Jonathan Wind ha vivido toda su vida con los humanos sin siquiera imaginarse de su verdadero origen, todo cambiará cuando una loba de cabellos rojos violáceos, aparezca frente a él, ocasionando el despertar de un poder oculto en su interior, de su lobo quien reclamará a esa linda loba como La Luna de Ares.
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Un legítimo Alfa de alfas
Marcos se contuvo, no podía creer las palabras de aquel lobo desconocido. Pensó que solo quería engañarlo y no lo permitiría. Debía matarlo y llevar a Hazel de regreso al clan Windsor. No importaba que ella estuviera marcada; con la muerte de su pareja, sería libre de nuevo.
—¡Ataquen! —ordenó.
A pesar de sentir temor ante la presencia de Jonathan, los lobos alfas se lanzaron al ataque. Jonathan se puso en posición; debía defender a Hazel, pero era la primera vez que estaría en una pelea real y se sentía nervioso.
—Sin miedo, cabrón, eres más fuerte que todos ellos juntos —dijo Ares.
Jonathan reaccionó ante esas palabras, se defendió del ataque y se sorprendió de sí mismo al mandar a volar a varios lobos. Eso lo motivó a seguir atacando, recordando cada entrenamiento que tuvo con Xavier. No era tan complicado, solo que ahora no debía contenerse.
Marcos observó cómo Jonathan derrotaba a los lobos. No pensaba que fuera tan fuerte. Dirigió su mirada a Hazel, quien miraba a Jonathan con orgullo y admiración. Notaba algo diferente en ella desde que vivía en el clan.
Jonathan observó al grupo de lobos ya derrotados; aún seguían con vida, pues no quería matarlos, no era un asesino, aunque Ares le decía que debía hacerlo.
—Hazel me pertenece. Será mejor que te largues —dijo con autoridad, mirando a Marcos, pues él era el líder.
—Hazel debe regresar al clan Windsor, donde pertenece —respondió Marcos, gruñendo—. Apártate, lobo callejero.
—No te confíes con él, es diferente a esas basuras que están en el suelo —dijo Ares.
Jonathan asintió y dirigió su mirada a Hazel. Ella le sonrió; eso fue suficiente para que Jonathan se motivara para seguir peleando y no dejarse vencer.
Marcos se lanzó contra Jonathan, quien esquivó el primer golpe, pero Marcos le dio una fuerte patada, mandándolo a volar y estrellándolo contra unos árboles que cayeron sobre él.
—¡Jonathan! —Hazel corrió hacia él, pero Marcos dio un salto y se colocó frente a ella.
—Regresemos, Hazel —ordenó.
Hazel retrocedió, negó con la cabeza y se puso en posición de combate.
Marcos rio al ver que ella quería pelear. Dio un paso hacia ella y trató de agarrarla del brazo, pero Hazel respondió dándole un puñetazo en el rostro.
—¡Perra! —gruñó Marcos y escupió sangre.
Marcos atacó a Hazel. Ella trató de defenderse, pero ese lobo alfa era más fuerte. Él detuvo su puño y le dio una fuerte bofetada. Hazel cayó al suelo y llevó la mano a su ardiente mejilla.
—Deja de hacerte la difícil, Hazel —la jaló del cabello y la arrastró por el suelo.
Hazel se resistía a ir con él. Dirigió su mirada hacia los árboles que habían sepultado a Jonathan; sabía que seguía con vida, podía sentirlo, pero aún no estaba listo para enfrentarse a alguien tan fuerte como Marcos.
Max, el lindo perro, logró abrir la puerta de la casa y corrió hacia Hazel para protegerla. Mordió el brazo de Marcos, quien gruñó y soltó a la chica.
—¡Maldito saco de pulgas! —Marcos le dio un golpe y el perro cayó al suelo, herido.
—¡Max! —gritó Hazel. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Ese perrito no tenía la culpa.
—Déjate de mierdas, Hazel, ¡Regresemos! —ordenó, liberando su aura de alfa.
Hazel frunció el ceño. Sentía que le faltaba el aire. El aura de un alfa Windsor era poderosa y, aunque ella fuera una Windsor de la rama principal, no había sido entrenada adecuadamente para resistir.
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Jonathan despertó, su cuerpo estaba adolorido. Escuchó a Hazel gritar e hizo todo lo posible para levantarse y quitarse de encima esos árboles.
—¡Mierda! Ares, ayúdame —susurró.
—A ese maldito Windsor faldero lo voy a matar —gruñó Ares, mientras expulsaba su aura de alfa.
Marcos se detuvo a un paso de Hazel al sentir un aura de alfa tan poderosa como la de él, o incluso más si se seguía liberando de esa manera.
Los árboles que habían sepultado a Jonathan salieron volando a los lados. Jonathan estaba de pie, con la frente y los brazos sangrando. Se arrancó la playera, sus ojos marrones se volvieron azules en segundos y sus dientes se afilaron. Su aura de alfa se hacía visible para Hazel y Marcos.
