La Mafia Italiana se ha expandido por muchos territorios, grandes grupos se han querido poner al nivel de una de las mafias más temidas, donde nuestro Mafiosos, asesinos por naturaleza han ido evolucionado con el paso del tiempo…
La Mafia 'Ndrangheta reaparece con gran fuerza, la conservación de territorios para la distribución de la nueva droga tan esperada, con un aditamento muy especial, que no puede ser detectado, ya que estarían cayendo en la ilegalidad de su consistencia.
Los enemigos desean tanto ser poseedores de la droga “Demon´s Damus” donde se necesita documentación legal pasando como medicamentos para un hospital “Vita Nostra Hope”…
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Capitulo 16
Elena:
(Escuchen: Read All About it, Emili Sande)
Di unos pasos toda nerviosa, no dejaba de latir mi corazón tan fuerte, me senté frente a Guido, él me seguía con la mirada a cada movimiento que daba, dejó el arma a un lado viendo que dejé la carpeta sobre la mesa.
Guido: ¿firmaste?
Alcé los hombros, no quería recordar lo que había pasado dentro del despacho con Dimitri, pero creo que él lo sabía, así que no sé por que preguntaba.
Elena: ¿tu que crees?
Guido: que no te quedó de otra.
Asentí con la cabeza puse mi mano encima de la carpeta llevando hacia él, quité mi mano, él levantó una parte de la carpeta alzando la primera hoja, la dejó volviendo a cerrar la carpeta.
Guido: Sé que este no es tu mundo, pero espero que te vayas acostumbrando a la manera de todos nosotros.
Tenía un nudo en la garganta, mi mirada pasó hacia la tarjeta que era el verdadero motivo que estaba aquí.
Elena: Cuando… (carraspeo) cuando salí el día de la audiencia del interrogatorio de Kiara, me sentía morir, sentía que todos los recuerdos que quería olvidar, volvieron, eran imágenes que estaban en mi cabeza y no podía quitármelas, cada una más dolorosa que la otra. Sentí nuevamente esa asquerosa sensación donde mi padrastro… ese maldito hizo conmigo lo que quería. Me sentía derrotada, acabada, se abrieron esas heridas que otras personas con el paso del tiempo me ayudaron a superarlo, creando un mundo a mi manera. Un mundo donde quería quitar a todos esos hombres abusivos, esos malos hombres que se aprovechaban de su posición de supuestos padres, deseaba tanto luchar contra viento y marea con la ley juntos, no había momento que no quisiera hacerlo, pero ese día… mis ilusiones se acabaron, nada, nadie estaba para decirme que todo volvería a ser como antes, caminé apresurada a mi oficina, no quería ver a nadie, no quería escuchar es típico: “ya pasó” “ahora es abogada” no, no lo podía escuchar.
Mis lagrimas empezaron a caer, Guido me miraba prestando atención a cada una de mis palabras, no hizo ni un solo movimiento.
Elena: ¿Sabes? Cada vez que me dicen “Elena eres Fuerte, tú puedes con ello” se me hace un nudo en la garganta por que no saben lo que tuve que pasar para llegar a este punto.
Aparté mis lagrimas una a una, pero no dejaban de caer, ni siquiera sé por que tengo que hablar con Guido de ese día, solo era agradecerle por el gesto del arreglo, pero sin darme cuenta estaba hablando de más como de costumbre.
Elena: Apresuré mis pasos, sentándome en mi silla, me ocupé con otras cosas dejando pasar el tiempo y tener listo mis pruebas y evidencias para el día siguiente. Estaba por salir cuando tocaron la puerta, abrieron la puerta y allí estaba la persona que ha sido mi sostén, la mano que nunca quisiera perder. Renata.
Sonrió asintiendo con la cabeza, bajó la mirada hacia la carpeta deslizándola sobre la mesa, la dejó ahora de mi lado.
Guido: Renata esa una gran persona, es tu mejor amiga.
