CAPITULO #1.

Mi nombre es Camila Gómez, tengo 23 años y vivo actualmente en Venezuela más específicamente en Caracas, la vida ha sido dura, pero eso no me detiene.

Soy la mayor de dos, mi hermano José tiene 14 años y está en secundaria, mis padres son los mejores del mundo, nos han dado todo lo que hasta ahora tenemos, pero yo quiero más y tristemente aquí no lo voy a conseguir.

Me gradué hace 1 mes en la universidad, estudié idiomas por lo que sé, francés, alemán, inglés, italiano de manera fluida y tome dos cursos aparte donde te dan un poco de chino y japonés, Pero no los domino tanto como los anteriores mencionados.

Mi padre Miguel Gómez un hombre que me enseña cada día que rendirse no es una opción y mejorar es la meta y la verdad todos los días intentamos mejorar un poco más, somos una familia unida, mi madre Elena es una mujer amorosa que amo demasiado, la vida en este país nos lleva a vivir del día a día, yo tengo trabajo en un hotel donde vienen extrajeron y les ayudo en la traducción, pero la paga no es la mejor y quiero poder ayudar a mis padres a tener una mejor calidad de vida, aproveche y empecé a arreglar mis papeles, el país fue España y aunque mis padres están tristes porque me voy saben que es para mejorar nuestra calidad de vida.

Camila: Mamá, ya falta poco para irme y se me hace tan difícil dejarlos, Pero quiero darles lo mejor y sé que aquí no lo vamos a lograr.

Mira como mi papá se sigue matando en ese trabajo que aunque no nos va mal ya es hora que él también se tome un respiro.

Mamá de Camila: Hija, no es tu responsabilidad cuidar de nosotros, tú tienes que buscar tu propio camino y volar sin ataduras.

Camila: Mamá no digas eso, ustedes son mi mundo y los amo con toda mi alma, no lo veo como una atadura, al contrario, quiero que sean libres de hacer lo que quieran, mira dentro de poco José comienza la universidad y va a necesitar muchas cosas, quiero que mi hermano estudié lo que le guste y no lo que le convenga.

Mamá de Camila: Mi hija es tan buena.

Camila: Tengo los mejores ejemplos que son tú y papá.

Mira pusimos internet y vamos a poder hablar cada vez que queramos, yo trataré de conseguir trabajo en lo que sea, menos de prostituta.

Mamá de Camila: Hija por Dios.

Camila: Es la verdad mamá, muchas se van de aquí con los estándares altos y como no consiguen nada, se van por lo fácil, empezaré de abajo y el mundo verá mis cualidades.

Y lo más importante es que les podré enviar dinero, Dios quiera y me vaya bien y los mandaré a buscar para que no volvamos a estar separados.

Mamá de Camila: Mi amor, la verdad es que aunque tu padre y yo no estamos de acuerdo en esto te apoyamos y no quiero que pienses mucho en eso de enviar dinero, tú estás primero a nosotros no nos va a faltar nada.

A pesar de como está el país nunca nos ha faltado un plato de comida.

Los días pasaron y el día de la despedida llegó, la familia Gómez se reunía en el aeropuerto para despedir a Camila entre lágrimas y abrazos se dijeron hasta luego, Pero no un adiós.

El avión despegó y con ello una Camila con miedo, ella quiere lo mejor para su familia, Pero no quita que se vaya para lo desconocido.

Ella se quedará en Madrid donde una amiga la espera, ella tiene un año aquí y trabaja como prostituta y a pesar que le dijo que la paga era muy buena, Camila le dijo que ella no lo haría, que antes se regresaba a Venezuela con el rabo entre las piernas a tener que abrirlas.

El lugar donde vivía era modesto y su primer trabajo fue en una cafetería, dónde rápidamente hizo amigos, la paga era buena, lo suficiente para pagar donde vivía y los gatos del mes, hablaba con su familia a diario para no sentirse tan sola.

Diariamente, busca en el periódico y en internet nuevos empleos, ya que siempre aspira a algo mejor, hasta que un día consiguió uno que le gustó.

