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Una Chica Ruda Reencarna en una Nerd Tímida

Una Chica Ruda Reencarna en una Nerd Tímida

Status: Terminada
Genre:Escuela / Autosuperación / Juego de roles / Reencarnación / Contraataque del inútil / Acoso escolar / Completas
Popularitas:4.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Novi Vuspita sari

¿Te imaginas lo extraño que es para una chica nerd convertirse en una marimacho? Simplemente sigue la historia....

NovelToon tiene autorización de Novi Vuspita sari para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 18

Los ojos de Keyna se detuvieron al contemplar a la familia feliz en la mesa del comedor. Su sonrisa se desvaneció al instante.

—Buenos días, mami, papi… muac, muac… —saludó Dara a su papá y a su mamá. No olvidó besar sus mejillas alternativamente, su rostro rebosaba felicidad. No hay que olvidar el aderezo de una sonrisa muy dulce.

—Eh, la única hijita de mamá. Ven a comer, cariño —dijo su mamá con dulzura.

¿La única hijita? Entonces, ¿qué era Keyla?

¿Tanto la odiaban que no consideraban a Keyla?

—Sííí, la única hijita de papá es muy guapa —respondió su papá con dulzura.

—¿Y a tu hermano mayor no le das un beso, hermanita? —preguntó Fito, fingiendo estar enfurruñado.

Dara pellizcó la mejilla de su hermano. —Ay, hermano, me das tanta ternura. Ven, deja que Dara te dé un beso… Muac… —Besó suavemente la mejilla de Fito.

—Yo también quiero —replicó Riko, sin aceptarlo.

A Dara le enternecían sus hermanos mayores tan consentidos. Besó también la mejilla de Riko y no se olvidó de Daren. —Buenos días, hermano Riko. Buenos días, mi gemelo. Muac, muac… —saludó.

—Buenos días, hermanita guapa —dijo Riko con dulzura mientras le devolvía el beso en la mejilla a Key.

Mientras tanto, Daren solo asintió y continuó comiendo.

—¿Qué quieres comer, cariño? —preguntó Dita con dulzura.

—Solo nasi goreng, mamá. Parece delicioso —dijo Dara.

Dita, con su dulce sonrisa, sirvió el nasi goreng para Dira. —Come mucho. Para que seas más inteligente.

Diara solo sonrió. —Gracias, mi querida mami.

...

Las lágrimas de Key nublaron aquella escena. Su vista se había vuelto borrosa; bastaba un parpadeo para que sus lágrimas cayeran. No sabía por qué, pero su corazón dolía. Dolía muchísimo. ¿La única hijita? ¿Acaso era tan insignificante como basura para que no la consideraran su hija? Eran tan tiernos el uno con el otro. Pero, ¿por qué eran tan crueles con ella? Cierto que no era la Keyla original. Pero aun así, era frágil.

Dios. Por favor, mi corazón ya estaba frágil en mi alma anterior. No añadas más fragilidad ahora. ¿Por qué me devolviste la vida si tenía que pasar por todo esto?

Key hizo una mueca cuando su mirada se cruzó con los ojos de halcón de Riko. Esos ojos, que inicialmente eran tan tiernos con la familia, se volvían helados al mirarla a ella. Key desvió la mirada, no quería que la consideraran débil, y se dispuso a marcharse de allí.

—Bien, así la basura no molesta —dijo Riko con firmeza.

Todas las miradas, antes felices, ahora se clavaban en la espalda de Key. ¿Key? Ella simplemente se alejó con gracia, sin querer mirar atrás. Las lágrimas que amenazaban con caer volvieron a esconderse tras sus párpados; de verdad, Key no quería llorar. De ninguna manera quería.

....

—¡Oye, Keyla…! —gritó Natan cuando Key entraba en la zona de aparcamiento. Salió de su coche con estilo, llevando aún puestas unas gafas de sol negras que luego se quitó. Sus ojos despedían una mirada fría y decidida. Apartó ligeramente un mechón de pelo que se le escapaba de la gorra por el lado derecho.

—Te lo juro. Cada día estás más genial —dijo Reval detrás de Natan. Al parecer, estaban esperando la llegada de Keyla y Danil.

Key llevaba una camiseta negra, larga y holgada, cubierta por una chaqueta vaquera azul oscuro, pantalones vaqueros negros rotos como si hubieran sido mordisqueados por ratas hasta los muslos, dejando entrever su piel blanca. Llevaba una gorra negra de marca y gafas de sol negras, sin olvidar unas zapatillas blancas muy monas. ¿Su pelo? Recogido en una coleta de caballo. —Claro que sí —respondió Key con naturalidad, mientras cerraba la puerta de su coche.

—Ahí está Danil, ya llegó también —comentó Natan al ver el coche de Danil entrar en la zona de aparcamiento. Danil aparcó su coche justo al lado del de Key.

—Hola, chicos… —dijo amablemente mientras abría la puerta de su coche y luego la cerraba.

—Hola, tío —respondió Natan. Se saludaron con la mano, más exactamente, con un saludo de amistad.

Cuando Danil quiso estrecharle la mano a Key, ella frunció el ceño. —Primero el saludo, ¿no? —dijo Danil.

—¿Yo? —repitió Key como un loro.

—Pues claro. Ya somos amigos. Así que tienes que aprenderte nuestro saludo, ¿eh? —dijo Danil, mostrando sus blancos dientes. Una palabra: Encantador.