—Te voy a matar como a un gusano por tocar a mi Venus —gruñeron Ares y Jonathan.
—¡Todos ataquen! —ordenó Marcos.
Para su sorpresa, los lobos a su cargo estaban siendo afectados por el aura de Jonathan.
Marcos miró hacia Jonathan, quien ya estaba frente a él. Se sorprendió de su velocidad. Recibió un golpe en el estómago y otro en el rostro. Marcos gruñó de dolor, saltó para alejarse de él y se sobó el estómago.
—¿Estás bien? —preguntó Jonathan, arrodillándose frente a Hazel.
Ella asintió y miró a Max a su lado. El perro seguía con vida, pero estaba herido.
Jonathan se sintió triste al ver a su mejor amigo así; él solo defendió a su Hazel, del enemigo.
—Te voy a matar, perro faldero, por dañar a mi eterno rival —gruñó Ares, tomando el control. Incluso él estaba furioso porque Max estuviera herido.
Marcos empezó a transformarse, no totalmente en un lobo. Tenía que derrotar a ese hombre y llevar a Hazel ante su Alfa. Su cuerpo se hizo grande y se cubrió de pelaje oscuro. Sus manos se volvieron garras afiladas y su hocico se hizo enorme, con colmillos sobresalientes que goteaban saliva.
Ares se rio ante esa transformación. Marcos no era un licántropo, pero era una de las habilidades especiales que poseían los Windsor. Incluso Jonathan podría transformarse así, pero su cuerpo aún era débil para resistirlo y, de momento, no era necesario. Ese lobo alfa que quería llevarse a su Hazel no estaba a la altura del auténtico Alfa de Alfas.
La batalla se desató entre Marcos, el alfa al servicio de Caspian, el actual alfa de alfas del Clan Windsor, contra Jonathan, el legítimo Alfa de Alfas, quien apenas se enteraba de su verdadero origen.
Jonathan dejó que Ares tuviera parte del control. Permitió que su cuerpo se moviera para defenderse y atacar. Marcos empezó a retroceder; se le dificultaba mantener el ritmo. No podía creer que ese hombre lo estuviera superando en poder.
Hazel solo podía observar, acariciando al herido Max. Estaba sorprendida de ver cómo Jonathan superaba a Marcos, uno de los alfas más poderosos que el clan Windsor tenía.
—Recuerda que nuestra pareja es un legítimo Alfa de Alfas —habló Venus.
Jonathan se detuvo, su respiración estaba agitada. Sentía que su poder seguía liberándose, pero eso lo inquietaba, el deseo de acabar con la vida de Marcos.
—¡Maldito, te voy a matar! —gruñó Marcos.
Se lanzó de nuevo contra él, pero al estar a solo unos centímetros, se detuvo. El aura de alfa de Jonathan le quitaba la respiración y no lo dejaba moverse. Solo el aura de un verdadero alfa de alfas podía detenerlo.
—Estúpido —se burló Ares.
Jonathan pateó a Marcos, tirándolo al suelo, y después lo arrastró de la cabellera por el jardín. Los lobos alfas seguían asombrados, sin poder levantarse para ayudar a Marcos.
Hazel miraba ahora con un poco de temor. Jonathan estaba golpeando a Marcos, pero parecía no tener intenciones de matarlo; más bien lo estaba torturando.
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Xavier se encargó de los lobos que trataron de atacar la ciudad. Por fortuna, Dani lo despertó a tiempo y no lograron llegar por completo a la ciudad.
—Hey, Xavi —llegó Dani y miró a los lados los cadáveres de los lobos—. Tendrás mucho que limpiar antes de que todos despierten —dijo.
—Sí, bueno, supongo que tardarán en despertar, ¿no? —preguntó, sabiendo que Dani ya se había encargado de que ningún humano se enterara de lo que pasaba.
—Vamos con Jonathan y Hazel —Dani tomó su mano y continuaron su camino hacia la casa de Jonathan.
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Jonathan miraba a Marcos. Había golpeado su rostro hasta dejarlo hinchado y le había quebrado el brazo que Max le había mordido, pero eso no era suficiente. Seguiría torturándolo hasta que muriera, eso era lo que se merecía.
—Basta, Jonathan —susurró Hazel.
Ese no era el Jonathan que ella conocía. Quería que se detuviera, pues verlo así solo demostraba que era igual que su padre y los Windsor.
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Xavier y Dani llegaron en ese momento. El aura de Jonathan empezó a afectar a Dani.
Xavier suspiró; sabía que algo así podría pasar. Jonathan aún no estaba preparado para soportar el poder de Ares. Si seguía así, perdería el control por completo. Aunque no tenía problemas con que matara a esos alfas, dirigió su mirada a Hazel. Ella estaba asustada y podía entenderla, pues Jonathan, en ese momento, era como Caspian cuando castigaba a su gente.