Se busca niñera.

Requisitos:

Buena presencia.

Buena con los niños, paciencia.

Soltera.

Pago: Al ser entrevistado se le darán más detalles del empleo y sus responsabilidades.

Dirección: ××××××.

Camila marco el anuncio y miro que no estaba tan lejos y podría ir después de que acabará su turno.

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Mi nombre es Fernando Castilla, tengo 28 años, soy abogado y trabajo es un buen bufete, mis padres viven en Valencia y yo aquí en Madrid, mi vida era maravillosa una carrera impecable y una novia hermosa.

Le pedí matrimonio a Mónica cuando teníamos 6 años de noviazgo y todo iba perfecto la boda fue perfecta mi madre no la toleraba mucho, pero se esforzaba, al año de estar casados ella salió embarazada fue la mejor noticia de mi vida.

Pero no tanto para Mónica que me dijo que ella no quería ser madre, que simplemente no era lo de ella, quede en shock al escuchar semejante cosa de su boca.

Fernando: ¿Por qué no me dijiste antes que ser madre no estaba en tus planes?.

Mónica: Tu carrera está en ascenso, por lo que no pensé que te gustaría ser padre y nunca lo hablamos.

Fernando: Pero no quiero que abortes, es mi hijo el que está en tu vientre y no lo vas a matar.

Mónica: No quiero ser madre y no me puedes obligar.

Fernando: Hagamos algo, tú tienes al bebé y nos divorciamos y no tendrás ninguna responsabilidad.

Mónica: Hecho, al parecer no somos tan compatibles como creíamos.

Fernando: Definitivamente.

Mónica: Después que esté bebé nazca no me volverás a ver y espero que no vengas a molestarme.

Fernando: Eso no va a pasar.

Los meses pasaron y cuando Mónica dio a luz ni siquiera se molestó por ver a la bebé.

Mónica: Quiero un cuarto aparte.

Enfermera: Si señora.

El equipo médico estaba al tanto de todo así que la bebé, porque fue una niña era entregada a su padre que con lágrimas en los ojos la recibió.

Después de estar en el hospital por dos días para verificar que todo esté bien con la bebé fue dada de alta, Mónica se fue sin decir nada, ya los papeles del divorcio estaban firmados y la custodia pasaba a Fernando en su totalidad.

Los padres de Fernando llegaron para ayudarlo en lo que podían, pero claramente tenía que buscar una niñera para que lo ayudara, ya que ellos no podían estar en Madrid mucho tiempo aunque lo quisieran.

Así fue como a Fernando se le ocurrió la idea de poner en el periódico que se buscaba niñera.

El primer día llegaron 3 mujeres y ninguna llegó a calificar, la primera le prestaba más atención a lo que necesitaba él y no pregunto por la bebé en ningún momento, la segunda apenas Tatiana empezó a llorar salió huyendo sin dar ninguna explicación y la tercera no tenía ni idea de cómo cambiar un pañal.

Fernando amaba a su hija con todo su corazón, pero no podía llevarla siempre al trabajo y no todo lo podía hacer desde casa.

Al día siguiente por la tarde llegó una joven.

Camila: Buenas tardes, señor, vengo por el trabajo de niñera ¿aún está disponible?.

Fernando: Aún estoy entrevistando.

Cuando Fernando quiso seguir hablando la pequeña Tatiana comenzó a llorar.

Fernando: No sé que le pasa, ya le cambié el pañal y le di su fórmula.

Camila: ¿Me permite?.

Fernando: Si.

Camila saco a Tatiana de su coche y la tomo en brazos, mientras danzaba y le cantaba una canción, recordó como su mamá le hacía así a su hermano cuando era pequeño.

La bebé se fue calmando poco a poco y se quedó dormida, Camila espero un rato más y la coloco en su coche nuevamente.

Todo bajo la mirada de Fernando.

Fernando: Gracias.

Camila: Ellos a veces solo buscan el calor humano para sentirse protegidos.

Fernando: Vamos a conversar un poco.

La entrevista dio inicio a lo que será la salvación del otro sin que se den cuenta.

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