Después de llevar una vida de mafiosa, Camila Núñez muere en su mundo y despierta en otro diferente, siendo una mujer que está destinada a morir joven.
Cómo ya sabe el destino que le espera, ella no se quedará a esperar que la muerte le llegue por segunda vez.
Si en su primera vida no se dejó intimidar por alguien, en ese mundo menos, que cuenta con el poder y la magia.
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La diversión ha comenzado
Hola, aquí les dejo tres capítulos más, si ven algo más escrito, me lo dejan en un comentario.
Sin más, aquí les va, no olviden dejar su apoyo.
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Cuando Yami por fin obtuvo el chisme completo, se fue de la habitación y dejó a Yadira sola, quien decide irse a dormir temprano.
Al día siguiente, Yadira se levanta como siempre, pero está vez se fue a su despacho a trabajar.
Por suerte, no tenía trabajo acumulado, su clon era muy eficiente.
Ese mismo día, el clon que estaba sustituyendo a la sirvienta de Martina, estaba buscando la oportunidad perfecta de darle la poción a esa mujer y la consiguió, cuando Martina pidió que ella le sirva té y postres en una reunión con sus amigas más cercanas, y alguna otra conocida.
Era una fiesta de té, dónde la emperatriz no estaba invitada por supuesto. Esa reunión tiene un objetivo claro, dejar en claro que la emperatriz no es amada por su esposo.
En la sociedad eso era lo peor que le podía pasar a una mujer, como lo era también ser una amante como ella, es solo que su padre había usado la influencia de la familia imperial para evitar que la gente hable sobre su hija, pero lo que se viene en el futuro, es algo que no ponga callar nunca.
Por supuesto que Martina no perdió tiempo para presumir que el esposo de la emperatriz la amaba a ella y no a dicha mujer.
—El joven Aurelio y yo nos llevamos muy bien, cada día nuestro amor crece, estoy tan feliz — dice ella con una sonrisa encantadora.
—Que dicha es ser amada— dice la amiga de Martina, esa es Cecilia Moretti, hija de un conde muy importante.
—Así es, solo mira como me eligió para ser concubina, nuestra ceremonia está a la vuelta de la esquina, todas ustedes no deben de faltar— dice ella muy feliz y las chicas le confirman que sí asistirán a la ceremonia.
Satisfecha, Martina le ordena a su sirvienta que le sirva el té y ella lo hace.
Sin ser visto aquel clon le agrega al té de Martina la cantidad que le dijo la emperatriz, y al terminar, fue y le entregó la tazacon mucha educación.
Martina sin saber nada, invita a sus amigas a tomar su té, y ella misma se toma el suyo, al tomarlo felicita a su sirvienta, quien solo sonríe y da las gracias por los halagos que le da su señora.
La fiesta terminó sin inconvenientes, y Martina amablemente despidió a sus amigas.
Al estar sola, se va a ver a Aurelio, quien estaba estudiando ese día. Sus clases para ser un emperador habían iniciado hace poco.
Cuando él vio llegar a su concubina fue a su encuentro y dio por terminada las clases de ese día y los maestros se fueron.
Al estar solos, el hombre besa a Martina y ahí misma comienza a desvestirla, y cuando la ve desnudo quiso hacer el amor, pero en ese momento la poción hizo efecto y Martina sintió un poco de dolor, como cuando le llega la regla.
Acto seguido una gran cantidad de sangre sale de su entrepierna y eso hizo que Aurelio se incomode.
—¿No se supone que hace poco te llegó la regla? Eres una tonta— le grita Aurelio a Martina y ella se avergüenza.
—No recuerdo, no sé qué pasó, de seguro han de ser los nervios de la ceremonia, en los últimos días hemos estado bajo mucho estrés— le afirma Martina a Aurelio y él fue comprensivo.
—Tienes razón, te compensaré cuando todo termine. Tenemos que tener nuestro hijo cuánto antes, los planes de destruir a esa mujer siguen en pies— dice Aurelio y Martina sonríe.
—Nada debe de cambiar, esa tonta tienes que caer, pero no sin antes conocer el dolor en carne propia— dice Martina y ella y Aurelio sonríen con malicia.
Al terminar de hablar, ambos se terminaron de cambiar, y Martina se fue a su habitación a dar un baño, estaba toda manchada.
Su fiel “doncella” fue quien la ayudó a bañarse.
Cuando la “doncella” termina se despide para ir a hacer su “trabajo” darle la información a su ama sobre la situación.
Cuando Yadira fue informada de lo que pasó, se alegró mucho, tanto que hasta dio un gritó de alegría.
Los planes de esos infelices van cuesta abajo y ellos no se dan cuenta, ese inocente niño no va a morir y ella puede tomar venganza libremente sin que se den cuenta.
Nada mejor que eso.
La emperatriz ese día celebró su pequeña victoria en su habitación, y se tomó una botella de vino del mejor que había en el palacio.
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Los días fueron pasando, y pronto llegó el día de la ceremonia de la boda, por protocolo la emperatriz no puede faltar al evento, pero tiene planes de arruinar el día tan feliz para esos infelices. Le dará a todos el mejor espectáculo nunca antes visto.
Sin impedimentos los amantes se casaron en el palacio, ya que el templo no casa a concubinas, ese privilegio lo tiene solo la primera esposa.
Aunque Yadira no se casó en el templo, pero eso fue pedido de Aurelio, y mejor, así cuando se tenga que acudir al divorcio, no se tiene que esperar nada.
Después de la ceremonia de matrimonio, todos pasaron al banquete de bodas, y el lugar estaba preparado para la ocasión.
Los sirvientes iban y venían para todos lados, y entre ellos había dos clones de escarabajos que harían que la emperatriz se divirtiera.
La diversión comienza, cuando los recién casados solicitan un brindis por su unión.
Un mesero especial pasó con un par de copas, y Aurelio y Martina tomaron una cada uno, sin sospechar nada en lo absoluto.
—Por un matrimonio lleno de felicidad y éxitos — alza su copa Aurelio para brindar por su matrimonio.
—Por un matrimonio lleno de momentos felices y de hijos fuertes — dice Martina y ambos chocan la copa.
Después de eso, se tomaron sus copas hasta el fondo, sin dejar siquiera un poquito del vino en ella.
Los demás dijeron (salud) y todos tomaron sus copas.
Nuevamente la fiesta continuó, y los recién casados comenzaron a hablar con sus conocidos, con lo también que tomaban copas de vinos.
Dos horas después, ambos estaban pasados de copas y estaban calientes.
Es claro que la diversión estaba comenzando, el afrodisíaco que le mandó a dar la emperatriz con unos de sus clones de escarabajos, ya estaba surtiendo efecto.
Por su estado actual, ellos piden permiso para retirarse y un sirviente especial se ofrece para ayudarlos a llegar a la habitación en la que pasarán la noche.
El sirviente saca a ambos de allí, y en vez de llevarlos a la habitación en la que pasarán la noche, los lleva a una sala cerca del salón de eventos.
Yadira desde su trono estaba complacida. Todo iba por buen camino, la venganza en contra de los que mataron a Yadira estaba comenzando.