La Reina Y El Actor

Capítulo 17

⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico y sexual, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️

Había pasado cinco años desde que Beatriz se fue, y que Trevor jamás volvió a saber de ella. Después de todo al final ella tenía razón, se puede morir de amor, no literalmente pero si metafóricamente. La pequeña duquesa lo había herido de muerte, así el hombre amoroso y entregado que había sido murió, junto con todas las promesas que algún día se hicieron, dando paso a un hombre más precavido y con cautela al volver a fijarse en otra mujer.

Su primer papel protagónico fue todo un éxito llevándolo a la fama. Se volvió la sensación del momento sus padres se sentían orgullosos de él, modelaba para las mejores marcas de diseñadores famosos a nivel mundial, sus películas y series eran muy asediadas y hasta se volvió la imagen de un perfume. Era el soltero codiciado del mundo del espectáculo

La depresión se había ido, fue difícil pero al final logró superar esa etapa. Aunque trataba de engañarse así mismo, seguía con la esperanza de volver a encontrar a su amada aunque estaba en negación total. Estaba en el evento del Met Gala, cuando llegó su amante en turno y también actriz Megan Cárter. También era una actriz ya consolidada a nivel internacional, oficialmente o por lo menos la prensa había decretado que era su futura novia.

—Tu siempre tan guapo y elegante mi amor.—decía Megan mientras se abrazaba de Trevor para se fotografiados por todos los reporteros

Después de el evento anual del Met, por primera vez Trevor la invitaba a su departamento, siempre se veían en la casa de ella.

—Me encantas, eres tan apasionado.—decía Megan mientras Trevor metía su mano por debajo de su vestido y la besaba desenfrenadamente, el departamento era totalmente de un hombre soltero, pero Megan no pudo ignorar el muro de fotografías, sobre todo el dibujo de aquella mujer en medio de.

—¿Quién es ella?.—preguntó Megan, él se detuvo.

—Ella es alguien sin importancia, una compañera de la universidad que era enigmática.—respondió Trevor

—De verdad, y las siluetas desnudas sin rostro ¿de quién son?.—preguntó Megan

—Eres demasiado curiosa muñeca, olvídate de esos dibujos y concéntrate en nosotros. Quiero devorarte toda sin límite.—respondió Trevor mientras volvía a besarla y desabrochaba su vestido

Más tarde ambos estaban desnudos en su cama, Trevor como siempre usaba su preservativo siempre se protegía, la hacía suya solo para saciar sus necesidades, mientras la tenía hincada, la embestía como una bestia, después de muchos años se hacía presente Beatriz a sus pensamientos, ni siquiera Megan que ya tenían un año saliendo provocaba en el deseo de volver a amar. Megan era hermosa y muy sensual, le gustaba tener intimidad con ella era realmente ardiente y entregada. Pero era solo eso, saciar sus ganas.

Después de llegar al clímax, Trevor volvía a sentir ese vacío. Con ninguna mujer sentía ese fuego en la sangre, antes de que Megan decidiera quedarse, Trevor se adelantó.

—Eres hermosa y me encantas, te voy a llevar a tu casa o le vas a llamar a tu chofer.—decía Trevor

—¿Me estás corriendo?.—preguntó Megan

—Sabes mi regla, no duermo con nadie. Por eso nunca me he quedado en tu casa, es la primera vez que decido que vengas a mi departamento. Pero no a que duermas.—respondió Trevor

—Está bien, mi chofer debe estar abajo esperándome. Deberías considerarme un poco más, tenemos un año saliendo y nunca te he exigido nada.—decía Megan mientras se vestía de nuevo, Trevor así desnudo se acercó para subir el cierre de su vestido, antes de terminar de subirlo besó su espalda.

—Dame tiempo, y tal vez seas la que logré traerme devuelta a la vida.—le decía Trevor, ella se inclinó para darle un beso

—Me voy mi amor, espero verte pronto.—dijo Megan y subió al elevador para bajar al lobby.

