CONTIGO O SIN TI.

Me levanto apresurada y voy a mi habitación echo toda mi ropa y lo que puedo alcanzar a tomar en una maleta, luego voy al cuarto de Amira y hago lo mismo con sus cosas.

Eduardo entra furioso detras de mi.

_ Qué crees que haces.

_ Me largo, te dejo el camino libre para que disfrutes con tu puta.

_ Tranquilízate y deja de comportarte como una niña.

_ Quién se está comportando como un imbécil ignorante eres tú si crees que me quedaré aquí contigo y esa mujer.

_ Daphne por favor.

_ Dime por qué me haces esto yo te amo Eduardo.

El no me responde.

_ ¿La quieres?

_ Sí.

_ Hace cuánto que estás con ella.

_ 6 meses.

_ Y si la quieres tanto por qué no me dijiste nada.

_ Lo siento Daphne no quería que esto sucediera simplemente paso así yo me enamoré de Selma y no quiero perderla.

Cada palabra que decía me destrozaba por completo. No la quiere perder a ella y por esa razón prefiere destrozarme a mi. Prefiere perder a su esposa e hija por alguien más. Mis lágrimas caían sin cesar, aguante el fuerte impulso que tenía de golpearlo y puse el poco orgullo que me quedaba por delante.

_ No te pediré que la dejes tranquilo porque la que se va soy yo.

Terminó de guardar lo indispensable y tomo el equipaje.

_ Daphne. Intenta abrazarme.

_ No me toques.

Salgo del lugar y esa mujer se siente gustosa con el show que arme, me regala una sonrisa triunfante por mi clara derrota.

Al llegar a la puerta del edificio me dejó caer no lo puedo creer Eduardo el hombre al que amo, al que le di todo de mí me cambió sin consideración alguna incluso me golpeó por defenderla.

Aún así me quedé esperando a ver si recapacitaba y venía por mí, pero tres horas después entendí que eso no sucedería. De seguro ellos dos seguían teniendo sexo mientras yo lo esperaba como una idiota.

Salí a la casa de mis padres luego de buscar a Amira del jardín de infantes como si no hubiera tenido ya un día malo mis padres no me brindan apoyo.

_ Acaso te volviste loca porque le dejaste el camino libre a esa zorra y saliste corriendo.

_ Mamá pero..

_ Pero nada debiste de ponerte firme y demostrarle que tú eres la única señora de esa casa.

_ Cómo podía hacer eso sí Eduardo fue quién dijo que la prefería a ella. Que la ama a ella y no a mí.

_ Eres una estúpida buena para nada. Ni se te ocurra firmar un divorcio.

Comprendi que ellos no me entenderían y mucho menos me apoyarían. Así que tomé a mi hija y nos fuimos a un hotel decidida a ya no suplicarle ayuda a mis insensibles padres, me dispuse a salir adelante como sea.

_ Mami dónde está papi ¿Por qué estamos aquí y no en casa?

_ Cariño por el momento nos quedaremos aquí hasta que consiga una bonita casa para las 2 y luego papi vendrá a verte.

Arropo a mi pequeña para luego ir a ducharme. La verdad no sé si Eduardo esté dispuesto a querer ver a Amira nunca mostró mucho interés en ella, pero no creo que la deseche al igual que hizo conmigo.

Lloro bajo la fría ducha preguntándome qué fue lo que hice mal. Cuál fue el error que cometí como para que mi esposo quisiera de un día para otro cambiarme por alguien más.

Siempre me esforcé al máximo para hacerlo feliz. ¿Acaso mi amor no le bastó? ¿Yo fui demasiado poca cosa para él?

Me siento miserable y abatida, me siento tan poca cosa que ni siquiera soy capaz de verme al espejo.

Luego de colocarme la ropa de dormir me acurruco junto a Amira, la abrazo para sentir algo de consuelo.

Al dia siguiente luego de dejarla en el jardín de infantes me dirijo a mi trabajo en todo momento reviso mi celular esperando ver un mensaje de Eduardo pidiéndome perdón o queriendo reunirse conmigo, pero nada sucede.

Los días comienzan a pasar y Eduardo no me ha buscado ni una sola vez. Ni el ni mis suegros y mucho menos mis propios padres.

Á nadie le importó como estoy, a nadie le importa el gran dolor que provocaron en mi.