Lily es secuestrada y tomada como prisionera por el príncipe Khalil Hazbun, ella deberá casarse con él. Acompáñame a descubrir esta historia llena de secretos, traiciones y amores prohibidos
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La indomable
Liliana desayunó, luego se dio un baño, la enfermera pasó a verla y quitarle el suero, para sorpresa de ella igual que la joven que le había preparado el desayuno.
Y ahora estaba ahí caminando por el palacio, cada vez que abría una puerta alguien hacia una reverencia.
El lugar era impresionante había sido modernizado, pero aun asi era como un cuento. Guardias vestidos de blanco y con botas negras se inclinaron a su
paso . En el impresionante interior, la gran cúpula dorada que cubría el
vestíbulo reflejaba la luz sobre unas paredes llenas de mosaicos, tapices y toda clase de tesoros.
Maravillada, Liliana siguió hasta un elegante salón cuyo suelo de mármol estaba cubierto de mullidas alfombras rojas, ella siguió caminando vio una puerta al final del pasillo camino unos metros más abrió la puerta y entró a la habitación.
Era un dormitorio Liliana miro todo a su alrededor, se acercó a la mesa de luz vio un reloj de hombre lo reconoció de inmediato era el de Khalil, así que ese era su dormitorio también había un libro, pero estaba escrito en Árabe.
- ¿Es que acaso no tienes noción de la vergüenza? ¿Qué haces aquí?, pregunto Khalil detrás de ella.
Liliana se dio vuelta y lo miro otra vez estaba desnudó solo con una toalla.
- Lo siento estaba recorriendo el lugar y no sabía que era tu habitación respondió Liliana mirándolo, lo cierto era que si no fuera porque era un completo cretino salido de la era de las cavernas. Era lindo alto, de pelo negro, ojos oscuros, hombros anchos y brazos fuertes.
- Ya lo sabes respondió él.
- Lo sé, así que aprovecho para hablar contigo. Quiero irme Khalil respondió ella
- En unos días, hablaremos más tarde ahora retírate no es correcto que estés aquí respondió él.
- ¿Por qué no es correcto?, pregunto ella
- No acordamos, que obedecerías comento él. Cruzándose de brazos
- Acordamos, tú lo has dicho, pero las cosas cambiaron respondió ella.
- ¡Nada cambio Liliana!, respondió él serió.
- Por supuesto que cambiaron, tú eres un príncipe y yo soy una princesa tu padre es poderoso, pero él mío también. Estamos en igualdad de condiciones ya no puedes imponerme tu voluntad. Serás que no me dejas ir porque temes que me vaya lejos y perder a tu víctima favorita
Khalil comenzó a reírse, era fascinante
- Lamentaría perder a mi víctima favorita, pero no iras a ningún lado porque tu padre me dio su palabra de que si te encontraba te entregaría a mí como esposa y aquí la palabra se cumple. Ahora retírate, que quiero vestirme.
- Vístete no te molestaré dijo ella mirándolo a los ojos.
- Eres una desvergonzada, no es correcto que estés aquí. Liliana las mujeres de aquí no entran a la habitación de un hombre, no miran...
- Eres un maldito hipócrita estabas roncando en mi habitación.
- No roncaba, entre para ver como estabas. Liliana sal de aquí luego hablamos. Entiende por favor
- Ya lo entendí, tienes miedo de tener a una mujer en tu habitación respondió ella.
Él se acercó a ella bruscamente.
- Tal vez la que debería tener miedo eres tú, dijo él acercándose, poniéndola incómoda.
- Khalil temer yo de un hombre desnudó, ni que fueras el primero que vi. No me digas que pensaste que era virgen respondió ella mientras se reía descaradamente.
- No tienes vergüenza respondió él invadido por la ira.
Liliana salió de la habitación su risa resonaba por todo el pasillo, cuando Khalil se vistió fue en busca de la descarada, pero no la encontró. Tampoco tuvo mucho tiempo para buscarla, ya que Omar y otro consejero llegaron para reunirse con él.
Luego de su reunión Khalil caminaba acompañado Omar y el otro consejero cuando vio a Liliana dirigirse hacia ellos ella se arrojó a sus brazos y lo beso apasionadamente los consejeros la miraron escandalizados murmuraron algo, hicieron una reverencia y salieron de ahí.
Khalil la aparto de él, estaba furioso.
- Porque te comportas así, porque insistes en avergonzarme pregunto él molestó.
- Porque insistes en tenerme encerrada, porque me apartas del mundo estoy cansada de repetirlo. Al menos si no puedo irme de este maldito país, quisiera no tener que verte más.
- ¿Eso quieres?, pregunto él
- Por supuesto, que esperabas, me secuestraste me apartaste de mi familia y del hombre que amaba. Que pretendes, que quiera casarme contigo y tener cincuenta bebes pues no respondió ella.
- Está bien Liliana tú ganas, no volverás a verme respondió él.
Ella sonrió, había ganado se iría a casa él se dio la vuelta y fue en busca de Omar.
Paso una hora cuando Liliana escucho un helicóptero. Ella sonreía el momento que tanto había esperado había llegado. Salió de la habitación corriendo segundos después vio a Khalil cruzar por la sala, acompañado de otros hombres. Él se dirigía hacia el patio, ella iba a salir hacia el jardín cuando unos guardias se cruzaron en su camino impidiéndole el paso.
- Su Alteza se irá, dejo esta carta para usted comento Omar detrás de ella
Liliana tomó la carta.
<< No te impondré mi presencia, pero no saldras de aquí >>
Liliana miró la nota, la había abandonado a su suerte no lo podía creer.
Liliana miro al helicoptero volar sobre el palacio.
Khalil miraba hacia adelante, esos días servirían, para enfriar un poco la situación llevaba días ocupándose de Liliana olvidándose de sus obligaciones. También aprovecharía la ocasión para reunirse con Malek.
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Malek observaba feliz por la ventana, recordando su conversación con Nadia.
Rememoraba lo ocurrido ese día, su cuñada le había entregado varias fotografías de Liliana pudo ver el crecimiento de su hija a lo largo del tiempo era tan hermosa y comenzó a darse una idea de la personalidad de su hija a través de su conversación con Ainara.
- ### Malek los embajadores están aquí le informo Zaid. ¿Te sientes bien?.
- Mejor que nunca, hazlos pasar Zaid respondió Malek.
Zaid les ordenó que pasarán, luego se dirigió a sus aposentos. Algo extraño ocurría.