Tana es una joven de 19 años con una vida como a la de cualquier otro, tiene unos padres que la aman y un hermano menor que a veces puede ser molesto, pero a pesar de que a simple vista su familia se ve como cualquier otra, no es así, ella pertenece una especie antigua, con poderes sobrenaturales que están más allá de la compresión humana, pero esto no detiene a las personas que buscan ese poder para ellos.
Un día su hogar es atacado y su familia es capturada, por lo que dependerá de ella salvarlos, pero no lo hará sola, Donovan, un ex militar, se unirá a su cruzada en busca de salvar a su hermanita, quien tras una confusión también es secuestrada.
En su camino, Tana hará más aliados y descubrirá oscuros secretos, no solo de sus perseguidores, sino también de su propia especie.
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Capítulo 4
Debido a que los protagonistas de dicho ritual siempre eran niños, este no demorada demasiado, ya que este siempre se hacía de noche, y los niños pequeños necesitan descansar, así que tras unos treinta minutos de danza y festejos, todos vuelven a sus casas, no sin antes pasar a felicitar personalmente al niño.
- ¿Puede arroparme Tana? – pregunta Kahli a sus padres una vez que entran a la casa.
- Por supuesto – contesta la joven, quien carga a su hermano – buenas noches, ma, buenas noches, pa – les dice Tana a sus padres.
- Buenas noches – les grita el niño, quien les dice adiós con la mano, a pesar de solo irse a su habitación.
Con sumo cuidado, Tana cambia y arropa a su hermano, y después se sienta a un lado de la cama y le acaricia la cabeza.
- ¿Quieres que te cante una canción? – le pregunta Tana a Kahli, ya que el niño, cuando era más pequeño, necesitaba que le cantaran para poder dormir.
- No, ya soy grande – le dice el pequeño.
- Es ese caso, buenas noches, mocoso – le dice Tana mientras besa su frente.
- Tana – la llama su hermano antes de que abandone la habitación.
- ¿Qué pasa?
- ¿Crees que se me otorguen los nueve dones como a ti? – le pregunta el niño.
- No lo sé, pero aun si no lo hicieran, tú ya eres superespecial, eso nunca lo dudes – le dice Tana a su hermano a la vez que regresa y se sienta de nuevo en la cama.
- Pero no tanto como tú – le dice el pequeño.
- Y ¿Qué me hace especial?, si me dices que los nueve dones, me aviento por la ventana, aquello que se te otorga no es lo que te hace especial, lo que te hace especial es lo que eres y lo que haces, y tú eres el niño más valiente que he conocido jamás, también el más amable y alegre, eso es lo que te hace especial – le dice Tana a su hermano.
- Tú eres la mejor hermana del mundo, y eso te hace especial – le dice el niño.
Tras besar la frente del pequeño, Tana abandona su habitación y se dirige a la suya con una sonrisa, y tras ver la felicidad de su hermano en este día, reafirmo su idea de quedarse, no dejará de soñar con lo que hay más allá, pero nunca se aventuraría, su familia era mil veces más valiosa que ese sueño.
🦊🦊🦊
En un abrir y cerrar de ojos pasaron dos meses y medio y llegó la temporada vacacional, algo que como siempre emocionaba a los más pequeños, ya que no tenían que asistir a clases.
El pueblo tenía escuelas hasta el grado de secundaria, para estudiar la preparatoria o alguna carrera universitaria, aquellos que decidían seguir estudiando, optaban por escuelas a distancia, como había sido el caso de Tana, que estudió la preparatoria en esa modalidad.
En esta época era cuando más extranjeros habían en el lugar, por lo que los locales debían de ser más cuidadosos a la hora de usar sus habilidades, y si bien para Tana, la mayoría del tiempo la vida en aquel lugar le parecía monótona, en la temporada vacacional eso cambiaba, y es que aunque no podía usar su magia con tanta libertad, su familia salía a acampar en esta época, era una semana completamente alejados de todos, en la naturaleza y debido a que Tana poseía los nueve dones, su conexión con la naturaleza era mayor que a los demás de su especie, y estar rodeada de ella la hacía sentir increíble.
