TU AMOR EGOÍSTA.

... Raquel....

Al día siguiente Tobias me recordó mi promesa. Tuve que levantarme y darle un beso antes de que se fuera. Después de que salió busqué mi teléfono por todos lados y lo encontré roto.

Lo tomé, saque mi tarjeta de memoria, mi chip y los guardé.

En la noche llegó Tobías.

— Tiré accidentalmente el tuyo. — Me pasó un teléfono nuevo.

Lo tomé, puse de nuevo mi chip y mi memoria.

Tobías me lo arrebató , hizo algo y después me lo devolvió.

Cuando lo revisé, noté lo que había hecho.

Borró todas las fotos que tenía con Justin.

Yo pensaba hacerlo también pero todavía no estaba lista para deshacerme de algo tan preciado.

Una semana después.

Hice mi maleta para ir al cumpleaños de Layla pero el dijo que no iríamos.

— Pero tú habías dicho...

— No importa lo que dije. No iremos.

— Por favor. Extraño a mi familia. Quiero verlos.

— Yo nunca les he impedido qué vengan a visitarte, si no lo hacen es porque ellos no te extrañan tanto.

Esas duras palabras me pusieron muy triste. Ya no quise seguir la discusión.

...2 meses después....

Era el cumpleaños de mi mamá y aceptó que fuéramos. Me emocioné y fui al centro de la ciudad para comprar un regalo bonito. Entré a una joyería y me quedé perpleja con la escena frente a mi.

Era Justin buscado un anillo de compromiso.

¿Que pensaba?, que me iba a esperar toda la vida.

Creo que a Sandra la ama más de lo que alguna vez me amó a mi.

Llevan 2 meses y ya está pensando en formalizar su relación.

No me acerqué, salí de ahí lo más rápido que pude.

Olvidé por completo a lo que había ido.

Llegué a la jaula, me encerré en mi habitación y no pude evitar llorar.

En la noche bajé a cenar con Tobías.

— ¿A quien viste hoy?.

— A nadie.

Me mostró su teléfono con fotos mías cerca de Justin.

— Te viste con el ¿porque mientes?

— Lo ví pero no me acerqué. — Estaba aterrada.

— Lo sé, mis hombres dijeron que saliste rápido. Es por eso que tú castigó no será tan fuerte.

— ¿Mi castigó?

— Lloraste por ese idiota y eso no te lo perdonó, así que será mejor que deshagas tu maleta. No iremos a México.

— Yo quiero ir.

— Si querías ir debiste pensar mejor en cómo debías actuar.

— Soy un ser humano, tengo derecho a llorar si estoy triste.

— No tienes derecho a llorar por ese Imbécil, yo soy tú esposo no el.

Me besó de forma demandante. Lo aparté. Me levanté corriendo y fui a encerrarme.

— ¡Abre la puerta!.

— No.

— Te lo estoy pidiendo amablemente, si no abres en un minuto voy a entrar y ejercer mis derechos.

No sabía que hacer. El empezó a contar. Decidí abrir. El entró y hubo un silencio.

— Cambia tu ropa. Vamos a dormir. — Fuí a ponerme una pijama.

A los pocos minutos regrese temblando y entré a la cama. El me abrazó y yo sólo me quedé quieta.

...Al día siguiente....

Fui por el regalo de mi madre, después de comprarlo fui a envío exprés y lo mandé para México.

Estaba saliendo cuando me encontré con Justin.

Lo he extrañado tanto que no me importó nada, no me contuve y lo abracé.

— Te dije que no quería volver a verte nunca.—Trataba de quitarse mis brazos.

— Esto fue casualidad. — Pegué mi cabeza a su pecho y me aferré a el.

— No me importa, la próxima vez que me veas pasa como si no me conocieras, porque para mí tu estás muerta.— Me empujó con fuerza y salió antes que yo.

Sus palabras se metieron en mi corazón como cuchillos.

¿Porque no pudo escucharme?.

¿Porqué le creyó más a unas fotos que a mí?.

Si tan solo me hubiera conocido bien no hubiera dudado de mi.

No me hubiera dado la espalda cuando más lo necesitaba.