Es Que... Me Gustan Tus Locuras.

Tres meses después y todo seguía igual de bien, winder no fue capas de decirle a Brenda nada, su relación estaba bien y no quería perderla, Milán seguía respetando a Camila, no por qué se lo pidieran sus padres, sino por qué así lo quería él, todo era bien, aunque no para dos enamorados que no daban el paso a confesarse por motivos diferentes, miedo y confusión.

_Oye, ¿dónde vas sola?_

Hablo Matías.

_No es tu problema._

Lucy intentaba subir a su auto, ignorando al chico.

_No nos caemos bien, pero igual no me gustaría que algo malo te pasará._

Lucy se quedó hasta tarde en casa de Camila, aunque le insistió en acompañarla, ella se negó, diciendo que estaría bien, pero Matías llegaba a llevarle unas cosas a su prima, Lucy se acercó con burla a solo centímetros de él, pensando que Matías se alejaría, pero no, se quedó ahí viendo sus labios y sus ojos tan verdes.

_Si te sigues acercando, te besaré._

La chica se retiró o eso, intento, pero fue tomada por Matías, que la pego a su auto, pegándose a su cuerpo.

_Ves que si deseas que te bese, tu cuerpo te delata._

_Más que tú, no creo._

El corazón de Lucy estaba muy acelerado y sentir el cuerpo del chico, la ponía nerviosa, pero no sé dejaba intimidar, se acercaba más a su cara, hasta que ninguno se pudo contener, se besaron hasta quedar sin aire, si el lugar no fuera inapropiado, sus ropas ya no estuvieran, al separarse, Lucy no dejo que dijera nada, se subió a su auto y se fue, tocando sus labios, pero pensando que estaba mal, ya sabía que él, no la quería por sus locuras y jamás dejaría de ser ella, mientras que Matías tenía sus manos puestas en su camioneta, se arrepentía de algo que deseaba, que pedía a gritos, era tan tonto.

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_¿Qué pasa nena?_

Brenda veía como Zuly se quejaba y se doblaba un poco.

_Nada nena, ve donde tu novio._

_No, hasta que no llegue nicolay._

La chica sonrió, cada día eran más protectores con ella y más cuando ya estaba en los ocho meses de embarazo, Zuly aguantaba y veía la hora en su teléfono, así paso casi veinte minutos.

_¿Buenas noches?_

_Que bueno que llegas, Zuly tiene dolor, no quiere decir._

Nicolay se acercó y vio en su teléfono como tenía el cronómetro.

_¿Tienes dolor mi amor?_

_No..._

No termino de hablar cuando sintió algo bajar por sus piernas.

_Oh, no, va a nacer..._

Brenda y nicolay se pusieron muy nerviosos, ambos llamaban a una ambulancia, a Lucy y winder, mientras que Zuly trataba de no ponerse nerviosa, si estaba algo asustada y con mucho dolor, ya minutos después, estaba en la clínica donde la llevaron a quirófano, ninguno sabía las malas intenciones de sus padres, dispuestos a que no naciera vivo ese niño.

_¡Brenda.!_

Lucy aló a la chica y la llevó con winder, los tres entraron a sala de doctores y salieron para esperar la llegada del príncipe.

Aunque las dos sentía rabia por lo que pudo pasar si winder y Lucy no escucharán nada, dos largas horas tuvieron de espera, hasta ver salir una enfermera, avisando que ya madre e hijo estaban en una habitación, junto a nicolay que lloraba al ver a su bebé.

_Es muy..._

_Moreno ojos claros, así terminará siento._

_Se ve rosadito..._

_Por eso digo._

Los tres hablaban como sería ese príncipe, de inmediato entró por la puerta ambos padres de nicolay, con una cara de tristeza, que fueron reemplazadas por una de rabia al ver a Niño llorar, justo ahí Lucy, Brenda y winder se vieron.

_¿Vea a su nieto, señora, está muy bien, sano y salvo, no se alegra?_

Lucy no se quedaría con toda la rabia, ambos al ver al niño, sabían que terminaría siendo la copia de su padre, de su color, aunque con sus ojos tal cual lo deseaba su madre.

_Por supuesto que me alegra._

No muy contentos vieron al pequeño y salieron, seguidos por Brenda y winder.

_No puedo creer que sean capaz de hacer tanto daño..._

_ De qué hablas, niña._

Hablo la mujer con arrogancia.

Flash

_¿Qué haces...?_

Lucy fue alada por Winder mientras le tapaba la boca, ambos escuchaban con esa mujer mandaba a cambiar los niños, querían hacerles creer que el niño había muerto en el parto, por suerte ellos escucharon e hicieron que cambiarán al médico.

Fin del flash

_No tienen prueba._

El hombre habló.

_Por mala suerte no, pero eso no quiere decir que no las busquemos, aléjese de nosotros._

Brenda la señaló mientras la amenaza y se marchó, acompañada de su chico, quien la besaba en la cabeza, para que se calmara un poco.

Ese día fueron muchas las visitas y regalos para el príncipe Nicolás, un niño muy querido por todos.

Días después.

_Matías._

_¿Qué pasa Yira?_

Matías volteó con fastidio.

_¿Se dice que tienes algo con Lucy, es cierto?_

_¿Quién dice eso? Yo no busco nada con nadie..._

_¿Y menos con ella, no eres de esos gustos, cierto?_

La chica besó su mejilla, Matías en ningún momento termino sus palabras, así que para quien había escuchado era suficiente para saber qué él solo la tenía de burla, el chico salió de la biblioteca y minutos después Lucy, ambos llegaron donde estaban sus amigos.

_¿Conseguiste el libro, Lucy?_

_Si, ya me tengo que ir, Nico me espera._

Era solo una excusa para llorar sola, hacer borrón y cuenta nueva, volver hacer esa chica que a todo le encontraba diversión, hacer travesuras le gustaba, por un momento quiso cambiar por él, pero se dio cuenta de que no valía la pena, quien la amara, la amaría por lo que es, tal cual pasó con su hermana.

_¿Lucy estaba en la biblioteca?_

_Sí, por qué?_

Matías no dijo nada y salió corriendo tras ella, seguro pensó mal, sentía que le decía una explicación, ahora entendía la pregunta inesperada de yira, sabía que estaba ahí.

_Lucy._

Ella volteó, estaba a punto de subir a su auto, ya tranquila.

_Escuchaste..._

_Escuche lo que siempre dices de mí y no me molesta, te agradezco mucho que seas sincero, solo te pido que no me moleste más, que sea loca, no quiere decir que sea el juego de los demás._

Abrió la puerta de su auto y se marchó, llorando en todo el camino, lo haría solo esa vez, llego a la mansión y fue directo a ver a su pequeño tesoro, quien le daba la felicidad plena, verlo sonreír y tan indefenso, no sabía nada de la vid aún, del desamor y esas cosas que hacían que tu corazón sufriera mucho.