que hice aquí. Yo me merezco más –me giro y me acerco a Daniel, dejando la corona de reina en las manos del director. Le quito la corona sin que se lo espere y me mira mal. Me vuelvo a acercar al micrófono, algunos ya me miran sorprendidos. La mayoría de las chicas, sonriendo.
-Si hoy tengo que ser coronada, será por ser Rey –me la coloco. Rachel grita y empieza a aplaudir, contagiando a todos los demás. Sonrío levemente y mi mirada sube más, trabo mi sonrisa al ver a Eros, apoyado en una pared y de brazos cruzados, mirándome. Vuelvo a relajar mi sonrisa.
-Nunca seré reina –hablo, aun mirándolo levanta su cabeza, en gesto de desafío. Inclino la mía aún mirándolo, con el mismo
gesto.
Porqué no ha huido de las garras de sus padres?🤔
Porqué no le dice a Eros las verdaderas condiciones en las que ella ha vivido?🤔
Porqué no busca una salida a todo si es inteligente?🤔
Qué emoción 🤓
Pero no sé hasta dónde Eros comprenda a Bayolet 🤔
Sigo con mis conjeturas hay algo más en ese matrimonio arreglado que no termina de convencerme 🤔
Cómo es posible ésto pero no nos engañemos aún en pleno siglo XXI muchas chicas están expuestas a éste trato por parte de quien debería cuidarlas y protegerlas de todo y de todos 😥😥😥