—¿Cómo es? No sé hacerlo —dijo Key.

—Así. Te enseño. La próxima vez que nos veamos, primero tenemos que hacer nuestro saludo de hermandad —Danil le mostró el saludo en la mano de Key.

Saludo, giro hacia arriba, suelta y ¡toque! La sonrisa de Key se ensanchó; la escena de aquella mañana quedó realmente enterrada al recibir este saludo. Era como un nuevo regalo de amistad para ella. Sinceramente, era la primera vez que tenía amigos en el colegio.

—Eres rápida de mente también —comentó Reval mientras recibía el saludo de Key. Key luego saludó de la misma manera a Reval y a Natan.

—Claro que sí. Si no, tu cerebro estaría atascado —respondió Key con arrogancia.

—¿Crees que mi cerebro es un váter o qué? —se enfadó Reval.

—No, eso no. Pero sí basura —añadió Natan, riendo entre dientes.

¡Zas! Un golpe aterrizó en el brazo de Natan. —Cuando hablas, siempre tienes razón, ¿eh?

Key y los demás solo se rieron entre dientes. Realmente extraordinario el cerebro de Reval, admitiendo que era basura.

¡Basura, ¿eh?!

—¿Aún recuerdas nuestro acuerdo? —preguntó Natan mientras caminaban hacia su aula.

Mientras avanzaban, atraían muchas miradas furtivas tanto de chicas como de chicos. Ah, no había que olvidar que Key ahora era muy famosa por lo genial y adorable que era, sumado a que sus amigos eran súper populares.

—¿Cuál de ellos? —repitió Key.

—La apuesta. Tienes que cumplir nuestro desafío —respondió Danil.

—Oh. ¿Y cuál es el desafío? —preguntó Key.

Una sonrisa de suficiencia apareció en el rostro de Danil; miró alternativamente a Reval y Natan. —Síguenos —Danil tiró del brazo izquierdo de Key, llevándola hacia algún lugar.

—¡Oigan! ¿A dónde me llevan? —preguntó Key, sorprendida.

—Solo ven con nosotros, ¿qué tanto problema? —respondió Natan, que estaba detrás de Key.

—Sí. No me van a matar, ¿verdad?

—No. Solo a mutilarte.

—¡Qué cabrones son! —respondió Key, siguiendo las grandes zancadas de Danil. Sus pies incluso eran arrastrados. De verdad, su pequeño cuerpo tenía pies pequeños, lo que hacía que sus pasos fueran diminutos. Por favor, no insulten la creación de Dios por el cuerpo menudo de Key.

Danil soltó el brazo de Key frente al aula de los estudiantes de cursos superiores (alumnos de quinto semestre). —¿Para qué me traen al aula de los mayores? ¿Van a pedirme que baile aquí? —preguntó Key, extrañada.

—¿Bailar? ¿Quieres hacerlo? —preguntó Natan.

—Ni hablar.

—Mira. Te retamos a que te le declares al veterano Bima Alvaro, el presidente de nuestro Consejo Estudiantil, ¿qué te parece? —dijo Danil con ligereza.

Key miró a Danil de repente, estupefacta. —¿Qué quieres decir? —preguntó.

—Sí, este es nuestro desafío, y tienes que cumplirlo.

—NI-HA-BLAR —espetó Key, dándose la vuelta.

—¡Oye, no puedes hacer eso! Ya teníamos un acuerdo —replicó Natan, bloqueándole el paso a Key.

—No, no. ¿Están locos o qué? No quiero, además, ni siquiera lo conozco —respondió Key, con los ojos muy abiertos.

—Sí, pero esto es un desafío. Y una promesa es una deuda —intervino Reval.

Los hombros de Key se desplomaron. —Perdí anoche porque Natan atropelló a una señora embarazada, ¡oigan! —se excusó.

—Yo no la atropellé, Key. Esa señora ya se había caído cuando pasamos. Lo vi con mis propios ojos. No fue porque yo la rozara —se defendió Natan.

—¿Lo juras? —preguntó Key, incrédula.

—Por Dios, hermanita —Natan levantó dos dedos. Sus ojos no reflejaban mentira alguna—. Así que, en efecto, perdiste, y eso no tuvo nada que ver. Un acuerdo es un acuerdo. Como yo, que prometí invitarte a comer durante un año entero —añadió.

—¿No hay otro desafío? ¿Como ir a buscar fantasmas o algo así? —refunfuñó Key en ese momento.

—No, Key. Ya está decidido —dijo Danil. Tiró del brazo de Key hacia el aula, cuya puerta estaba cerrada en ese momento.

—Con permiso, veterano —dijo Danil cortésmente. ¿No ser cortés? Los de cursos superiores podrían acabar contigo.

—Eh, jovencito guapo, ¿qué haces por aquí? ¿Vienes a visitar a esta belleza de hermana mayor? —preguntó una chica con mucho maquillaje. En ese momento, todas las miradas se clavaron en Danil con extrañeza.

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Flickr Mary Soly
ya que muera muy patética la chica
Flickr Mary Soly
me parece muy estúpida te haces la héroe cuando tu estas trisas primero sana y encuentra te tu contigo mismo
Flickr Mary Soly
ps defiéndete tonta
Luciana Vargas
me gusta su narrativa./Grin/
Luciana Vargas
me gusta su narrativa./Grin/
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