Trevor se quedó sentado en el sofá, aún desnudo apreciando el dibujo de Beatriz, pensó en todos los encuentros que ellos habían tenido, solo de recordar su sangre comenzaba a hervir. Comenzó a alucinar, su cerebro proyectaba que frente a él estaba Beatriz desnuda, poco a poco se acercaba ella y se montaba sobre él para besarlo, sobre todo para que la sintiera suya una vez más. Sin duda su cuerpo y su corazón la seguían anhelando, se levantó para servirse un whisky y tomar una ducha para irse a dormir. Se sentía frustrado de solo pensar, que ella seguía después de tantos años teniendo el mismo poder sobre el.

Esa noche en especial, tuvo un sueño. Estaba en medio de un bosque, y escuchaba la voz de Beatriz llamándolo. El la buscaba con desesperación, pero no la encontraba. En eso sintió su mano sobre el rostro de él, y al oído le susurró:

—Estoy cada vez más cerca.—decía Beatriz en el sueño junto a su oído, se acercó para besarlo, despertó para darse cuenta que fue tan real que dudaba que fuera un simple sueño, sentir de nuevo sus labios y su aliento era algo increíble.

Nunca había tenido un sueño tan lúcido. Pero le dio un mensaje, ese mensaje lo llenaba de esperanza. O simplemente estaba llegando al límite de su cordura, se dio otra ducha y se preparó para ir al gimnasio.

—Hola amigo, te ves fatal.—decía Robert

—Tuve una noche complicada.—respondió Trevor

—Espera todos vimos cómo te fuiste con tu supuesta novia, se subieron a tu coche y la llevaste a tu departamento. ¿Qué pasó? No hubo intimidad.—pregunto Richard

—Si, y fue satisfactorio. Pero notó el dibujo de la mujer que me arruinó la vida, y preguntó que quién era, le dije que alguien sin importancia. Después la hice mía y fue maravilloso, el problema real es que cuando estuve solo, comencé a alucinar con mi ex. Además soñé con esa mujer, me dio un mensaje fue tan real.—respondió Trevor

—Tal vez va a volver a tu vida, ¿Qué harías si la volvieras a ver, frente a frente?.—preguntó Robert, Trevor se detuvo de levantar sus pesas

—Es imposible, si en todos estos años no regreso. ¿Que la haría volver ahora?.—preguntó Trevor

—A veces los malos entendidos separan a las personas, si yo fuera tú y algún día la vuelvo a ver la escucharía más, qué lo que le preguntaría. Después descubriría si tanto en ella como en mi, hay aún amor.—respondió Robert

—En pocas palabras te arrojarías a sus brazos.—dijo Trevor

—Sin pensarlo amigo, y más si fue la mujer de mi vida, olvidaría el pasado y me saciaría de ella en vez de hacerle reclamos inútiles.—decía Robert

Trevor solo de pensarlo su cuerpo volvía a sentir ese fuego, y si el sueño era una premonición. Continuó con su rutina, más tarde tenía una reunión con su manager para un nuevo proyecto y Robert estaba incluido.

—Aquí está mi súper estrella.—decía Jerry

—Ahora si dime, ¿de que se trata?.—preguntó Trevor

—Una serie de época, fundamentada en la segunda guerra mundial cuando Alemania invadió Francia. Quieren que sea grabada en Luxemburgo, el corazón verde de Europa. En sus bosques fueron los testigos de la guerra, solicitaron el permiso para grabar y el parlamento lo aprobó. Si aceptas el papel, también Robert estará incluido en la grabación y además cabe recalcar que es un contrato millonario, saben que contigo al frente va ser un total y rotundo éxito.—decía Jerry

—Bien, ¿dónde firmamos? Verdad Robert.—preguntó Trevor

—Yo estoy dentro, será una aventura. Ya quiero verte vestido de soldado.—respondió Robert

—Creo que serás más que un soldado, eres el protagonista.—decía Jerry

—Entonces tengo que dejar a mi gato y mi perro en una pensión, a menos de que mi madre los quiera cuidar mientras regreso.—decía Trevor

Trevor estaba emocionado por ese proyecto, era mucho dinero y además tal vez ganaría más premios de la academia. Volvería a Europa después de mucho tiempo, pero esta vez era totalmente distinto era por trabajo. Lo que le esperaba era una sorpresa inimaginable, su vida estaba a punto de volver a sacudirse.