Elena: Es mi hermana por elección, me preguntó si estaba bien, aunque quise decirle que si, ella me conoce de pies a cabeza, no hay nada que no sepa de mi. La quiero, siempre la quiero en mi vida.
Exhaló aire, acomodándose en el asiento.
Guido: ¿Por qué me dice estas cosas?
Elena: Renata me abrazó y caminamos hacia la salida, abrió la puerta y me quedé impactada de ver un hermoso arreglo floral, tan hermoso que cambiaba en ese momento cada sentimiento de humillación que tenía, mi flor favorita, en color negro. Tenía escrito un mensaje hermoso, cada palabra la valoré, cada palabra de ese mensaje me hizo sentir única, me hizo sentir especial y que valía la pena intentarlo de nuevo.
Tragó saliva, tomó la tarjeta negra que le había dejado, se puso de pie abriendo un cajón, sacó un lapicero que nunca había visto en toda mi vida. Escribió algo sobre la tarjeta, metió el lapicero en el cajón tomando un gotero en una de las repisas que estaba en la parte de arriba. Se sentó acercando la tarjeta frente a mi, bajé la mirada leyendo lo que había triste.
“Te ves más linda cuando sonríes a que cuando lloras”
Entreabrí los labios tomando la tarjeta, pasé mi mirada hacia él, me miraba con una intensidad dejando mi cuerpo experimentar unas sensaciones demasiado extrañas, como si pudiera interpretar su mirada diciendo las mismas palabras que estaban en la tarjeta.
Guido: ¿Por qué me entregaste la tarjeta?
Humedecí mis labios mirando a Guido, le di varias vueltas a la tarjeta volviendo a dejar el mensaje frente a mi, deslicé mis dedos sobre ella, su letra no se podía confundir, era la misma de aquella nota.
Elena: al ver el arreglo, pensé que era para Renata y se habían confundido, pero ella me dijo que sus preferidas eran los tulipanes amarillos, la orquídea negra es una flor difícil de encontrar, sinceramente solo Alexander sabía mi gusto especial por las orquídeas, nadie lo conoce, hasta llegué a pensar que la persona que tuve que conseguir una orquídea negra tuvo que pasar por mucho para conseguirla y sore todo ponerse a investigar mucho de mi, en las redes no hay nada que pudieran saber sobre mis gustos, solo mis casos y lo que se puede saber, pero mis gustos más íntimos No, hasta por mi mente pasó Gino.
Guido: Claro, Gino, tu novio.
Dejé los ojos en blanco, no iba a tener otra discusión por la manera tan irónica que lo había dicho, me acerqué más a la mesa mostrando la tarjeta. Él la miró fijamente pasando hacia mi.
Elena: Una tarjeta, del mismo color, con las mismas medidas, venían como tarjeta de dedicación, cuando la vi con Dimitri, le agradecí a él, pero me dijo que no era de él, hasta que vi la letra de la carpeta, y esta letra aquí coincide perfectamente con la que tengo guardada.
Guido: ¿Así?
Elena: Gracias Guido, por que en ese momento, me hiciste sentir especial, una persona que puede enfrentarse hasta lo más difícil y aunque no estabas presente en el juicio, me diste tu apoyo de otra manera.
Guido: ¿Crees que fui quien te lo mandó?
Entreabrí los labios, pero su pregunta, ahora me volvía a poner en duda de quien pudo ser.
Elena: S.. sssi.
Extendió su mano tomando al tarjeta, nuestros dedos rosaros, parpadeaba recorriendo una gran electricidad en mi cuerpo, los bellitos de mi cuerpo completo estaban erizados, dejó la tarjeta sobre la mesa, abrió el gotero, dejando caer unas cuantas gotas sobre la tarjeta, la dobló en cuatro partes, la tomó con sus dedos de en medio y el índice acercándola hacia mi.
Guido: conoce la magia que hago.
Extendí mi mano queriendo agarrarla pero la apartó, entrecerré mis ojos, él empezó a reír.