El aura de Xavier se liberó. Caminó hacia Jonathan, quien al percatarse de él, se giró y pensó en atacarlo.
—Contrólate, idiota, estás asustando a tu Venus —le señaló a Hazel.
Jonathan miró el bello rostro de su Hazel, lleno de temor hacia él. Soltó un pesado suspiro, miró sus manos cubiertas de sangre y luego a Marcos, malherido. Retrocedió.
Los alfas pudieron moverse de nuevo y pensaron en atacar, pero Xavier gruñó.
—Tomen a su líder y lárguense. Infórmenle a Caspian que el verdadero Alfa de Alfas del Clan Windsor irá pronto a visitarlo —ordenó, liberando más su aura.
Los lobos, asustados por la situación, cargaron al herido Marcos y huyeron, adentrándose en la oscuridad del bosque.
Dani se acercó a Hazel y empezó a revisar a Max, quien estaba herido. Sonrió aliviada al ver que el perro sobreviviría.
—Buen trabajo, Max —acarició al can, que solo la miraba, exhausto.
Jonathan y Hazel se miraron. Él se sentía fatal por lo que había hecho, pero la ira se había apoderado de él al ver que alguien intentaba hacerle daño a su Hazel. Ahora, ella parecía tenerle miedo.
—No debes temerle —dijo Dani, acariciando a Max—. Su poder es tan inmenso que todavía no logra controlarlo. Solo peleó para protegerte.
Hazel asintió, comprendiendo sus palabras. Se levantó y se acercó a Jonathan, quien bajó la mirada, desanimado.
—Lo siento —susurró él—. No quise asustarte.
Hazel lo abrazó, recostó su cabeza en su pecho y escuchó el latido acelerado de su corazón. No debía tenerle miedo, porque él era su pareja destinada y lo único que quería era protegerla.
—Jonathan, te amo —susurró con su tierna voz.
Jonathan suspiró ante esa confesión. Quería abrazarla, pero sus manos estaban cubiertas con la sangre de aquel ser despreciable. Sabía que debía continuar su entrenamiento y aprender a controlar su poder. No quería matar, pero ahora que había vivido un enfrentamiento en carne propia, era obvio que la violencia era inevitable.
Xavier se apartó de la pareja, miro hacia el bosque por donde se fueron el grupo de lobos qué quedaron con vida. Sabía que era lo mejor. Ya no podía ocultar a Jonathan ni arriesgar a los humanos en una guerra que no les pertenecía.
Dani miró la noche oscura, iluminada solo por la luna. Por fortuna, no hubo bajas humanas y Jonathan y Hazel estaban a salvo. Pero ahora Caspian Windsor sabría que Jonathan seguía con vida, que aquel pequeño niño al que intentó matar esa noche desastrosa había sobrevivido. Dani recordaba esa noche a la perfección, pues había estado presente y simplemente había cumplido la voluntad de Marina Windsor: que su pequeño hijo sobreviviera para cumplir su destino.
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...Clan Windsor....
Caspian observó a sus hombres llegar. Eran menos de la mitad de los que había enviado. Se sorprendió al ver lo gravemente herido que venía Marcos.
—¿Quién fue? —preguntó Caspian con voz baja y tensa.
—Un joven lobo Alfa. Se presentó como Jonathan Windsor —respondió uno de sus hombres, con la mirada baja, temeroso de la reacción de su Alfa—. También estaba el Alfa solitario, Xavier... —calló, incapaz de mencionar su nombre completo.
—Ese maldito sigue con vida —gruñó Caspian.
—Dijo que el verdadero Alfa de Alfas del Clan Windsor vendrá pronto —añadió, su voz temblorosa.
Caspian liberó su aura de Alfa, se dio la vuelta y se alejó. Por supuesto que sabía a lo que se refería, pero no permitiría que el hijo de Marina y Joel Windsor regresara al clan que ahora le pertenecía a él. Si Hazel estaba con él, significaba que era su pareja destinada. Pero ni siquiera eso podía permitirlo. A pesar de que no sentía un amor de padre por Hazel, no toleraba la idea de que estuviera destinada al hijo de Marina y Joel, encargaria de matarlo.
Directo, fuerte y claro jaja 😂
¡Respete a su Tío! jajaja 😂😂😂
Ya está preocupada por esa última noche en el bosque con los hombres de Marcos acechando 😓😞
Hubiera sido mejor padre y pareja..mel.clan no estaría en dónde está ahora 😔
¡Qué gran revelación! 😳
Pero sí o sí debe decírselo a Hazel antes de que se entere por otro lado, ahí si será peor 🤦🏻♀️
Ay pobre Dani, ya con su especie me da pesar 😢😢