LA HISTORIA DE AMOR DE UN PARALÍTICO

Es un placer - Le sonríe. Soy Alejandro Ginoble, puedes decirme Alejo o Papá si gustas - siendo amable.

- Como podría, pase por favor - lo invita a pasar.

- No te dejes engatusar por esta mujer, querido, no tiene un poquito de educación - sigue con su mal carácter.

- No puedo decir lo mismo, querida, solo opino según mis ojos así lo ven. - le responde.

- Mira como está mi querido hijo - Pone cara de tristeza. Si te hubieras casado con Camilita, ahora te estuviéramos cuidando en casa y no te dejaríamos a manos de esta mujer, Mírate hijo estás más delgado y desganado - finge llorar. Querido quiero llevarlo a casa - le dice a su esposo.

- Cada avecilla se convierte en un pájaro, extiende sus alas y vuela del regazo de sus padres, construye su propio nido con la esperanza de ver a sus huevos romper y ver el fruto del amor entre ellos - contesta su esposo sorprendiendo a su esposa.

- ¿Qué quieres decir con eso? - con mala cara. No es momento para tu análisis de sabiduría.

- Querida, ¿no lo has notado? - Señalando a su hijo y a su nuera. Ya son una familia, es el deber de una esposa cuidar de su esposo, nuestro hijo es esa avecilla que dejo el nido y ahora se a convertido en un pájaro con grandes alas y por lo que asumo pronto nos darán buenas noticias - Observando a su nuera. Ya deja a nuestra nuera en paz y acepta la realidad, pronto nuestro hijo despertará.

Su padre era una persona muy amable y observadora, era sabio en cuanto a sus palabras y tenía manera de tratar y hacer las cosas, por lo que engañarlo era muy difícil.

- Estás tratando de decir que debería aceptar a esta mujer como la nuera da la familia Ginoble? Eso jamás, sobre mi cadáver, no me importa hija de quien sea, no tiene clase ni educación, a diferencia de Camilita, ella si es digna de ser mi nuera - relincha como yegua.

- Suegra querida le invito a tomar el té, quizá no lo haga tan bien como "su amada nuera" pero le ayudará a seguirme juzgando por ser una mala cocinera - le saca de la habitación.

Dejando solo a padre e hijo, se va a lidiar con su pesada suegra.

Después de unos minutos la lleva hasta el jardín donde le sirve el té y vuelven a la maravillosa convivencia enter el hada y la bruja.

- Nada mal - probando el té. Es lo único bueno que sabes hacer - se burla de ella.

- Claro que sé hacer otras cosas muy buenas, por ejemplo su hijo, está muy complicado que hasta nos casamos - le da con la misma piedra.

- ¿Cómo te atreves a decir esas cosas cómo si nada? - le grita en voz baja.

- Hoy en día es normal hablar de muchas cosas, no estamos en la era pasada.... ¡Suegra! ¿Acaso usted aún se avergüenza de estos temas? - sigue burlándose de su suegra.

Para Amanda ver la cara roja de ira de su suegra era muy gratificante.

- Suegra no sienta pena, estamos en pleno siglo 21 ya debería actualizarse - la mira de reojo. Además, estoy tan segura de que usted fue una persona muy..... "Especial y conservadora" - la mira disimulada. ¿O Todavía lo es?

- Cállate, no sigas con tus estupideces, cada que abres esa boca no sale nada bueno ahí - molesta se levanta.

- Espero que no la haya ofendido - se hace la inocente.

- apártate de mi camino - se va directo a la habitación de su hijo.

- Querida ¿Por qué traes esa cara? - ve de reojo a su nuera quien está con una sonrisa.

- Nos vamos ya, no aguanto un segundo más estar bajo el mismo techo que esta mujer desvergonzada - la mira de arriba abajo.

- Siento mucho haberla echo enojar suegra, solo le dije que para su esposo usted tuvo que ser muy especial....

- Callate, no sigas más porque te juro que.... vamos - contiene el enojo.

- Querida muera es un placer conocerte - le da un abrazo. Cuida de mi hijo y de mi nieto - Le susurra en el oído.

Con sorpresa pero con una sonrisa asienta y baja con ellos hasta la puerta principal.

- Suegra debería ver un poco más de telenovelas - al final no se contuvo la risa.

Viendo la cara rabiosa, se ríe y entra.

- No la soporto, mi ojo está titiritando de enojo - sube furioso al coche.

- Calma querida, es joven, es normal que le guste jugar, además ya es parte de la familia, deberías tratar de llevar con calma las cosas y olvidarte esa obsesión por Camila - tarta de persuadir.

- Eso jamás, no la voy a aceptar en mi familia o dejaré de llamarme Fabiola Ginoble - alza la mano con autoridad.

Su esposo solo ve y niega con la cabeza a la loca de su esposa.

Por otro lado, en la habitación, Amanda y Rafael ríen por el mal rato que le hizo pasar a su madre.

- Eres muy traviesa, cariño - la toma de la mano. Mi madre de seguro estará planeando en construir tu tumba.

- Ella construye una, yo le construyó dos - le sorprende a su esposo.

- ¿Dos? - pregunta.

- Si, una para ella y otra para su gran bocotá - se pone de pie.

- Serian tres, la otra para su amada nuera - la abraza.

- No me des ideas queridito - le señala. Tu papá... - se queda callada observándolo.

- Mi padre es un viejo zorro muy astuto, no es fácil engañarlo - se sienta en el sofá. No solo me descubrió, sino también se dio cuenta de este pequeño regalito - le toca la barriga. Pero no te preocupes, no se lo dirá a mi madre, es más, nos apoya en todas las decisiones que tome.

- Bueno, es un alivio, pero.... - camina por la habitación. Ya se fueron, estamos solos y.... estamos a plena luz del día, que te parece sí.... - Se acerca a los labios de su esposo. Pongo en marcha mi venganza con mi marioneta? - le baja las ganas y sonríe de lado.

- ¡Por qué pensé que no íbamos a salir de la habitación! Tu mirada me dice que no estás pensando en nada bueno - le devuelve la sonrisa.

- Un trato es un trato querido - lo lleva hasta el jardín.

"Mi nuevo lema, nunca engañar a mi esposa me va a salir caro tus travesuras" - pensaba.