- "el cristal es frágil, tu corazón también lo es, eso quiere decir que sos frágil como el cristal"-
Alma Baez, dueña y chef pastelera , de una de las confiterías más exclusivas de la ciudad, por decisión de ella, y debido a un desafortunado incidente, que la llevó a no creer más en el amor, se habia vuelto una intriga, nadie la conocía personalmente.
Federico Alcaraz, millonario y arrogante, debía casarse en un año, para ser el dueño de las acciones de la empresa familiar, nunca se habia enamorado.
Podrá enamorarse de una mujer que lo rechaza?
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capítulo 17
Alma, te estamos esperando en la mesa, Antonio va a apagar las velas de su torta. Hola Federico, tenés un imán para encontrar a Alma.
- Hola Ana, esta vez fue mi amigo Pedro.
- casi delataste a nuestra amiga, tenés que tener más cuidado.
- lo sé, por eso me estaba disculpando con Alma.
- bueno, chicos, no se peleen, ya salimos del paso. Vamos Anita, Antonio nos espera. Nos vemos Fede.
- hasta luego, chicas.
Federico se queda mirando a Alma, recién ahora se da cuenta del vestido que llevaba puesto, -muy corto y ajustado para mi gusto-. Luego se dirige nuevamente hacia su mesa.
Alma por su parte, iba caminando junto a Ana, tratando de disimular, el temblor que sentía en su cuerpo después del abrazo con Federico.
Federico llega a la mesa, y se sienta.
- te encontraste con ella?
- si, y me perdonó.
- bueno, ahora estás más tranquilo?
- no, sello su perdón con un abrazo, si ya estaba loco por ella, sentir todo su cuerpo junto al mío, fue peor. Estoy loco por Alma, creo que no podré curarme nunca de esta adicción.
La noche del cumpleaños pasó, Alma este domingo decidió quedarse todo el día disfrutando de su casa, por la mañana temprano, se dedicó a su jardín, le hacía cargar energía, luego se hizo una ensalada y siguió con el aseo de la casa. Había terminado, y siempre cuando hacía esas tareas, le encantaba mirar todo a su alrededor, su casa de cristal, estaba limpia y ordenada. Recibe un llamado, es de su nuevo amigo.
- hola Fede, me llamaste justo, recién termino con mis tareas y justo me iba a bañar.
- hola hermosa, estoy muy aburrido, vas a venir a la ciudad?
- no, quise quedarme en mi casa, hacía rato que no me dedicaba a ella.
- no tenés personal de limpieza?
- no, por razones obvias.
- claro, tenés razón. Y que hago Alma?, no sirvo para estar solo.
- una película?, tomar café con algún amigo?, no tengo idea Fede.
- una película y no tener con quien criticar la trama?, a mi amigo, lo tengo cansado, me pidió el domingo libre.
- te entiendo, pero te soy sincera, no quiero ir a la ciudad, tengo ganas de estar aquí, sin maquillaje, con ropa cómoda y rodeada de mis cosas.
- bueno, veré que hago, tal vez pueda llamar a otras personas y consiga quien me haga compañía, te veo mañana preciosa.
Alma enseguida se puso a pensar, que tipo de compañía buscaría Federico?, sin pensarlo, le salió decir.
- espera, yo no quiero ir, pero vos querés venir?
Otra vez, se mordió los labios, había hablado sin pensar.
- en serio?, ya voy para allá, avisales a tus guardias.
- dale te espero.
¿Qué poder tenía Federico sobre ella?, quizás el solo hecho de pensar en él, con una mujer a su lado, le provocó invitarlo a su casa?, los celos la estaban haciendo caminar sobre la cornisa.
Por su parte Federico, sonreía porque había logrado confirmar que Alma sentía celos, y eso le daba esperanzas para un futuro.
Alma se apura en bañarse, lo que no iba a claudicar es en estar como deseaba, en su casa. Así que se puso un jean roto, un remeron que caia por uno de sus hombros y zapatillas cómodas. Recibe un llamado.
- señorita, aquí está el mismo caballero de la vez pasada, dice que usted lo está esperando.
- hacelo pasar Ramón, lo estaba esperando...
En el puesto de seguridad...
- pase, la señorita me dio la autorización.
- donde queda la casa?
- va por aquí derecho, 3 cuadras y luego dobla hacia la derecha, se dará cuenta de que llegó, porque es una casa vidriada.
Federico sigue las instrucciones del guardia, y se sorprendió, era verdad, se encontró con una casa totalmente vidriada, Alma lo estaba esperando afuera, y aunque fuera con esa ropa de entre casa, se la veía espléndida. Estaciona el auto y baja.
- bienvenido a mi casa de cristal, mi otro lugar en el mundo.
- me vas a contar por qué una casa vidriada?
- claro que si, querés que te lo explique ahora o querés pasar?
- hay intimidad en tu casa?, digo por los vecinos.
- sí, es igual a la puerta que tengo en el local, ves absolutamente todo desde adentro y de afuera no podés ver nada.
- entonces, contámelo adentro.
Ambos pasan a la casa, Federico, imito a Alma y se puso a mirar por todos lados, la casa por dentro era luminosa, y es verdad también que la sensación era como la de estar viviendo en la intemperie. Apenas ingresó, se encontró con un enorme sofá, una mesa baja y una pantalla enorme, detrás estaba la cocina, que era muy cómoda y contaba con un desayunador con 2 butacas, hacia un costado, había una estufa a leña, hecha en su totalidad de piedra, vestía todo el ambiente por su impotencia, luego una escalera, que llevaba a un entrepiso, descubierto, donde podía divisarse una cama de 2 plazas y muebles de guardado, tanto el entrepiso y la parte baja contaba con baño, que se ubicaban detrás de la estufa.
- esta casa, la diseñaste vos?
- sí.
- no hay separación de ambientes excepto los baños.
- vivo sola, no necesito intimidad alguna.
- es hermosa, y cómoda.
- bueno, al fin alguien, que no le parece fría.
- para nada, debe ser hermoso despertar y poder mirar hacia todos lados. Contame su historia.
- bueno, te dije que por años estuve muy dolorida con el hecho desafortunado que me pasó, cuando tuve la oportunidad de hacer mi casa, quise que en parte, el que la viera, me reconociese en ella.
- y en que te representa?
- esta casa, esta cubierta de cristal, como mi corazón, lo que hay adentro de cada uno, es todo lo que yo soy, si aquí se rompe algún cristal, todo lo que hay adentro quedaría expuesto, si se rompe el cristal de mi corazón también, por eso, resguardo que no me rompan, ni el corazón, ni mi casa.
Federico se la queda mirando, cada cosa que aprendía de ella, lo hacía admirarla más.
- no sé que o quien, te rompió ese corazón, para que lo resguardes tanto, solo sé que el cristal es frágil, entonces tu corazón también lo es. Sos frágil como el cristal.
- exacto, por eso decidí, no relacionarme, tengo miedo a que me lastimen, y no se si mi corazón aguantaría eso.