Odette, Aurora Y Dafne, Las Mejores Amigas

Mi amor, ¿te molesta si no te llevo a tu casa?, es que necesito ir a comprar algunas cosas.

Claro que no, me iré en taxi.

Rolando se iba a subir al coche cuando Isabel le salió al encuentro.

Hola, dijo ella con coquetería.

Señorita Isabel, ¿qué la trae por acá?

Vengo a hablar de trabajo. ¿Le gustaría ir a comer conmigo para platicar?

Isabel era sumamente atractiva, llevaba puesto un top y una falda muy corta. El pelo suelto que le llegaba a los hombros como una cascada dorada.

Y unos ojos azul cielo que resaltaban su belleza.

Bueno, vamos, pero iremos en mi coche.

De acuerdo, ella le hizo una seña a su chofer de que los siguiera.

Pronto llegaron a un restaurante muy bonito y privado.

Se sentaron en un lugar un poco apartado de la vista de curiosos.

El mesero llegó hasta ellos con el menú.

Yo quiero los boneles y una cerveza, por favor.

Lo mismo para mí, pero traiga la cubeta, por favor.

Enseguida.

Más tarde los dos comían tranquilamente.

Mira, esto es lo que quiero. Ella le dio unos bocetos del trabajo que requería para su joyería.

Cuando él tomó las hojas ella rozó su mano con la de él.

Rolando no pudo evitarlo y le sonrió.

Ella sonrió también, mostrando unos dientes muy blancos.

Ya encendida la llama de la pasión fueron a un lugar más tranquilo y, sin necesidad de palabras se entregaron a la pasión.

Rolando no pudo rechazar a esa mujer que se le ofrecía en charola de plata.

Una y otra vez la hizo suya, quedando ambos extasiados el uno del otro. Extenuados y sudorosos.

Ella le habló a su chofer y Rolando se fue directo a su casa.

Por primera vez se sintió aliviado de vivir solo. No tenía que dar explicaciones a nadie.

.

.

Monterrey, Nuevo León...

Odette se arregló lo mejor que pudo y salió dispuesta a disfrutar del tiempo que pasara al lado de Azael.

Hola, y, ¿cuál es tu nombre completo?

Azael Santana Burruchaga...

Odette no pudo evitar sonreír.

¿En verdad te llamas así?, preguntó Odette divertida.

Claro que no, hermosa, solo lo dije para romper el hielo y provocarte una sonrisa.

Ah, ok, y lo has logrado.

Me llamo Azael Lazo Arredondo, ¿y tú?

No, yo no, yo me llamo Odette.

Azael rio de buena manera, ah me la aplicaste, jajajaj.

Azael llevó a Odette al cine, pero la película estaba muy aburrida y decidieron salirse.

Oye, estoy muy intrigada, ¿cómo diste conmigo?

Fue una faena muy difícil, pero lo logré.

Pues cuéntamelo quisiera saberlo.

Está bien, pero vamos a un restaurante a comer y ahí platicamos, ¿te parece?

Al poco rato, estaban en un pequeño restaurante que más bien parecía una fonda, ji ji.

Después de pedir el menú Azael empezó a hablar.

Deja te cuento cómo pasó todo. Después de que bailamos el vals te busqué por todas partes con la mirada pero nunca te vi.

*Flashback*

¿Has visto a Odette?, le preguntó Azael a Rosalba.

No, hace rato se fue a sentar con su familia a la mesa, pero ya no los vi.

¿Crees que se hayan ido?, preguntó Azael con la incertidumbre reflejada en su rostro.

No lo sé, yo también la estaba buscando para pedirle su teléfono, pero ya no la vi, yo creo que ya se fue.

Azael se quedó muy triste porque ya no estaba Odette, sin embargo, no se quiso salir de la fiesta porque apenas iban a servir la cena y él, la verdad que tenía mucha hambre; ya tendría tiempo después para buscarla.

Pero lo que él pensó que sería fácil en realidad no lo fue.

Ni siquiera se dio cuenta del momento en que se había ido.

Al día siguiente se presentó en la escuela donde estudiaron, la secretaria estaba ahí porque ella iba a inscribir a los nuevos alumnos.

Azael Lazo, ¿qué te trae por aquí?

Hola Cinthia, qué bonito peinado traes ahora.

A mí no me engañas, ¿qué es lo que deseas?, no me estés adulando.

Por favor, necesito saber la dirección de Odette.

Lo siento, esa información no la podemos dar. Todo se maneja de manera confidencial.

Ándale, Cinthia, ¿alguna vez te has enamorado?

Clsro que sí, en este momento estoy enamorada de mi novio, dijo ella con los ojos brillantes de emoción.

Bueno, pues es lo mismo. Yo también estoy enamorado, dime dónde puedo encontrar a Odette.

Azael, no me metas en estas disyuntivas, ¿que no ves que hasta puedo perder mi trabajo?

Si tú me das la dirección de Odette te prometo que no le diré a nadie es un caso de vida o muerte.

Está bien, pero tengo que buscarlo porque todos los alumnos que salen los archivos los guardamos hasta atrás.

¿Cuánto tiempo?, preguntó Azael con desesperación.

No lo sé, tengo mucho trabajo tal vez una semana o dos, ahorita no puedo atenderte porque mira toda la fila que tengo de alumnos por inscribir a esta escuela.

Está bien, vendré en dos semanas te lo voy a agradecer toda la vida.

De acuerdo. Ahora vete porque estoy muy ocupada.

Azael se fue con la esperanza de volver a ver a Odette. Su amor crecía cada vez más.

Tanto la amaba que dos semanas después volvió a la escuela.

¿Ya tienes la dirección, Cinthia?, le preguntó.

Aún no, no he tenido chanza de buscar.

¿Te parece bien que venga en una semana más?

Mira, mejor espera a que yo te hable, ¿ok?, no me presiones.

Bueno, espero tu llamada.

Incluso te la puedo dar por teléfono, no necesitas venir.

Por esos días, Azael fue a trabajar a otro estado, pero en cuanto regresara la seguiría buscando.

Cinthia buscó en los archivos en un tiempo libre que tuvo.

"Ay, ¿dónde estará el expediente de Odette?", pensó Cinthia. "Debe de andar por aquí".

Estuvo buscando un buen rato, pero no estaba el expediente de Odette.

Al día siguiente siguió buscando.

Dos horas después, lo encontró, estaba acomodado en otra letra.

"¿Cómo vino a parar esto aquí?", pensó.

Le marcó a Azael, pero nadie contestó.

Marcó varias veces con el mismo resultado.

Bueno, esperaré a que venga.