En sus últimos momentos antes de morir en las manos del héroe del mundo, Sirius aquel que eligió ser un villano cae en conciencia de sus acciones y se arrepiente de todo el mal que ha causado en especial a los que un día fueron sus seres queridos. Solo al enfrentar la muerte entiende lo lamentable que fue el camino que eligió y con sus últimas fuerzas pidió a los cielos por que le dieran una nueva oportunidad. Sin saber que era escuchado por alguien en las alturas que le otorgó tal milagro.
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Capítulo 17: Familia Palacios (1)
El tablero exhibía los 50 nombres de los aspirantes de acuerdo al número de puntos que obtuvieron durante el combate de mayor a menor. Si estabas en los 30 mejores era un buen comienzo este te acercaba a ser uno de los que posibles elegidos. En lo más bajo estaban lo que como Rebecca no habían participado en ninguna pelea y por lo tanto no tenían ningún punto, eran un total de 7 todos estudiosos qué buscaban entrar a la academia para ganar nombre no por su poder, sino por realizar grandes investigaciones. Entendían que al fallar la primera prueba debían hacerlo perfecto en la prueba escrita. 15 aspirantes apenas habían conseguido un punto, la mayoría de los ellos tenían niveles de combate parejos y era difícil sobresalir, solo 8 tenían dos puntos habían tenido mejor suerte con sus enfrentamientos gracias a eso habían entrado a los 30 mejores.
Con 3 puntos figuraban dos nombres, uno era el de Sirius y el otro era el de David Reales el genio elementista. Sirius lo recordaba como un haragán qué podía conseguir todo sin esfuerzos, además de ser un mujeriego que gustaba de los burdeles, un tipo vicioso aunque mejor aceptado que él, la gente dado el linaje de David, así como su talento para ser un portador, lo aceptaban como solo un niño inmaduro que aún experimentaba la vida. Estaban juntos en el ranking Sirius ocupaba el puesto 20 y David el 19.
4 tenían cuatro puntos, otro 4 llegaban a los 5 y dentro de los 10 mejores había 7 con 6 puntos, pero lo importante eran los 3 qué coronaban todo el ranking pues sus nombres ya se habían hecho famosos durante la prueba.
El tercer lugar lo ocupaba Anton con 7 puntos, el segundo Rafael con 8 puntos y el primer lugar con un margen digno qué mostraba su supremacía estaba Sofía con 10 puntos.
A Sirius le asombro que aquella mujer tuviera el tiempo suficiente para alcanzar a reunir tantos puntos pero dado su forma rápida y contundente de atacar tenía sentido.
Antes de que la gente se arremolinara en el tablón de anuncios, Sirius salió junto a Rebecca. Por un momento miro hacia atrás y vio a Anton ser rodeado por otros aspirantes que lo felicitaban emocionados, aunque no solo a él sino también a Sofía y Rafael.
Sirius viajo junto a su prometida llevándola hasta su casa, en el camino ni uno de los dos dijo nada. Aunque la joven le quería hacer conversación notó que Sirius parecía meditar sobre algo, así que reprimió sus palabras aunque quería decirle que se esforzaría por entrar a la academia aunque ahora ocupará el puesto 48.
-Que tenga un regreso seguro - Se despidió Rebecca al ser dejada en su casa
-Sí - Respondió muy apenas Sirius, quería ser más agradable con la chica pero le era difícil
Ya en su casa Sirius pensaba en su siguiente movimiento, no le preocupaba no poder entrar en la academia eso ya lo deba por seguro, lo que quería era elegir el mejor camino para volverse fuerte.
Antes de que pudiera entrar en su cuarto un sirviente lo detuvo.
-Joven Sirius, su padre el jefe de familia lo convoca al comedor - Dijo un viejo de traje con barba y bigote blanco era Fil el sirviente personal de su padre
Le asombro qué lo invitarán al comedor, normalmente él comía en su habitación solo, o en otra parte de la casa.
(¿Ese viejo quiere verme?)
La relación padre/hijo nunca existió entre esos dos. Sirius nunca recibió crianza o siquiera un poco de afecto por parte de él de hecho sentía que su padre lo deseaba muerto, no por su mala reputación, sino por un motivo más profundo y antiguo.
Por un momento pensó mandar la invitación al diablo, pero sintió curiosidad por volver a ver reunida a toda su familia, era una imagen que ya no tenía grabada en su mente.
Camino siguiendo al mayordomo, él cuál pese a sus modales despedía un sentimiento de recelo hacia Sirius. Después de todo un sirviente siempre es el reflejo de su amo.
Entro en el comedor, era un espacio con una tapicería dorada con ventanales. En el centro había una mesa rectangular que podía albergar unas 20 personas un poco sobrante para los 3 miembros de la familia que estaban sentados muy separados cada uno del otro.
Ahí estaba Foreman el primer hermano y Alejandra la segunda todos mayores a Sirius el cuarto hermano y el menor. En los costados, cada uno de lado opuesto estaban sus hermanos y en la zona alta estaba el jefe de la familia y el hombre más fuerte en toda esa casa Rogelio Palacios, un portador de etapa 3 con la habilidad única de convocar y controlar espíritus sombra como sus títeres.
El asiento de frente a su padre, era una zona prohibida para sentarse, pues tomar ese lugar significaba decir que estabas al mismo nivel que el jefe de familia. Y la regla dorada enseñada a los hijos es que nadie estaba por encima de Rogelio Palacios, él lo decidía todo y nadie podía cuestionarlo.
Todo esto lo recordaba Sirius por supuesto, pero aun así no le importó se sentó frente a su padre con toda la intención de molestarlo.
Rogelio era alto y fornido todo un gigantón de cara ruda cubierta de barba. Sus ojos eran de un color rojo brillante.
Al ver su ofensa Foreman torció los labios mientras Alejandra solo podía suspirar molesta de la locura de su pequeño hermano.
-Joven Sirius - Dijo tratando de ocultar su ira el mayordomo Fil queriendo sacar por su propia mano a Sirius del lugar
El villano le sonrió y lo miró con ojos retadores.
-Olvídalo Fil, solo déjalo, temo mi hijo menor confunde el valor con la estupidez en su actuar - Dijo Rogelio con tono monótono
-Mi padre habla con la verdad mayordomo, hay algo mal en mi mente no hay duda - Dijo Sirius sin bajar la mirada
Fil suspiro y con paso lento se posó a un lado de su amo.
-¿Sabes por qué te llame? - Le pregunto Rogelio
-Para comer, alimentar a tu hijo estúpido - Dijo con burla Sirius
Rogelio libero una honda de fuerza que hizo que todos los presentes sintieran sus cuerpos pesados y agacharan las miradas. Sirius volvió a sentir aquella intención salir de su padre, una intención asesina dirigida hacia su persona. Sonrió con nostalgia esta era sin duda su familia.