MATRIMONIO ARREGLADO.

'Narradora'

El lugar en el cual se llevaría a cabo la celebración era realmente precioso o al menos eso pensaba Diana, quien desde afuera admiraba todo.

Traía puesto un vestido negro al cuerpo con un lazo azul oscuro que combinaba a la perfección con sus tacones Azules oscuros y a la ves con el traje que su amado esposo llevaba puesto.

Sam a su lado tomo con fuerzas la mano de su hermosa esposa y decidió caminar a la puerta, pues cuanto más antes entren, mucho más antes podrá marcharse.

Al entrar a el lugar, todas las miradas se posaron sobre ellos, especialmente la de Liz, la futura esposa de Miguels, quien estaba con un grupo de mujeres en el cual también estaba Mia, la ex de Sam.

Diana solo siguió a su esposo mientras veía a aquellas mujeres reír y oyendo a algo que Mía les decía.

- ¿Pueden creerlo? trajo a esa mujer como si fuera la joya más hermosa. - Comentó la mujer mientras veía a la pareja dirigirse a el celebrado.

- ¿Que tiene de malo, Mía? es su esposa y es muy normal de que la traiga a la fiesta.- Contestó Liz mientras sonreía al ver la bonita pareja que ambos hacían.- Aparte de ello, es una mujer muy bonita y créeme que te supera en número.- Añadió volteando su mirada a la mujer quien dejó de sonreír y la vio con seriedad.

- ¿Acaso eres amiga mía o de ella? - preguntó con molestia por lo que está levanta sus hombros.

- Solo digo la verdad y en lo que a mi concierne, eres amiga de mi hermana, no mía y si estas aquí es por ella, así que te pido de corazón.. no arruines mi fiesta.- respondió la mujer para luego alejarse de ese grupito fastidioso y encaminarse donde su futuro esposo estaba en compañía de los recién llegados.- Buenas noches.- Saludo la mujer con una sonrisa obteniendo el saludo de Diana y la mirada distante de Sam.

- Buenas noches y felicidades por tu futura boda.- comentó Diana con amabilidad.

- Muchas gracias, me alegra saber que personas desentes pueden asistir a nuestra fiesta.- Respondió la mujer mientras veía con desdén el lugar del cual acababa de venir. - *Por favor, siéntanse en casa.

- Muchas gracias*.- Respondieron ambos al unísono.

- Por cierto, yo soy Liz Duker, futura esposa de Miguels Stephen. - añadió la mujer.

- Un gusto, soy Diana Monz de Evans. - respondió esta con amabilidad.

- Guau, que bonito nombre tienes.- comentó esta y Diana agradeció. - Dime, ¿Quieres venir conmigo por una Bebida? dejemos a estos hombres hablar solos. - dijo extendiendole su mano a Diana quien la miró sin saber que hacer, más aún porque Sam apretaba su mano dándole a entender que rechazara su invitación.

*No parecía ser una mala persona y no le ha dado motivos para que ella la creyera así.*

- Claro.- respondió Diana mientras se disculpaba con Miguels quien asintió y su esposo quien con dificultad soltó su mano. - *Estaré por aquí cerca amor.

- De acuerdo*.- contestó a regañadientes para luego dejar un corto beso en sus labios y verla marcharse en compañía de la mujer.

Pese a que trataba de enfocarse en lo que sus amigos hablaban, no podía apartar la mirada de su mujer, creía que si lo hacía algo malo le pasaría, pero la verdad es que ella parecía estar divitiendose en compañía de Liz, ambas reían por sabrá Dios que cosa.

- No todas las personas son malas Sam y créeme que Liz la defenderá de cualquier persona que quiera hacerle pasar una mala noche.- comentó Miguels mientras veía en esa dirección y sonreía al ver a su futura esposa hacerse de una nueva amiga.

- ¿*Como podría pensar de igual manera? al entrar tu futura esposa estaba con Mía.

- No son amigas, Mía esta aquí porque la hermana menor de Liz es amiga de ella*.- respondió este sorprendiendo a Sam.- *Luego de que le contará a Liz lo sucedido entre ustedes, ella dijo que Diana no se merecía que le hicieras eso pero que se alegraba de saber que tienes una buena mujer a tu lado, que te ha perdonado pese a que fuiste un idiota y también añadió de que te golpearia si vuelves a lastimarla.

- Vaya, eso me hace saber que la juzgue mal.

- Si amigo, es una buena mujer y por ello me caso con ella*.- respondió Miguels y Sam sonríe.

- Nos tocaron las mejores mujeres.- comentó mientras veía a su esposa divertirse.

Ambos quedaron mirando en esa dirección mientras sonreían como dos tontos enamorados y se sentían complacidos al poder notar que ambas mujeres encajaron a la perfección, quizás y Liz podría ser la primer amiga que Diana tendrá de aquí en adelante.

- Ven Diana, te presento a mi amiga Emma.- Propuso Liz mientras se acercaban a una muchacha que estaba sola en todo aquel lugar. - *Emma, te presento a mi nueva amiga Diana.

- Hola, mucho gusto*.- Dijo Diana.

- El gusta es mio.- respondió la joven respetuosamente. - Creí que te quedarías con aquellas mujeres toda la noche Liz.- comentó mientras veía con desagrado la pequeña ronda donde Mía y sus amigas se encontraban.

