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HE RENACIDO PARA CAMBIAR LA HISTORIA.

HE RENACIDO PARA CAMBIAR LA HISTORIA.

Status: Terminada
Genre:Romance / Padre soltero / Traiciones y engaños / Reencarnación / Completas
Popularitas:35.6k
Nilai: 5
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

Lila, una médica moderna, pierde la vida en un ataque violento y reencarna en el cuerpo de Magdalena, la institutriz de una obra que solía leer. Consciente de que su destino es ser ejecutada por un crimen del que es inocente, decide tomar las riendas de su futuro y proteger a Penélope, la hija del viudo conde Frederick Arlington.
Evangelina, la antagonista original del relato, aparece antes de lo esperado y da un giro inesperado a la historia. Consigue persuadir al conde para que la lleve a vivir al castillo tras simular un asalto. Sus padres, llenos de ambición, buscan forzar un matrimonio mediante amenazas de escándalo y deshonor.
Magdalena, gracias a su astucia, competencia médica y capacidad de empatía, logra ganar la confianza tanto del conde como de Penélope. Mientras Evangelina urde sus planes para escalar al poder, Magdalena elabora una estrategia para desenmascararla y garantizar su propia supervivencia.
El conde se encuentra en un dilema entre las responsabilidades y sus s

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Capítulo 17: Nuevos planes.

Narrador.

La casa de los Oxford, aunque decorada con mármol, terciopelo y candelabros que colgaban con arrogancia del techo alto, no daba una sensación de paz esa noche. Todo en su interior parecía impregnado de fracaso, frustración reprimida y una rabia apenas contenida.

Las puertas principales se cerraron de manera brusca. El ruido reverberó como un disparo por los pasillos cubiertos de alfombra. Evangelina apenas logró cruzar el vestíbulo cuando su padre le dio una bofetada en la mejilla, con la fuerza de una tormenta que había estado latente por mucho tiempo.

—¡Eres una inútil! —gritó Napoleón Oxford, el ministro del reino, su voz desgarrada por la humillación—. ¡Un mes en ese castillo, Evangelina! ¡Un mes, y no fuiste capaz de atraer a ese hombre a tu cama!

Evangelina se cayó al suelo, soltando un gemido apagado. Se cubrió la cara con ambas manos, temblando.

—¡Te ofrecimos joyas, vestidos, un plan cuidadosamente pensado! —continuó él, caminando de un lado a otro como un animal enjaulado—. ¡Y tú… tú solo supiste decepcionarnos! ¿Aún eres la tonta que se revolcó con el sirviente de la finca? ¿Eso es lo que heredaste de mí?

—¡Perdóname, padre! ¡Por favor…! —suplicó Evangelina, intentando levantarse sin éxito—. ¡Hice lo que pude! ¡Te lo prometo! Hice todo lo que me dijiste, fui obediente, amable… ¡dulce! Pero… él no… no me quiso.

Desde un rincón del salón, Lucrecia Oxford, su madre, se mantenía en silencio, con su expresión dura y la mirada fija en la escena como una estatua antigua. Finalmente, se pronunció con voz clara y tranquila:

—Esto es suficiente, Napoleón. Golpearla no solucionará nada.

—¿De verdad? —respondió él, girándose hacia su esposa con ira en los ojos—. ¡Mi apellido se está arrastrando por los burdeles de la nobleza! ¡Mi hija ha sido rechazada por un viudo que prefiere a una institutriz en lugar de honrar a nuestra familia!

Lucrecia no reaccionó.

—Agradece que no se enfrentó a ti. Si lo hubiera hecho, tal vez esta noche estaríamos llorando tu muerte. No la de ella.

El ministro murmuró una maldición y se dejó caer en uno de los sillones de cuero tallado, apretando los puños.

Evangelina, todavía en el suelo, sollozaba en silencio. Su mejilla estaba roja, pero era su orgullo el que más dolía.

—Creí que si me mostraba desprotegida… si le ofrecía mi cariño… él cedería. Pero nunca me tocó. Nunca me miró como a una mujer. Solo le importaba esa niña y… esa niñera entrometida.

—¡No vuelvas a nombrar a esa sirvienta delante de mí! —exclamó Napoleón—. ¡Una campesina cualquiera te ha dejado en ridícula! ¿Eso eres tú?  ¿Una sombra sin peso?

Evangelina cerró los ojos. Cada palabra era un puñal. Sabía que había fallado. Pero no estaba dispuesta a rendirse.

—Necesitamos encontrar una solución —murmuró el ministro, encendiendo su pipa con manos temblorosas—. No permitiré que el apellido Oxford se relacione con el escándalo y el desprecio.

Lucrecia se levantó lentamente. Se acercó a la chimenea, donde la luz del fuego iluminaba sus pendientes de esmeraldas.

—Diré que Evangelina ha caído enferma esta noche.

