por un hijo una muere y vive.
por un hijo uno mata de ser necesario.
por un hijo, uno es capaz de meterse en el infierno y ser peor que el diablo, o en este caso pedirle ayuda.
Alina sabía que lo mejor era no meterse, pero el destino la llevó a sus brazos y ahí encontró el mejor refugio.
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sorpresa inesperada
Dos meses de pura soledad habían pasado, Esme por fin me dijo que tanto Mazze como Darko se habían instalado en la otra casa que poseía este último por un tema de territorios y que por eso no habían venido a la mansión, supongo que esa era la forma de protegernos que tenían, aunque no estaba muy de acuerdo con que ni siquiera den señales de vida. Solamente Artem cada tanto se aparecía para ver que todo estuviese en orden y pasar tiempo con Selene, ya que a mí pocas veces me dirigía la palabra.
Era un día normal, mi hija estaba en sus clases y por suerte había avanzado muchísimo. Ya podía pronunciar más palabras sin equivocarse y aunque aún le costaba formular oraciones enteras, se comunicaba bastante bien para a penas tener 3 años y medio. Con Esme la rutina era casi normal, levantarnos a la mañana, desayunar, bañarnos y esperar a que la niña comenzará sus clases para luego ponernos a cocinar las dos. Por suerte era una alumna muy buena y en poco tiempo ya podía hacer budines sin necesidad de que la estuviese supervisando.
Todos en la mansión eran demasiado amables conmigo y aún seguían sin dejarme hacer ninguna tarea por más sencilla que fuera, de hecho lo único que podía hacer aparte de cocinar los postres, era limpiar lo que había usado. un mes atrás descubrí que en este lugar había una biblioteca enorme y preguntando al ama de llaves, ella me consiguió que me dejaran ingresar, si que había días que me encerraba allí adentro y pasaba horas leyendo, perdida en novelas de amor, de ficción y de terror.
Hoy también me encontraba sumida en la lectura, cuando Esme ingreso en el lugar agitada.
mi ama debe cambiarse para la ocasión, la señora vendrá- me dijo mientras tomaba aire, se ve que había subido las escaleras de golpe.
¿la señora?- pregunté con curiosidad.
si la madre del joven amo, sus padres viven en una villa alejada de este lugar desde que le entregaron el poder a su hijo- me explicó al ver que mi sorpresa seguía instalada en mi rostro.
no sabía que vendría- le dije dejando el libro en la mesa y poniéndome de pie.
el señor Artem llamo recién avisado de su llegada, quiere conocer a la futura rosa negra- me dijo como si nada.
¿a la futura que?- ya me estaba perdiendo dentro de este tema.
Rosa negra, es la posición que lleva la esposa del amo- me contesto mientras salíamos del lugar.
Espera Esme, porque todos asumen que me casaré con el ¿acaso no hay algo que él ha dicho? No se nada de ellos desde hace meses, ni siquiera un mensaje- apreté fuertemente mis puños, ellos habían desaparecido como si nada y me dolía, porque ni siquiera podía saber si estaba bien.
mi ama- dijo con un deje de tristeza.
no le di más importancia e ingresé en mi cuarto a cambiarme, supongo que recibir a la madre de Darko en pantalón y sudadera no era lo indicado, aunque siendo francos tampoco sabía como debía vestirme, así que me puse lo mismo que Iván me obligaba a llevar cuando su tío nos visitaba, un pantalón de vestir negro con una camisa blanca.
Baje las escaleras al mismo tiempo que una hermosa señora ingresaba en la mansión, me quedé en shock al verla. Seguramente debía tener un poco más de 50 años, pero se veía sumamente joven, su cabello largo y negro como la noche contrataba de forma perfecta con lo blanco de su piel y unos hermosos ojos de color verde. Al menos ahora sabía a quién había sacado Darko tanta hermosura, letal, pero hermoso. la señora se quedó impactada al verme, por un momento pude notar un deje de tristeza en su mirada y siendo francos no entendía por qué, pero fueron solo unos segundos, ya que luego su máscara de frialdad volvió a aparecer.
Muy buenas tardes, señora- me incliné a modo de saludo.
Jamás agaches la cabeza, rosa negra- las palabras retumbaron en mis oídos, pero la voz, esa voz la conocía, un recuerdo lejano vino a mi mente. un almuerzo entre dos amigas y yo corriendo por los jardines de mi casa.
¿Señora Ivi?- mis ojos se llenaban de lágrimas en cada palabra entrecortada que salía de mi garganta.
Demasiado tiempo ¿verdad Ali?- mis piernas respondieron en cuanto sus palabras salieron de su boca. me lancé a sus brazos y ambas caímos arrodilladas al suelo, yo llorando a mares y ella sobando mi cabello.
Sabía que todos estaban mirando sorprendidos y no me importaba, para nada me interesaba lo que pudieran pensar, por primera vez en años estaba frente a una persona conocida y que me había brindado mucho amor en el pasado.
¿Qué ocurre, madre?- la voz gruesa de Darko lleno el ambiente, pero ni levante la mirada ni deje de llorar.
Déjala hijo, ya habrá tiempo de explicaciones- ella seguía acariciando mi cabeza y mi llanto estaba lejos de terminar.
No sé cuanto tiempo pase en esa posición, ni cuanto llore realmente, solo sé que mis piernas se cansaron de estar arrodilladas, aunque no me dolían, solo estaban dormidas. Mire a Ivi, quien ahora tenía una mirada llena de ternura y secaba con sus pulgares aquellas gotas que aún bajaban por mis mejillas, si era ella, la amiga de mi madre que un par de veces al año, venía de visita a nuestra mansión y pasaba horas con nosotras en el jardín, si mi memoria no fallaba la última vez que la vi fue cuando cumplí los 15 años, mi padre después de esa visita, le había prohibido a mi madre volver a verla y esa misma noche presencié cuando ella le escribió una carta llorando, explicándole la decisión de su esposo.
Tenemos mucho de que hablar pequeña, pero primero creo que debemos levantarnos del piso, puedes enfermarte- por un momento recordé que habíamos estado arrodilladas y quise levantarme de golpe, pero falle en mi intento y gracias a Darko no fui a parar sobre su madre al suelo.
Gracias- le dije mirándolo con las mejillas más rojas que un tomate, hacía dos meses que no lo veía y parecía que se había puesto aún mejor y más fuerte.
No contesto y me alzó en brazos para depositarme suavemente en el sillón, mientras que Artem ayudaba a Ivi a pararse. Podía notar las miradas curiosas de todos los sirvientes y hasta un deje de tristeza en el ama de llaves.
Me quedé sentada con las manos apoyadas en mis rodillas intentando calmar mi respiración y los latidos de mi corazón, era demasiada emoción junta y temía que me hiciera mal si no lograba tranquilizarme.
mami- la voz de mi pequeña hizo que todos giráramos a ver las escaleras desde donde Selene descendía de la mano con su maestra.
Si definitivamente tenemos mucho de que hablar pequeña- mire a Ivi nuevamente que se había sentado frente a mí y me sonreía de forma maternal intercalando las miradas entre mi niña y yo.
Y debes terminar el compromiso que tienes, pero no te duermas
🥰🇺🇾🥰🇺🇾🥰🇺🇾
Que emocionante 🥰🥰🥰🥰🥰