Fénix es una Joven de 21 años que vive una vida difícil con su padre- El padre la obliga a casarse con el nieto mujeriego de Thomas Anderson, el joven CEO Joshua Anderson, para evitar la banca rota.
Esta es la historia de un Matrimonio Forzado. Fénix y Joshua compartirán algo mas que un acta de matrimonio.
-Amor, secretos, dolor y engaños te harán ser parte de una historia única.
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Bienvenida a casa
La noche cubrió la ciudad, los novios circulaban por las calles transitadas, esta vez en el Lamborghini Diablo del novio que conducía sin ver a Fenix, seguía tan enojado que sus nudillos se blanqueaban en el volante.
Joshua por más que trato de controlar sus odiosos celos durante toda la fiesta le fue imposible y tomo del brazo a la novia para sacarla de allí pues esta no se separó de Ethan lo que duro del evento.
Fenix observaba las luces de la ciudad a través del cristal y en sus manos jugaba con las llaves de la que sería su nueva casa.
Aun recordaba las palabras del viejo Anderson cuando impidió la salida estrepitosa de su nieto arrastrándola
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-¿Que sucede?—Thomas hablo tranquilo y divertido ya que durante la fiesta descubrió que su nieto era un cavernícola cuando algo realmente le importaba aunque era evidente que jamás lo reconocería
-Estoy aburrido y no me queda de otra que llevarla- Joshua rodo los ojos apretando más el brazo de Fenix que cerró los ojos aguantando la presión
-Suéltala- exigió el mayor y su nieto de mala gana lo hizo
-Querida- llamo a Fenix que refregaba su brazo enrojecido
-Si Señor Thomas- sonrió con dulzura
-Ya te dije dime abuelo-
-Lo lamento, abuelo- aclaro Fenix avergonzada
Joshua vio la escena irritado, que pasaba con todo el mundo incluso con él, que parecían no ser inmunes a ese rostro hermoso, aun mas cuando las mejillas se sonrojaban y el pequeño hoyuelo aparecía
-Aquí tienes mi regalo- el hombre extendió la mano y entrego las llaves en las manos de Fenix
-Muchas gracias abuelo- ella lo abrazo con amor, ese día no fue lo que soñó, pero ese hombre la trataba tan dulcemente que le era imposible no quererlo
-Escucha niñato, más te vale tratarla bien, ya sabes dónde ir, sus cosas ya se encuentran en la casa en una semana tendrán su luna de miel- informo Thomas y Joshua solo asintió
-¿Luna de miel?- pregunto Fenix, ella solo quería estar con su bebé
-Si querida, pero será en una semana no te preocupes, quiero que te acomodes primero- informó Thomas, el entendía la preocupación de la joven, pero todo tenía que moverse como si nada pasara.
La pareja estaba por seguir camino, pero nuevamente el patriarca hablo
-Fenix, gracias por aceptar a este tonto- señalo con el mentó a su nieto- sé que no será fácil, pero ya verás que todo saldrá bien niña – se acercó para susurrarle al odio- cuanto menos lo esperes tus sueños se harán realidad- sin más se alejó de la pareja
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-Llegamos- Joshua hablo de mala manera abandonado el auto
Fenix bajo del coche y quedo perpleja viendo aquel preciso lugar.
Eso no era una casa más bien, parecía una mini mansión de tres plantas, las paredes blancas con tejas la hacían ver imponente y elegante
-Vienes o piensas quedarte viendo como boba- grito su flamante esposo desde la entrada principal
-Imbécil- susurro Fenix y camino arrastrando su delicado vestido de novia con las sandalias en sus manos, ya no soportaba aquellos tacones.
Al ingresar al lugar pensó que no podía abrir más sus ojos, el piso de mármol blanco y las paredes en un tono marfil hacían del lugar una iluminación casi irreal. La elegante araña se alzaba en la sala principal y ni hablar de los sillones en tonos rojo fuego que contrataban con todo alrededor.
-Fenix te presento a Casandra- irrumpió Joshua
Ella giro y se encontró con una mujer de unos cincuenta años que la veía con ternura
-Es un placer conocerla señorita, seré su ama de llaves, el Señor Thomas me pidió que la ayude a decorar el lugar a su gusto y a tomar las riendas de su hogar.
Joshua mostro su molestia y Casandra que lo conocía de pequeño quiso darle uno coscorrón, pero trato de evitarlo para no incomodar a la nueva intégrate
-Gracias Casandra ser aun placer trabajar contigo
-En la planta superior esta su habitación, señalo las escaleras, la cocina la encuentra siguiendo este pasillo, y el jardín esta por allí, señalo la salida a la izquierda, en donde una hermosa puerta de vidrio dejaba ver las luces del jardín nocturno.
-El resto del personal podrá conocerlo mañana. Si desean algo no duden en llamarme- dicho eso se alejó dejando a los nuevos esposos en la sala
-Vamos - Joshua tomo la mano de Fenix y la arrastró piso a arriba, ella trastrabillo en las escaleras por la velocidad con la que era llevada
-Detente- grito, pero este la ignoro
Cuando llegaron frente a la puerta de la habitación Joshua la tomo de los hombros y acorralo contra la pared, inclinándose peligrosamente al rostro asustado de la pelirroja
-Tengo dos opciones para ti querida esposa- susurro mostrando una mirada hambrienta, sentir el aroma a vainilla y coco lo desesperaba y su cuerpo exigía urgente el contacto, pero no sería un maldito demente tomando a una mujer sin su consentimiento, aunque esta fuera su esposa
-Me oyes- exigió respuesta de Fenix que parecía un conejito asustado
-Si…si- hablo balbuceando
-Tendrás que mantenerte, jamás te daré un centavo bastante tuve que entregar para la miserable empresa de tu padre- ella lo veía sin entender solo quería que él alejara su cuerpo
-Así que – sonrió – podrás elegir- pagar tus gastos y deseo aquí- señalando la puerta de la habitación mientras se relamía sus labios- o elevo una de sus cejas- tendrás que servirme allí- señalo en dirección de las escaleras
Fenix frunció el ceño sin entender
-Seré más claro, o entregas ese cuerpito que de seguro ha tenido mucho entrenamiento- rio burlón
Fenix apretó sus puños aguantando la humillación, tenía que aguatar sin responder demasiado por tres malditos meses, sino quería que su padre vuelva alejarla del pequeño Bastián.
-O trabajar con los empleados para ganarte dignamente tu comida- aunque sé que elegirás la vía rápida- rio con suficiencia alejándose y abriendo la puerta de la habitación para que Fenix entrada
-Es como cualquier zorra jamás trabajaría-
Fenix enderezo su cuerpo y camino hacia las escaleras, ella no temía al trabajo, siempre lo hizo en su casa, fregar pisos, acomodar los muebles, sacar polvo, eso no era nada y más si lo haría en su propia casa.
-¿Qué haces?- pregunto molesto
-Elijo la segunda opción, gracias.
-¿Qué? -dijo aun sin salir de su asombro, esa era la perfecta excusa para tomar lo que tanto deseaba desde que la vio
-Me diste a elegir ¿no? - sonrió placentera al ver el rostro rojo de ira de su flamante esposo
-Cocina algo tengo hambre y más vale que sea bueno- sin más ingreso a la habitación azotando la puerta molesto
-Si querido, burro- susurro Fenix mientras sus labios se curvaban en una feliz sonrisa.