La Venganza Del Conejo De La Luna

Los días pasan como simples cadáveres asesinados por las horas, llevando mi cuerpo cada vez más a un estado de cansancio, siento que tal vez no estoy haciendo lo suficiente para mantenerme en pie, la cordura es algo muy fácil de perder, en especial en esta sociedad tan dura que solo sabe empujar cada vez más hacia esa etapa, mientras mi cuerpo sede y envejece con el frío paso del tiempo que solo sabe causar estragos en todo lo que alguna vez valió algo para mí. Casada con un hombre que ya no me ama, los primeros años de matrimonio fueron lindos, pero luego un sin fin de problemas cayeron sobre esa felicidad que simplemente fue pasajera, como un suspiro frente a una gran tormenta. Recuerdo claramente el día en que nos enteramos de que no podíamos crear una familia con hijos, vi su rostro y en ese momento creo haberlo notado, únicamente que no le tome la debida importancia, el amor y el cariño de él se esfumaba de la mirada que siempre fue dedicada a mí. Como mujer, me sentía sin valor, y luego también sin apoyo alguno, encerrada en una idea social de que era mi deber brindar la felicidad a mi esposo incluso si el precio a pagar era con mi propio cuerpo.

De esa forma me fui ocultado bajo las sombras de lo que hoy en día soy, una triste mujer de treinta años, sumisa ante "El que dirán", manteniéndome al margen de cualquier tipo de opinión, ocultando mi voz sobre cualquier situación, arraigándome a unas costumbres, que muy a mi parecer no eran las más indicadas, fingiendo no darme cuenta de algunas cosas que estaban mal, solo porque la sociedad estipulaba que debía mantener las apariencias. Siempre fue de esa manera, incluso desde pequeña, mi yo interior quería luchar contra todo y todos con garras y dientes, defender mi opinión, gritar con todas mis fuerzas, incluso si fueran malas palabras" Que no se ven bien en las mujeres". Pero al ser criada bajo una familia de fieles creyentes, donde su padre era pastor de una iglesia, se le enseñó que todas las cosas que ella quería, no eran bien vistas y lo más importante es como las demás perdonas te miran, porque siempre debían ser un ejemplo de recta perfección guiados por la mano de Dios, y así fue, de esa exacta manera fue mi vida. Ahora estoy en un baño de sangre, (mi sangre) tirada en el suelo del estacionamiento de un supermercado, con un gran agujero en mi pecho, mientras agonizo, pensando que tal vez, debí haber hecho las cosas de manera diferente, actuar y pensar según mis propios criterios. Como quisiera poder sentirme libre, saber lo que se siente tener libertad de hablar sin importar las consecuencias o que creyeran, no ser la mujer que acepta a su infiel esposo, vivir un infierno de matrimonio, sufrir callada y morir infeliz solo por las apariencias.

"Que bella Luna, es una lástima que no podre verla más", Desearía poder tener otra oportunidad, así podría hacer bien las cosas, defendería mi felicidad, mi pensamiento y mi ser, con todas mis fuerzas - Luna cerro sus ojos, pensando en todas las cosas que hubiera podido hacer.

"Es agua, mi cuerpo se siente muy ligero, como si flotara en un gran océano, rodeada por su imponencia", comenzó a escuchar un leve sonido, "Pi, Pi" iba en un ritmo constante," ¿Qué es ese sonido?", luego, sus oídos comenzaron a escuchar un llanto parecía ser una mujer, "¿Por qué lloras?, ¿Quién eres?", quería despertar para poder ver de quien se trataba, pero no podía," Pi, Pi" seguía el ruido acompañado del llanto," Despierta" comenzó a pensar," Despierta Luna", pudo comenzar a sentir su mano tocando una textura suave al tacto, eran sabanas, luego su olfato se agudizó, un aroma a alcohol mezclado con remedios químicos," ¿Quizás un hospital?", necesitaba despertar para poder confirmarlos, comenzó a forzar con todo lo que podía para poder abrir los ojos, hasta que la comisura comenzó a abrirse, poco a poco, la luz fue penetrando en su mirada, era cegadora y las imágenes que captaba eran imprecisas, no podía identificar nada. Tuvo que esperar un minuto para que los manchones en su mirada, tomaran forma. Lo primero que logro ver con claridad fue el techo, donde colgaba una lámpara blanca, comenzó a mover sus ojos hacia los lados tratando de identificar el lugar, vio una bombona de oxígeno, unas bolsas de suero, al otro lado un humidificador y hacia abajo, estaba la mujer llorando de manera desconsolada.

" ¿ Quien es ella? ", La mujer se encontraba sentada en una silla, apoyada sobre la cama donde estaba Luna, el rostro cubierto con sus manos. No parecía notar que la estaba mirando, asi que comenzó a tratar de hablarle, " Grreqhf", su voz, no salía, solo podía emitir extraños ruidos. Pero por suerte fueron suficientes para que la mujer se percatara de ella.

" ¡Luna!" dice la mujer sorprendida al escucharla " Oh, mi Dios, estas despierta" la abraza de forma delicada " Gracias al cielo" rompe en llanto, " Los doctores dijeron que quizás no despertarías nuevamente", ¿ Quien era ella? Y ¿Cómo sabia su nombre?, " Espera, voy a traer al doctor para que te evalué", la mujer se separa de ella y camina por la habitación hacia la salida.

Luna notó algo en la cabeza de la mujer que era imposible no verlo," ¡Esa mujer tiene grandes orejas de conejo!", dijo para sus adentros, estaba muy sorprendida, ¿Cómo era eso siquiera posible?, parecía una simple broma de mal gusto.

"Mire, mire, Doctor", dijo la mujer volviendo a la habitación, tras ella entro un hombre, aunque este no parecía tener nada extraño en su cabeza, tampoco parecía importarle lo que tenía la mujer," ¡Se lo dije!, ¡Se lo dije!", decía feliz mientras el hombre se acercaba a Luna," ¡Le dije que mi hija despertaría!", dice saltando de la emoción.

"Si, si, tranquila" le dice el doctor, mientras comienza a examinar a Luna," No se inquiete, que me puede alterar a la paciente" le dice a la mujer.

"Pi, Pi, Pi", el monitor comenzó a sonar más rápido

"Ve lo que le digo" le dice el Doctor

¿Qué era ese lugar?, ¿Por que esa mujer decía ser su madre? Y ¿ Porque al Doctor le salieron orejas de gato al molestarse con la mujer?, Luna no sabia lo que estaba sucediendo, pero tenia seguro de que se encontraba en un mundo extraño.