Guido: Lo que dice esta nota es la verdad Elena, debes saberlo y tenerlo muy en cuenta. A veces un pequeño error nuestro, puede marcar a personas para toda la vida. Aquí hay una verdad, muchas personas para ser felices le hacen daño a otras sin importarles nada.
Elena: Solo escucha bien lo que te voy a decir… cuida bien lo que tienes hoy, por que sale carísimo perder lo que no tiene precio.
Guido: Lo tomaré en cuenta.
Acercó la nota, levanté con algo de nervios mi mano, tomé la nota, asintió con la cabeza dejando en claro que la abriera, la empecé a leer… miré la nota fijamente allí estaba el mensaje, entreabrí los labios al ver como letra por letra se iba borrando, negué con la cabeza, la giré pero ya no se veía ni usa sola letra, levanté mis dedos como si tuviera la nota polvito, rosaba mis dedos hasta que la tarjeta se iba deshaciendo, hasta quedar nada, pero ni un solo poco de polvo, pasé mi mano sobre la mesa pero no, ya no quedaba nada.
Guido: ¿Sabes el significado de lo que acabas de presenciar?
Negué con la cabeza, aparté mis lagrimas, estaba con la curiosidad de saber a que se debía.
Guido: He aprendido Elena que las palabras se quedan en la memoria, las cosas positivas nuestro cerebro las retiene, siempre las tendrás presente, por eso se dice que las palabras pueden lastimar más que los golpes, pero cuando son positivas, siempre las tendremos que recordar se quedan grabadas aquí (señalando la cabeza) y marcadas aquí (señalando el corazón).
Veía a Guido como realmente podía ser, una persona sensible y capaz de bajar la guardia cuando quería hacerlo, no siempre tenía que ser ese ogro que demostraba ser… las palabras de Dimitri se vinieron a mi mente:
“Guido es un buen hombre”
“Guido también sabe querer a su manera”
“Si lograran entenderse, serías un poco más venidero”
Se puso de pie, tomó su arma metiendo en la parte de atrás de su pantalón. Sostuve la carpeta levantándome, él pasó de mi lado, puso un código de la puerta, se deslizó, él me miró…
Guido: Estuviste excelente en ese día, vi la reacción cuando mencionaron parte de tu pasado, sentí una impotencia de no hacer pagar a esa mujer en ese momento.
Caminé hacia la puerta, di un paso saliendo, me sujetó del brazo lo miré a los ojos tan profundos.
Guido: Si, Elena, me tardé en investigar tus gustos, pero los tuve, conseguir la orquídea duró 3 semanas en llegar conservada y bien cuidada para ti. Si, fui quien te lo envió. Quería alegrarte un poco, pero ya me dijiste que te alegró saber que eran para ti. Me alegra haberte dado en ese momento un poco de alegría. Mira el mujerón que eres, inteligente, hermosa, fuerte, capaz, valiente y autentica. Grabate esto en la mente, tú puedes con lo que la vida te ponga en frente.
Me soltó caminando hacia el otro lado de la casa, lo seguí con la mirada desapareció del pasillo, una ligera sonrisa pero muy pequeña se me había formado en el rostro. Caminé hacia el frente de la casa, no tenía la mínima idea de cual seria mi habitación, llegué en el área de la cocina pasando de largo.
Willow: Elena.
Me detuve dando media vuelta, sonreí al ver a Willow con una charola, se la entregó a la chica que estaba a su lado.
Willow: Llevasela a Dimitri por fa.
Chica: Si señora.
Se acercó pasando su brazo sobre mis hombros, caminamos hacia las escaleras, subíamos con la misma sincronía.
Willow: Lista para la noche.
Elena: Si. Amm mi habitación.
Ella me llevó a la habitación, no era por donde tenían la de ellos, sino era del otro extremo, abrió la puerta dejando que entrara.
Willow: A las 10 te esperamos. Toda tu ropa ya está ordenada en el armario.
Elena: Gracias.
Cerró la puerta, miraba la habitación todo era tan diferente a la mía, respiré profundamente tenía que empezar alistarme, sería esta salida un buen deleite para una pequeña distracción.
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