- Sabes que no me caen bien, desde que se juntan con mi hermana ella se ha vuelto una engreída total y a dejado de ser la dulce niña que conocí de pequeña.- contestó Liz mientras al igual veía aquel lugar. - *La tal Mía es la ex novia de Sam Evans.

- ¿En verdad*? - preguntó la joven sorprendida por lo que está asiente.- *No puedo creer que alguien como Sam se fijará en una mujer como esa.

- Tampoco le duró para siempre.- añadió Liz llamando la atención de Emma.- *Pues aquí mi amiga es la esposa de Sam.

- ¿En verdad*? - preguntó esta sorprendida y Diana sonrió asintiendo.- Guau, me alegra saber que Sam no se quedó con una tipa como esa, a sola vista se nota lo interesada que es. - comentó mientras dirigía su mirada al lugar.

Siguieron hablando un poco más hasta que su conversación fue interrumpida por la mismísima Mía.

- Solo al verlas mover sus labios a la distancia se puede percibir que hablaban de mi persona. - Comentó mientras veía de mala manera a Diana, provocando que Liz se girará de lleno a ella y riera con sarcasmo.

- Querida, te crees demasiado importante como para creerte que nuestra conversación se basa de ti.- comentó.- Nuestra conversación tiene temas importantes para tocar, ejemplo, nuestros hombres. No podemos permitirnos el desperdiciar nuestro tiempo hablando de ti.- añadió y esta la vio de manera seria para luego girar su mirada a Diana y sonreír.

- Sus hombres.- sentenció para luego reír falsamente.- *Uno de esos hombres es mio y creo que esta mosquita muerta tendría que lavarse la boca antes de decir que mi Sam le pertenece.

- Niña, aquí la que habla de más eres tu*. - hablo nuevame Liz interrumpiendo lo que Diana pudiera decir. - *Pero si fuese el hecho de que Sam no fuera el hombre de Diana, eso tendrías que decírselo a él, ya que fue él quien dejó claro que Diana es su esposa Y ÚNICA mujer.

- Él dirá eso solo hasta que pueda acostarse con ella, cumpliendo así con la apuesta que hizo con sus amigos*.- contestó sonriendo mientras veía a Diana y Emma se sorprendía ante lo que oía.- ¿*O acaso crees que él en verdad podría amar a alguien como tú? una interesada que anda detrás de él dinero que su familia tiene.

- ¡Escúchame una cosa tu*..! - Habló Emma con molestia siendo interrumpida por Diana.

- Déjame hablar a mi.- Dijo amablemente mientras colocaba una mano en el hombro de Emma y esta asentía.

- Ho, la mosquita muerta se va a defender.- dijo esta mientras reia.

- Así es, tengo el suficiente valor para hablar y defenderme de todo lo que se me acuse.- respondió con seriedad.- *En primera, puede que mi esposo aya hecho esa apuesta en un principio, pero luego de que se dio el placer de conocerme.. se enamoró profundamente de mi y eso es lo que a ti te molesta.

- Eres una..

- En segunda, asumes que estoy con Sam solo por el dinero de su familia pero.. creo que no sabes algo muy importante y eso es que la mitad de toda la fortuna que los Evans tiene, por ley me pertenece debido a la asociación que mis padres y mi padrino tenían*.- agregó mientras esta se sorprendía. - Aunque bueno, no tengo problema alguno con que mi esposo maneje todo a su antojo. Aunque él bien sabe quien de entre nosotras es la verdadera interesada.- añadió sonriendo.- *Y tercero para que te estés quietecita y ya no molestes, quiero que te enteres de que puede existir la posibilidad de que mi amado esposo y yo tengamos nuestro primer hijo, fruto de todas esas noches de amor en las cuales nos entregamos el uno al otro.

- ¡MIENTES MALDITA ZORRA*! - Gritó enfurecida mientras caminaba hacia Diana. - ¡En cuanto él pueda tenerte en su cama, se deshacera de ti como la nada que eres! - Añadió para luego empujar a Diana siendo de igual manera empujada por Liz.

- ¡NO LA TOQUES BRUJA! - dijo esta molesta mientras se ponía en el medio.

- Déjala Liz, cualquier persona al escuchar la verdad actúa de esta manera.- Respondió Diana mientras veía desafiante a Mía.

- ¡Maldita ZORRA! - Gritó para luego apartar a Liz y levantar su mano para abofetear a Diana siendo detenida por alguien con bastante fuerza.

- Ponle un solo dedo encima a mi esposa y date por acabada.- Dijo Sam para luego aventarla para atrás y llegar junto a su esposa.- ¿*Estas bien amor?

- Si cielo, nada de que preocuparse*.- respondió correspondiendo a el abrazo de su esposo.

- ¿*Cuanto más seguirás engañandola Sam? ese no es el trato que teníamos.

- ¿Cuanto más seguirás escupiendo tu veneno víbora? ¿Acaso no puedes superarme? ¿O deseas oír lo que grabe cuando estaba ebrio*? - respondió notando la cara de sorpresa que la mujer puso.

*¿Seguirá esta mujer dispuesta a arruinar la felicidad de la pareja? ¿cuánto más tendrian que aguantar? *