El Camino De Una Espada

En una sala subterránea permanecía en silencio absoluto, con la única antorcha proyectando sombras ondulantes sobre las paredes.

Mientras que una figura encapuchada observaba a Lyra unos.

—Debo partir a un lugar apartado, hay cosas que tengo que preparar.

—Así que —dijo la figura encapuchada mientras le daba el objeto que tenía en sus manos—Quédate aquí con el rompecabezas.

—Te avisaré cuando todo este listo.

Lyra asintió sin discutir.

La figura se giró y se marchó por un túnel secundario, desvaneciéndose entre la penumbra.

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En otro sitio apartado

Una caverna amplia y solitaria, iluminada por cristales naturales en las paredes.

La figura se detuvo, y sin perder tiempo, sacó de su capucha el verdadero rompecabezas.

El que había dejado con Lyra era una réplica.

Un señuelo.

—Perdón, Lyra —susurró con voz quebrada—Pero hay cosas mayores en juego.

Con movimientos lentos, la figura encapuchada retiró su capa.

Debajo, se reveló una mujer de cabello largo, plateado y rasgos maduros marcados por el tiempo… y la sabiduría.

Entonces se arrodilló en el centro de la caverna, colocó el rompecabezas sobre una losa de piedra, y empezo a mover piezas en el mismo, pero no al azar, habia un patron en sus movimientos.

Los fragmentos giraron, se encajaron… y una luz dorada brotó del objeto.

El rompecabezas se activó.

Una imagen, casi espectral, emergió como un holograma antiguo, hecho de luz.

En la proyección se veían tres figuras:

Una mujer con expresión serena y voz cálida y cabello largo color plateado.

Iguales a la de la encapuchada, pero un poco más joven.

Un hombre fuerte, de aspecto tranquilo, pero algo fornido.

Y una pequeña niña que corría entre ellos.

La mujer habló:

—Mi nombre es Akari y este —señaló al hombre— es Paul, mi esposo.

Y por último ella es…

La niña se acercó, tropezando y riendo.

—¡Acadi y Paol! —dijo la niña, intentando repetir los nombres de los dos.

Paul rió y la alzó en brazos, dándole un beso en la frente.

Akari acarició la cabeza de ambos con ternura.

—Este será el primero de los recuerdos, si lo estás viendo, es porque hoy cumples 15. Así que…

—¡Feliz cumpleaños Liora! —dijeron al mismo tiempo tanto Paul como Akari.

Mientras la niña “Liora” reía.

La imagen se desvaneció lentamente, como humo atrapado en la luz.

figura encapuchada cayó de rodillas.

Sus labios temblaban.

—Acadi… —dijo con algunas lágrimas en la cara —Así me decía cuando aún no sabía hablar…

Pero entonces las lágrimas brotaron sin contención.

—Paul… mi cielo… —Empezó a decir mientras se limpiaba las lágrimas —Se supone que tendríamos que habérselo dado, pero como llegamos a esto.

—Pero lo conseguiré, encontraré a Liora y al menos yo cumpliré mi parte como madre —Comenzó a pararse —¡Por nuestra familia!

《Solo necesito absorver la magia de ese niño Shiro y podré volver a usar magia de nuevo, aunque tal vez él muera en el proceso》.

La luz del rompecabezas aún flotaba frente a Akari, que aún estaba perdida en sus pensamientos dentro de la cámara subterránea.

El eco de la risa de una niña aún rondaba en el aire cuando una nueva imagen surgió, más clara, más reciente.

Akari, al principio, sonrió con dulzura, esperando otro recuerdo de su familia.

Pero lo que apareció… no era lo que esperaba.

Una mujer adulta, de rostro amable, con el cabello revuelto, de pie junto a un hombre de mirada firme.

Entre ellos, un niño pequeño, de cabello negro y ojos grandes.

La mujer miró al frente.

Había nervios en su voz. Una mezcla de tristeza y esperanza.

—Hola…

Si estás viendo esto, probablemente ya eres mayor o tal vez solo encontraste el rompecabezas de casualidad.

No sé si estás solo.

No sé si… alguien sobrevivió conmigo.

Tragó saliva. El hombre la tomó de la mano con delicadeza.

—Todo esta bien cariño—dijo con un tono sereno y una cara tranquilizante.