- Tus padres vinieron a verme para decirme que día se irían, así que por eso no te preocupes, tienes esa semana libre – le dice la señora Rosa a Tana, mientras la joven usa su magia para acomodar las cajas en el almacén, ya que aquí solo el personal puede entrar, y todos ellos son zorros, por lo que no hay peligro.
- Gracias, señora Rosa, le prometo que al regresar trabajaré el doble de duro.
- Sé que será así, por ahora termina aquí, y ya puedes irte.
- A la orden.
Tara termina de hacer lo que su jefa le pide, y sale cuando el sol está ocultándose por el horizonte. En sus manos lleva unas cosas que compro para la acampada, y sin poder evitarlo fija su vista en el bosque cercano y cierra los ojos para sentir el cantar de la naturaleza, está tan concentrada que no nota a la pequeña que va hacia ella, hasta que esta choca con ella, y para evitar que la pequeña caiga, Tana suelta las cosas y toma a la niña del brazo, atrayéndola hacia sí.
- ¿Estás bien pequeña? – le pregunta Tana a la niña mientras se agacha a su altura para verla mejor.
Al ver a la pequeña, Tana puede notar que es una niña muy bonita, de enormes ojos color amarillo y un hermoso cabello largo y rizado, color castaño oscuro, la pequeña frente a ella no debe de tener más de 8 años y es una preciosura.
- Marisol, ¿en dónde estás? – se escucha la voz de un hombre, quien al divisar a la pequeña no duda en ir hasta donde se encuentra, y entre más se acerca puede ver el desastre que de seguro su hermana ha causado, y es que la niña había visto un gato y había corrido tras el, separándose de su hermano.
Ante la voz del hombre, Marisol, que era el nombre de la niña, se separa de Tana y corre hacia su hermano.
- Donovan – grita la niña, quien corre a los brazos de su hermano, haciendo que Tana se fije en el hombre y la joven queda impactada por él, y es que es simplemente el hombre más apuesto que jamás haya visto, de piel morena, cabello negro y unos hipnotizantes ojos violetas, Donovan se había robado el corazón de la joven en solo segundos.
Por su parte Donovan observo a la joven que había ayudado a su hermanita y debía de admitir que era hermosa, sus ojos naranjas hacían juego con las puntas teñidas de su cabello, el cual era color negro con las puntas anaranjadas, era una lástima que fuera tan joven y es que Donovan le calculaba veinte años a lo mucho y con veintiocho prefería no involucrase con mujeres más jóvenes que él, sobre todo si la diferencia era tanta, además de que no estaba solo, este viaje lo había hecho con su hermanita, y conseguir compañía femenina no estaba entre sus planes.
- Me podrías explicar ¿Qué paso? – le pregunta Donovan a Marisol mientras observa los objetos tirados en el suelo.
La voz de Donovan, fuerte y varonil, es lo que saca a Tana de su ensoñación, y la chica se sonroja debido a su actitud, y es que se le quedó viendo fijamente al hombre frente a ella por un tiempo considerable e irremediablemente se siente avergonzada.
- No es nada, ambas estábamos distraídas, así que es culpa de ambas, no solo de la pequeña – dice Tana, quien para evitar ver a Donovan a la cara, comienza a recoger sus cosas.
Marisol, inmediatamente, comienza a ayudarla, mientras se disculpa por haber chocado con ella.
- No tienes que disculparte, como dije, yo también iba distraída – le dice Tana, quien se pone nerviosa al ver que Donovan también se agacha para ayudar a recoger las cosas que se cayeron.
- Aun así, te pagaré si algo se rompió – le dice Donovan.
- Son cosas para acampar, dudo que algo se haya roto – le dice Tana, quien evita su mirada, algo que se le hace tierno a Donovan.
Una vez terminan de recoger las cosas, Tana se despide rápidamente y se va de allí lo más rápido que es humanamente posible, y al llegar a su casa, agradece que ni sus padres ni su hermano estén y deja las compras en la mesa y sube a su habitación, donde se cubre la cara con una almohada, muerta de vergüenza por su actuación frente a Donovan.
- Donovan, qué hermoso nombre – dice la joven en voz alta y al pronunciarlo una sonrisa se asoma en su rostro.