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HE RENACIDO PARA CAMBIAR LA HISTORIA.

HE RENACIDO PARA CAMBIAR LA HISTORIA.

Status: Terminada
Genre:Romance / Padre soltero / Traiciones y engaños / Reencarnación / Completas
Popularitas:424.9k
Nilai: 4.9
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

Lila, una médica moderna, pierde la vida en un ataque violento y reencarna en el cuerpo de Magdalena, la institutriz de una obra que solía leer. Consciente de que su destino es ser ejecutada por un crimen del que es inocente, decide tomar las riendas de su futuro y proteger a Penélope, la hija del viudo conde Frederick Arlington.
Evangelina, la antagonista original del relato, aparece antes de lo esperado y da un giro inesperado a la historia. Consigue persuadir al conde para que la lleve a vivir al castillo tras simular un asalto. Sus padres, llenos de ambición, buscan forzar un matrimonio mediante amenazas de escándalo y deshonor.
Magdalena, gracias a su astucia, competencia médica y capacidad de empatía, logra ganar la confianza tanto del conde como de Penélope. Mientras Evangelina urde sus planes para escalar al poder, Magdalena elabora una estrategia para desenmascararla y garantizar su propia supervivencia.
El conde se encuentra en un dilema entre las responsabilidades y sus s

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Capítulo 17: Nuevos planes.

Narrador.

La casa de los Oxford, aunque decorada con mármol, terciopelo y candelabros que colgaban con arrogancia del techo alto, no daba una sensación de paz esa noche. Todo en su interior parecía impregnado de fracaso, frustración reprimida y una rabia apenas contenida.

Las puertas principales se cerraron de manera brusca. El ruido reverberó como un disparo por los pasillos cubiertos de alfombra. Evangelina apenas logró cruzar el vestíbulo cuando su padre le dio una bofetada en la mejilla, con la fuerza de una tormenta que había estado latente por mucho tiempo.

—¡Eres una inútil! —gritó Napoleón Oxford, el ministro del reino, su voz desgarrada por la humillación—. ¡Un mes en ese castillo, Evangelina! ¡Un mes, y no fuiste capaz de atraer a ese hombre a tu cama!

Evangelina se cayó al suelo, soltando un gemido apagado. Se cubrió la cara con ambas manos, temblando.

—¡Te ofrecimos joyas, vestidos, un plan cuidadosamente pensado! —continuó él, caminando de un lado a otro como un animal enjaulado—. ¡Y tú… tú solo supiste decepcionarnos! ¿Aún eres la tonta que se revolcó con el sirviente de la finca? ¿Eso es lo que heredaste de mí?

—¡Perdóname, padre! ¡Por favor…! —suplicó Evangelina, intentando levantarse sin éxito—. ¡Hice lo que pude! ¡Te lo prometo! Hice todo lo que me dijiste, fui obediente, amable… ¡dulce! Pero… él no… no me quiso.

Desde un rincón del salón, Lucrecia Oxford, su madre, se mantenía en silencio, con su expresión dura y la mirada fija en la escena como una estatua antigua. Finalmente, se pronunció con voz clara y tranquila:

—Esto es suficiente, Napoleón. Golpearla no solucionará nada.

—¿De verdad? —respondió él, girándose hacia su esposa con ira en los ojos—. ¡Mi apellido se está arrastrando por los burdeles de la nobleza! ¡Mi hija ha sido rechazada por un viudo que prefiere a una institutriz en lugar de honrar a nuestra familia!

Lucrecia no reaccionó.

—Agradece que no se enfrentó a ti. Si lo hubiera hecho, tal vez esta noche estaríamos llorando tu muerte. No la de ella.

El ministro murmuró una maldición y se dejó caer en uno de los sillones de cuero tallado, apretando los puños.

Evangelina, todavía en el suelo, sollozaba en silencio. Su mejilla estaba roja, pero era su orgullo el que más dolía.

—Creí que si me mostraba desprotegida… si le ofrecía mi cariño… él cedería. Pero nunca me tocó. Nunca me miró como a una mujer. Solo le importaba esa niña y… esa niñera entrometida.

—¡No vuelvas a nombrar a esa sirvienta delante de mí! —exclamó Napoleón—. ¡Una campesina cualquiera te ha dejado en ridícula! ¿Eso eres tú?  ¿Una sombra sin peso?

Evangelina cerró los ojos. Cada palabra era un puñal. Sabía que había fallado. Pero no estaba dispuesta a rendirse.

—Necesitamos encontrar una solución —murmuró el ministro, encendiendo su pipa con manos temblorosas—. No permitiré que el apellido Oxford se relacione con el escándalo y el desprecio.

Lucrecia se levantó lentamente. Se acercó a la chimenea, donde la luz del fuego iluminaba sus pendientes de esmeraldas.

—Diré que Evangelina ha caído enferma esta noche.

Un silencio pesado llenó la habitación. Evangelina levantó la vista.

—¿Qué…?

—Una fiebre inesperada. Escalofríos. Dolor de estómago —respondió Lucrecia con una calma inquietante—. Suficiente para que tu padre no asista al funeral, sin que parezca que tiene miedo.