La chica respiro hondo y siguio —Me llamo Auren y este es Lio mi esposo.

—Y él es… —miró al niño, que estaba entretenido jugando con una hoja seca —Él es Shiro.

El nombre retumbó en la caverna como si el aire mismo se contuviera.

—Quería que tuvieras esto, hijo que cuando seas mayor aunque tu no lo recuerdes, tal vez, estas memorias se guardaran en este rompecabezas.

—Para que puedas verlas las veces que quieras —dijo ahora mucho más tranquila y relajada

El niño miró a la cámara, como si intentara entender qué era, y sonrió sin dientes.

—¡Hodaaa!

La grabación se desvaneció lentamente.

Y Akari de repente cayó al suelo en un llanto roto.

《Esa voz, no puede ser, Liora》.

—Yo… no sabía…

—Liora, no Auren

—Tuviste una familia… una vida… un niño…

Apretó los ojos con fuerza.

—Si tan solo…

—Si tan solo no hubiera investigado esa maldita magia…

—Si, si tan solo podría volver atrás

Pero sus pensamientos se cortaron bruscamente por un eco de pasos que descendían la escalera detrás de ella.

Lyra apareció en la entrada de la caverna.

Su rostro estaba tenso, los labios apretados.

En la mano, sostenía el rompecabezas falso.

—Lo sabía… —dijo, avanzando con firmeza.

—No reaccionaba, no emitía nada… —comentaba Lyra mientras camknaba en dirección a Akari.

—Y tú… tú te lo llevaste el real, ¿cierto? —finalmente concluyó enojada.

Akari se puso de pie con lentitud, pero sus ojos seguían rojos.

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Desde que lo toqué —dijo Lyra, sin titubeos—. No sentí nada.

Y ahora quiero respuestas.

Akari cerró la palma sobre el verdadero rompecabezas, aún cálido.

Su voz, cuando habló, era suave… pero firme.

—Entonces es hora de que escuches más que solo mentiras de una persona horrible como yo.

—Exacto —exclamó Lyra.

—dime, ¿Qué es lo que quieres saber primero?

—¿Quién eres en realidad? —preguntó Lyra sin dudar.

Akari no la miró al principio.

Siguió mirando el rompecabezas, como si en él estuviera aún atrapado su corazón.

—Soy Akari y fui conocida como la mejor maga del Imperio fundador y una de sus mentes más brillantes —dijo un poco desconsolada.

Lyra abrio los ojos sorprendida.

—Eso… no es posible eleIimperio fundador desapareció hace decadas casi siglos, tú no podrías haber estado en esa época —dijo Lyra desconcertada.

Akari asintió lentamente.

—Tienes razón, yo debí haber muerto hace muchísimo —Pero sigo aqui solo por una razón.

Se giró hacia Lyra con la mirada cargada de pasado.

—La magia prohibida —dijo con tono serio.

—¿Magia prohibida? —repitio Lyra aun más confusa.

—No la conozes

Akari se puso la mano en la boca como si no hubiera esperado esa respuesta, pero ahí recordó algo.

—Ya veo el debio mantenerla oculta.

—¿A quién te refieres? ¿Qué es la magia prohibida? —dijo Lyra impaciente y intentando procesar la nueva informació.

—Tranquila, hay mucho tiempo para hablarlo —dijo intentando calmar a Lyra.

Entonces Lyra se arrodillo sentándose junto a Akari.

—Esta bien, pero por favor cuéntame todo lo que sepas —dijo con determinación.

Ahí Akari comenzó a hablar en una escena muda, pero con su mente en otro lado.

《Casi mató a mi propio nieto, soy una persona horrible》.

—Oye Akari ¿Puedes hacer un hechizo antiguo —dijo Lyra con una cara ilusionada.

—¿Eh?

—Un hechizo antiguo, da igual si es pequeño —dijo con aún más ganas.

—Lo siento, pero me es imposible usar cualquier magia por ahora

—¿Qué? y eso por qué —dijo Lyra con una cara entre decepcionada y confusa.

Y mientras que Lyra hacia miles de preguntas de fondo.

《Creo que esto no está tal mal, pero si pudiera preguntar algo también sería, si sigues viva Lior…, no Auren》.