En el corazón de lo que alguna vez fue una ciudad vibrante, solo quedan sombras y ecos de una humanidad extinguida. Hace meses, un brote inexplicable convirtió a la población en una horda de seres desalmados, impulsados únicamente por un insaciable deseo de cazar a los pocos sobrevivientes.
Las calles, antes llenas de vida, ahora son un laberinto de ruinas, donde los edificios se inclinan bajo el peso del tiempo y del silencio. Los habitantes que quedan luchan por sobrevivir en un mundo donde la esperanza es un lujo y cada día podría ser el último.
Nadie sabe con certeza cómo comenzó el brote. Se rumorea sobre un experimento fallido, una maldición liberada, o un simple error humano que desató el caos. Lo único seguro es que la ciudad, que alguna vez simbolizó el progreso, ahora es un monumento a la desesperación y al fin de los tiempos.
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Ruido
Mia: (Susurrando a Tom) "No podemos dejarlos ahí, Tom. Esa chica... no puede terminar así. Pero debemos estar preparados para cualquier cosa.
^^^"Tom asintió lentamente. No podían permitirse más enemigos, pero también, en lo profundo de su corazón, sabía que dejar a esos jóvenes morir sin intentar ayudarlos era algo que no podría cargar en su conciencia.^^^
Tom: "Escuchen bien... Les vamos a dejar entrar, pero si intentan algo, los dejaré fuera para que los devoren esos malditos. ¿Entienden?"Hubo un breve silencio, y luego un murmullo de acuerdo.
...Tom respiró hondo y, con la mano firme, comenzó a destrabar la puerta. Afuera, los siete sobrevivientes esperaban, entre ellos, dos chicas que parecían casi idénticas, excepto por una que estaba apoyada en su hermana, su piel pálida y su cuerpo tembloroso, con los ojos apagados y un rastro de líquido rojo oscuro goteando de su boca....
^^^Mia, que en el pasado había trabajado en urgencias antes de convertirse en ama de casa años atrás, observaba con creciente inquietud a la chica. La joven, tendida en el suelo, parecía más un cadáver en descomposición que una persona viva. Su piel, pálida y cubierta de llagas, estaba infestada de gusanos que salían por cada uno de los orificios disponibles en su cuerpo.^^^
^^^La visión era perturbadora, un recordatorio brutal de cómo el mundo había cambiado desde el inicio del apocalipsis.^^^
La gemela de la chica, con la voz quebrada por el dolor y la rabia, explicó que su hermana había sido violada. La noticia cayó como un balde de agua fría sobre los dos ancianos que estaban presentes, quienes intercambiaron miradas de incredulidad y compasión.
^^^No había mucho que se pudiera hacer en ese momento; Mia, con su experiencia en medicina, lo sabía mejor que nadie. Contaba con algunos analgésicos y poco más, una reserva insuficiente frente a la gravedad de la situación. Mientras se esforzaba por mantener la calma y evaluar las opciones, la chica infectada tosió violentamente, expulsando grandes cantidades de sangre que mancharon sus ropas y el suelo.^^^
El sonido de la tos y la visión de la sangre encendieron aún más la desesperación en el grupo. Uno de los chicos, el novio de la chica infectada, comenzó a perder los estribos. Su rostro, antes marcado por la angustia, se contorsionó en una expresión de furia. Temblando de ira y desesperación, se dirigió a Mia con amenazas en la voz, exigiendo que curara a su novia. No podía aceptar lo que estaba ocurriendo, su mente negándose a procesar la inevitable realidad.
..."¡Tienes que hacer algo! ¡Sálvala, por favor!", gritaba, su voz al borde del llanto, mientras empujaba a Mia, como si la fuerza de sus palabras pudiera revertir lo irreversible....
Mia, sintiendo el peso de las miradas desesperadas sobre ella, intentó mantener la compostura. Sabía que la situación estaba más allá de su control.
..."Estoy haciendo lo que puedo", dijo, tratando de sonar firme, aunque su propia inseguridad amenazaba con quebrarla por dentro. "Pero su estado es demasiado grave......
".La situación se volvió cada vez más caótica. Los demás comenzaron a discutir entre sí, levantando la voz, culpándose mutuamente o intentando encontrar soluciones imposibles. Todo esto mientras el cielo se volvía oscuro. Eran las 7 p.m., pero en la tensión del momento, nadie parecía darse cuenta de que el día estaba cediendo al crepúsculo. Las sombras se alargaban, y la temperatura comenzaba a descender, un recordatorio de que la noche estaba cerca.
^^^Las conversaciones se tornaron más acaloradas, el miedo y la desesperación desbordándose en todas direcciones. Nadie sabía realmente qué hacer, y el control de la situación se escapaba de las manos de todos. Mia sentía el pánico crecer dentro de ella, pero intentaba con todas sus fuerzas aferrarse a lo poco que podía hacer.^^^
Revisó los pocos suministros médicos que tenía, buscando algo, cualquier cosa, que pudiera al menos aliviar el sufrimiento de la chica, aunque sabía que no sería suficiente.
...👀📌...
^^^Desde las profundidades de los edificios abandonados, se empezaron a escuchar sonidos: crujidos, raspados, el sonido de cuerpos moviéndose entre escombros. Los zombis, esos seres emaciados que alguna vez fueron humanos, comenzaban a despertar. Con movimientos ágiles los rápidos emergieron de sus escondites como una plaga nocturna. Eran rápidos, demasiado rápidos, sus cuerpos atléticos moviéndose con una precisión aterradora. Salían de las fábricas, de los túneles oscuros, de las sombras donde habían estado escondidos durante el día.^^^
Trepaban por las paredes con facilidad, sus garras rasgando la piedra y el metal oxidado, buscando cualquier fuente de vida que pudiera haber escapado a su detección. Algunos se deslizaban por las calles, destruyendo las pocas luces que aún parpadeaban, saboteando las farolas para que la oscuridad fuera total. Sabían que en la penumbra tenían la ventaja, sus ojos brillando con un hambre insaciable mientras avanzaban con una única misión: cazar.
^^^Un hombre solitario observaba desde una distancia segura, su corazón latiendo con fuerza, consciente de que el menor error podría delatar su presencia. Los rápidos no eran criaturas torpes; se habían vuelto cazadores, implacables y organizados, comunicándose entre ellos con gruñidos bajos y miradas rápidas. Sus cuerpos, aunque dañados se movían con una coordinación espeluznante, peinando el área en busca de cualquier rastro de vida. ^^^
De repente, uno de los zombis se detuvo, levantando la cabeza como si hubiera captado algo. Sus fosas nasales dilatadas y su mirada vacía giraron en la dirección de un pequeño sonido lejano. En un instante, como si fueran una sola entidad, los demás zombis se volvieron en la misma dirección y se lanzaron a toda velocidad, atravesando el terreno como una horda de pesadilla.