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Capítulo 15
Los dos aros aún mantenían su forma, después de varios años, este par de anillos no se habían maltratado, conservaban su bello brillo y las palabras grabadas aún eran visibles.
Sujetados por la cadena, Yeisan acariciaba los dos anillos con cariño.
El día de su matrimonio, cuando su madre le obsequió este par de anillos, fue un momento muy feliz porque esta era la muestra de alianza entre Emmett y él.
Pero habían perdido su significado a los pocos días de su matrimonio, y ahora no significaban nada, solo eran una muestra de su encarcelamiento hacia Emmett.
Una familia.
Si durante su matrimonio, Emmett no deseaba formar una familia con él, menos ahora que no podía ofrecerle nada, mucho menos calidez.
Ya le había ofrecido a Emmett todo lo que podía, pero nada de eso serviría nunca, ni los años que pasó a su lado habían servido, lo único que logró fue lastimar a la persona que amaba.
Solo le quedaba aceptar que el amor de Emmett nunca sería suyo ni aunque pasaran mil años.
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En tanto Emmett permanecía en el trabajo, Yeisan fue a recorrer la ciudad, rostros preocupados, felices, enojados, tristes, toda la vida se expresaba en los rostros de las personas.
Llegó a un pequeño parque en donde las risas de los niños llenaban el lugar mientras jugaban, aunque hubo algunos llantos de niños que llegaron a caer, sus padres estaban ahí para cuidarlos y darles consuelo.
También había algunas parejas que caminaban tomados de la mano o abrazados, reflejaban en sus rostros el amor que sentían el uno por el otro.
Las familias compartían un helado o se sentaban sobre el césped para comenzar un pícnic.
A cualquier lado que veía, encontraba a familias, parejas, pasando un rato feliz, pero algo captó su atención, una pareja de ancianos que estaba sentada sobre una banca.
Para ellos, el paso de los años parecía significar haber vivido años de compañerismo y amor, Yeisan podía notar su gran amor en la manera en que sostenían sus manos, la gentileza y paciencia con la que se miraban, la calma y cariño en la que se hablaban, todo se veía como un sueño lejano para él, un sueño imposible.
Ya por la tarde, Yeisan pasó por el edificio en el que trabajaba Emmett, el alfa se encontraba en su oficina rodeado de papeles como era habitual.
A pesar de repetir este estilo de vida varias veces, Emmett trabajaba con diligencia, no, parecía más bien una manera mecánica de trabajar.
No importaba cuantas veces lo mirara, Yeisan podía volver a sentirse de la misma manera en la que se sintió cuando lo vio por primera vez, era el mismo sentimiento.
Después de un momento, la asistente entró a la oficina, envidiaba a la asistente que trabajaba al lado de Emmett, porque ella si podía ayudarlo, a diferencia de él.
Yeisan volvió a las calles para volver a casa, en su camino de vuelta, alguien agarró su mano, solo existía una persona que podía tocarlo a voluntad.
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Einar caminaba con prisa mientras tenía el brazo estirado como si arrastrara algo, aunque las personas lo veían con extrañeza, a él no le importó.
Había encontrado a Yeisan deambulando por las calles, cuando lo notó, no dudó en agarrar su mano y jalarlo para llevarlo a cierto lugar.
Entraron a un edificio en donde se llevaba a cabo una fiesta privada, Einar llevó a Yeisan hasta el lugar en donde se encontraban reunidos un grupo de amigos.
Yeisan los reconoció al instante, eran los amigos de Emmett.
Pero lo que lo dejó sorprendido fue ver a la otra persona que estaba reunido con ellos.
Era exactamente como lo recordaba, después de tantos años, volvía a ver a Lucien.
Inexistente, su corazón latió con fuerza, temor, celos, todos esos sentimientos desagradables volvieron a formarse dentro de él.
Apartándolo del lugar, Einar llevó a Yeisan a una habitación vacía.
"¿Lo ves?, no puedes evitar todo para siempre, es el destino que actúa tarde o temprano que quiere que ambos vuelvan a encontrarse", dijo Einar sosteniendo los hombros de Yeisan para que lo mirara.
"Tú les quitaste la oportunidad de estar juntos, ahora, déjalos en paz y déjalos vivir tranquilos"
Ante sus palabras, Yeisan negó con la cabeza varias veces.
Aplicando más fuerza a su agarre, Einar sacudió a Yeisan por sus hombros.
"No has conseguido nada hasta ahora, más que hacer sufrir a Emmett, ¿acaso no puedes verlo?", pronunció enojado.
"¿Hasta qué punto tiene que llegar todo esto para que puedas entenderlo?, ¿hasta qué Emmett vuelva a intentar aquello?", mencionó Einar con voz temblorosa.
"... ¿Estarás satisfecho si trata de volver a lastimarse?"
Yeisan negó rápidamente al escuchar eso, no deseaba que aquel suceso vuelva a repetirse.
Fue durante su segundo renacimiento que Emmett se dio cuenta de que esto se repetiría otra vez, para terminar con todo, el alfa tomó la decisión de acabar con su propio sufrimiento, antes de que pudiera dañarse a sí mismo, fue Yeisan quien lo detuvo, y fue Einar quien llevó a Emmett a recuperarse al hospital.
Un duro suceso que Yeisan no quería que se repitiera.
"... No, no", negó Yeisan.
"Entonces deja de lastimarlo, libéralo, deja que tenga una vida feliz", dijo Einar con lágrimas cayendo por su rostro.
"... No puedo hacerlo, no puedo dej..."
"Si puedes hacerlo, date a ti también la oportunidad de descansar", interrumpió Einar las palabras de Yeisan.
"Amar también es dejar ir a la otra persona para que sea feliz, no puedes ofrecerle a Emmett aquello que anhela, no puedes vivir una vida normal junto a él, no lo dejes morir de nuevo en soledad"