Napoleón la miró con desconfianza.

—¿Puedes hacerlo?

—Por supuesto. Le diré al cocinero que haga una infusión especial. Algo natural. Algo… incómodo. No letal.

—¡Yo no voy a tomar esa porquería! —gritó Evangelina desde el suelo—. ¿Y si realmente me siento mal? ¿Y si paso la noche entre vómitos y calambres? ¡Es inhumano!

Lucrecia la observó como si fuera una muñeca rota.

—Es eso, o mirar cómo tu padre se desangra en un claro del bosque. Escoge.

Evangelina, rendida, se levantó con dificultad. Su rostro estaba hinchado por el llanto, pero su mirada brillaba con resentimiento.

—Está bien… que lo preparen.

—Decisión acertada —susurró Lucrecia, acomodando su chal sobre los hombros—. Mañana, cuando los rumores comiencen a circular y todos piensen que el ministro Oxford se ausentó por una razón válida, podremos replantear nuestra estrategia.

Evangelina subió a su habitación, dejando a sus padres en el amplio salón rodeado de tapices, columnas de mármol y un denso silencio.

Pocos minutos después, cuando el té ya estaba preparado y servido a Napoleón, Lucrecia se quedó sola con su hija. Se sentó frente a ella, cruzó las piernas con gracia, y habló en tono suave:

—¿Sabes cuál es tu problema, Evangelina?

—¿Solo uno?

—Te enamoras de tu reflejo en lugar de considerar lo que realmente quieres. Este juego no se gana con sonrisas ni lágrimas. Se gana con escándalos. Con temor. Con vergüenza.

—¿Y qué se supone que haga ahora? —dijo Evangelina, abrazándose las piernas—. Ya lo he perdido. La gente se reirá. Soy la joven despreciada. Nadie querrá casarse conmigo jamás.

Lucrecia se levantó. Caminó hacia el espejo de cuerpo entero que estaba cerca de la ventana. Allí se contempló, erguida, imperturbable.

—Entonces vamos a jugar nuestra última carta —dijo finalmente—. Si no lograste atraparlo con dulzura, lo harás con escándalo. No se casará contigo por deseo, sino por obligación.

—¿Qué quieres decir?

—Estoy diciendo —susurró la mujer, volviéndose hacia ella con una sonrisa fría— que mañana, cuando regreses al castillo, fingirás que has sido deshonrada. Dirás que el conde te tocó. Que abusó de tu inocencia. Que por eso tu padre quiso matarlo.

Evangelina abrió los ojos aterrorizada.

—Eso es… ¡una mentira! ¡Y un crimen!

—Ya no eres una pequeña, Evangelina. Si no lo consigues en la cama, lo alcanzarás en la sala de justicia. El escándalo te otorgará el apellido. Y la riqueza.

—¿Y qué pasará con la cuidadora?

Lucrecia sonrió con una mirada fría.

—Eso lo manejaré yo. Confía en mí, querida. . .  cuando sea el momento, esa mujer se irá.

1
Olga L. Rozo
Qué duro es reconocer que le dio prioridades a otras cosas y no a su propia vida/Sob/
Leonidas Caballero
muy buena por momentos era como estar dentro de la historia
Cristina Segovia
Excelente
dylan Franco
hermosa hhistoria
Patricia Rodríguez
me encantó excelente novela
Irene Salas
Una historia de reencarnación muy diferente a otras, muy hermosa y con mucha intriga, me gustó mucho como se hicieron amigos el Conde y el Duque, gracias al rescate de Magdalena, gracias Autora por tan bello trabajo 👏👏👏👏💐
Irene Salas
Sí Autora, esperaré la historia del Duque Alfredo☺️
Irene Salas
🤔🤔🤔 En los bosques no hay hienas, pero como es una novela, pensaré que en ese mundo de fantasía sí hay hienas de bosque🤔🤔🤔
Irene Salas
Que curioso el guardia se llama Alfredo igual que el Duque, es una verdadera casualidad muy peculiar 🤔😏
Piliʚïɞ Cabjʚïɞ
me encantó la historia muy buena muchas felicidades autora
🥰Deli@
🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰
Irene Salas
Muy guapos los 2☺️
Irene Salas
Con razón el Conde quedó impresionado con la changuita esa😏
Irene Salas
Ya empezó la tal Evangelina con su cuento chino, es seguro que el Conde la lleve a su casa, pero ésta vez Magdalena está preparada para recibirla😏
Irene Salas
Bueno esa hazaña te acercó más al Conde, pero la oportunista ya apareció 🤔
Irene Salas
Claro que no es una "coincidencia", es un malévolo plan y espero lo descubras a tiempo 🤔
Irene Salas
Vaya, detrás está la familia ambiciosa de esa mujer🤔
Irene Salas
Así se hace, no te dejes, lucha por cambiar tu futuro 😏
Irene Salas
Ya estás en el personaje, ahora lucha por cambiar tú cruel desenlace😏
Irene Salas
Pues ya tomó su desición y con la determinación de salvar a Penélope y no morir en el intento 🤔
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