Un silencio pesado llenó la habitación. Evangelina levantó la vista.

—¿Qué…?

—Una fiebre inesperada. Escalofríos. Dolor de estómago —respondió Lucrecia con una calma inquietante—. Suficiente para que tu padre no asista al funeral, sin que parezca que tiene miedo.

Napoleón la miró con desconfianza.

—¿Puedes hacerlo?

—Por supuesto. Le diré al cocinero que haga una infusión especial. Algo natural. Algo… incómodo. No letal.

—¡Yo no voy a tomar esa porquería! —gritó Evangelina desde el suelo—. ¿Y si realmente me siento mal? ¿Y si paso la noche entre vómitos y calambres? ¡Es inhumano!

Lucrecia la observó como si fuera una muñeca rota.

—Es eso, o mirar cómo tu padre se desangra en un claro del bosque. Escoge.

Evangelina, rendida, se levantó con dificultad. Su rostro estaba hinchado por el llanto, pero su mirada brillaba con resentimiento.

—Está bien… que lo preparen.

—Decisión acertada —susurró Lucrecia, acomodando su chal sobre los hombros—. Mañana, cuando los rumores comiencen a circular y todos piensen que el ministro Oxford se ausentó por una razón válida, podremos replantear nuestra estrategia.

Evangelina subió a su habitación, dejando a sus padres en el amplio salón rodeado de tapices, columnas de mármol y un denso silencio.

Pocos minutos después, cuando el té ya estaba preparado y servido a Napoleón, Lucrecia se quedó sola con su hija. Se sentó frente a ella, cruzó las piernas con gracia, y habló en tono suave:

—¿Sabes cuál es tu problema, Evangelina?

—¿Solo uno?

—Te enamoras de tu reflejo en lugar de considerar lo que realmente quieres. Este juego no se gana con sonrisas ni lágrimas. Se gana con escándalos. Con temor. Con vergüenza.

—¿Y qué se supone que haga ahora? —dijo Evangelina, abrazándose las piernas—. Ya lo he perdido. La gente se reirá. Soy la joven despreciada. Nadie querrá casarse conmigo jamás.

Lucrecia se levantó. Caminó hacia el espejo de cuerpo entero que estaba cerca de la ventana. Allí se contempló, erguida, imperturbable.

—Entonces vamos a jugar nuestra última carta —dijo finalmente—. Si no lograste atraparlo con dulzura, lo harás con escándalo. No se casará contigo por deseo, sino por obligación.

—¿Qué quieres decir?

—Estoy diciendo —susurró la mujer, volviéndose hacia ella con una sonrisa fría— que mañana, cuando regreses al castillo, fingirás que has sido deshonrada. Dirás que el conde te tocó. Que abusó de tu inocencia. Que por eso tu padre quiso matarlo.

Evangelina abrió los ojos aterrorizada.

—Eso es… ¡una mentira! ¡Y un crimen!

—Ya no eres una pequeña, Evangelina. Si no lo consigues en la cama, lo alcanzarás en la sala de justicia. El escándalo te otorgará el apellido. Y la riqueza.

—¿Y qué pasará con la cuidadora?

Lucrecia sonrió con una mirada fría.

—Eso lo manejaré yo. Confía en mí, querida. . .  cuando sea el momento, esa mujer se irá.

1
Luna Rosa
Muy romántica
Alicia Quintana
muy sabia la reina
Any Estrella Santander Donoso
y le va a tocar sanar la bruja
Any Estrella Santander Donoso
Uf si fuera buena sería otra cosa Pero es mala
Any Estrella Santander Donoso
Ah esa mujer igual es mala aunque el padre que tiene la golpeaba ella es así
Any Estrella Santander Donoso
Muy bien...esa es la actitud
Virginia Sira
Excelentísima historia. Maravilloso final. Quedé fascinada con este relato. Mis felicitaciones autora.
Alicia Quintana
toda una serpiente esta mujer
Alicia Quintana
ojalá y ese conde no sea tan ingenuo
Any Estrella Santander Donoso
A llevar a cabo el cambio
✨✨Esmeralda Guzman✨✨
si, por favor así sabemos cómo surge la historia de amor entre los dos 😍😍😍🤷🤷
Elizabeth Yesenia Rojas
exelente tu historia me encantó
Iliana Curiel
hermosa historia autora, gracias me emocione mucho, me encantó /Kiss//Kiss//Heart//Heart/
Any Estrella Santander Donoso
esa es la actitud
Any Estrella Santander Donoso
Buen capitulo
Marcela Lopez
me encantó, es estupenda
Marcela Lopez
magnífica historia 😍, lindo final 🙏🤗 espero la próxima
Marcela Lopez
lindo capitulo 🥰 un bebé
Any Estrella Santander Donoso
Muy interesante
Marcela Lopez
porfin juntos, ella pudo hacer el amor 😍❤️🔥
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