Valeria Ibarra es una chica de 19 años a punto de graduarce como medico veterinario. En una visita a su tía se entera del oscuro secreto de su origen y el culpable de la muerte de su madre. El interés que mueve a su padre no tendrá límites.
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24-Lo quiero
(Hoy es mi cumpleaños y mi abuelo ha estado organizando una cena con mis parientes más allegados, al menos mis tíos son lo que sé que vendrán a cenar y no he hablado con Omar o más bien lo he estado evadiendo para que no me hable de eso y ya se escucha que todos están abajo esperándome para cenar).
--Buenas noches a todos.
--Feliz cumpleaños.
--Gracias.
(Mi abuelito se esmeró en esta cena hay decoraciones y música suave. Mi tío trae cara de pocos amigos).
--Tío ¿Pasa algo?.
--Después hablamos.
(Qué raro, solo me dijo eso y se fue al otro lado de la mesa y nos sentamos a cenar, empiezan a contar historias de cuando yo estaba pequeña y mi abuelo está maravillado con cada historia y al igual que ellos cuentan historias sobre mí, también mi abuelo cuanta historias sobre mi madre, de como crecía y cuando aprendió a andar en bici o en su caballo favorito, cuando iba a la escuela y de sus amigas, son buenas historias y llega el momento de ir a la sala a abrir los regalos).
--Este es de mi parte hija... (Mi tía me trajo una bolsa y un perfume).
--Gracias tía... (Mi tío me trajo un ramo de flores y mi abuelo saca un sobre color manita y me lo entrega, ya me da miedo esa clase de regalos y más viniendo de él, el último fue el de mi apartamento en Texas).
--Este es con todo mi amor, para ti hija porque he visto como te has esforzado cada día y también cuando vas a presentar tus exámenes.
--Gracias a abuelito... (Lo abro con dudas y son unos papeles. Volteo a ver a mi abuelo y me hace señas qué los saque para que vea que es).
--Sacalos para que te des cuenta de lo que es.
--Son unos papeles de... (No puede ser). Abuelito tú...
--Si, este es mi regalo para ti porque te amo hija y no encontré otra cosa para expresar todo ese amor que siento por ti.
--Pero abuelito, no puedo aceptar esto.
--Si puedes y debes aceptarlo.
--¿Qué es hija?.
--El título de propiedad de la clínica veterinaria.
--Que bien.
--Es muy espléndido tu abuelito.
--Abuelito y ¿El señor Carlos?.
--Estuvimos hablando desde hace tiempo y un día me comentó que ya se quería retirar así que le propuse comprarle la clínica para ti y el acepto.
--Abuelito... No sé qué decir.
--Dime que lo aceptas y que estás feliz.
(Ahora como irme si él me está dando todo para quedarme aquí, ahora como le explico eso a Javier, el pobre a de estar muy dolido y ahora resulta que me tengo que quedar aquí en este pueblo donde ser parte del chisme ya es algo normal).
--Gracias abuelito.
(Todos siguen hablando y contando anécdotas de viejos tiempos travesuras y demás).
--Muchas felicidades hija este es un buen regalo para que forjes tu futuro.
--Si, lo sé. ¿Oye tía sabes que tiene mi tío?.
--Anda enojado contigo.
--¿Por qué?
--No diré más hija, porque me meto en un lío, mejor voy a dejar que él te platique como está la cosa.
--¿Tan malo es?.
--No es malo, pero si está un poco enojado contigo.
--Adelantame algo porfa.
--Está bien solo hasta la sorprendida cuando te esté regañando Ok
--Sí.
--Es sobre Javier.
--Ya le fue con el chisme.
--Hija él es el único que le habla a ese muchacho tonto.
--Ni modo tendré que aclarar algunas cosas con mi tío.
--Si y yo diría que lo hagas pronto porque se está asiendo tarde y él madruga mañana, mira ya se está despidiendo.
--Yo te acompaño tío.
--Si gracias hija.
(Caminamos un poco hasta la salida y hasta que él empieza a regañarme).
--¿No te basta con ser infeliz tu misma no?
--¿Qué pasa tío?.
--Pasa que ayer fue Javier a verme y me contó todo lo que ha pasado entre ustedes.
--¿Qué te dijo?.
--¿Eso importa ahora?.
--Solo quiero saberlo.
--Le rompiste el corazón.
--Tío creo que tú no tenías por qué enterarte de los problemas que solo nos competen a él y a mí.
--Lo sé, pero él está muy dolido y es gracias a ti.
--Tío, no quiero que te metas en esto aunque sepas lo que pasa.
--Quiero hacerlo porque él es mi ahijado y prometí cuidarlo desde que era un bebé y ahora yo soy como su padre así lo dicta la tradición cuando bautizas a un ser humano y sus padres mueren.
--Yo no sabía eso.
--Entonces como el padre que soy estoy en mí deber de reclamarte y decirte que estás muy equivocada con respecto a él.
--Tío, ni siquiera yo sé que debo hacer, ni sentir al respecto.
--¿Estás confundida?.
--Eso creo.
--Él no se merece eso y lo sabes.
--Tío por favor te pido que no tomes partidos en esto, además tú eres mi tío.
--Pero soy su padre ahora y mi deber es ayudarlo a él, tú tienes a tu abuelo.
--Bueno si esa es tu postura entonces no tiene caso que vaya a visitarte por ahora.
--Ya veo.
--Adiós tío.
--Adiós.
(No puede ser ahora resulta que yo soy la mala en esto y le rompí el corazón a su bebé. Ahora que voy a hacer mi abuelo me compro la clínica y... Ahora que lo pienso el señor Carlos quiso decirme algo aquella vez solo que la señora Ofelia lo detuvo, él quiso decirme de esto, que sería mío algún día y ese día ha llegado, pero aun así no sé que hacer, ¿Tengo que quedarme? O ¿Irme? Y si me voy ¿A dónde iré?).
--Hola.
--Hola Omar.
--E querido hablar contigo varias veces y al parecer tú estás huyendo de mí.
--Lo siento.
--Si, bueno yo quería invitarte a salir y ahora que ya eres rica y dueña de la clínica, pues tal vez yo sea poca cosa para ti.
--Omar, no es eso. Yo no sé si estoy lista para tener novio ahora y...
--Bueno podemos ser amigos, por algo se empieza ¿No?
--Si, creo que si.
--Bueno este es mi regalo para ti, es un poco sencillo, pero con mucho cariño para ti.
--Gracias.
(Es un collar con una letra V qué es la inicial de mi nombre).
--Por favor llévalo y piensa en mí cada que te lo pongas.
--¡Ho! Si claro, gracias.
--Entremos que los invitados te esperan.
--Sí.
(Este día ha sido uno de los más largos de mi vida, tantas emociones y tanto que decir al igual que escuchar y no sé por qué siento que algo me hace falta, no entiendo que me puede hacer falta y tengo unas ganas enormes de llorar y tal vez sea porque hoy es mi cumpleaños y aniversario de la muerte de mi madre. Tal vez es eso o que me hace falta un ranchero guapo a mi lado, creo que me estoy precipitado al dejarlo ir, no, no quiero pensar en el porque cuando lo hago mi corazón se me acelera y se me quiere salir del pecho. Él, él es lo que me hace falta y yo quiero engañarme con pensar lo contrario y ahora que hago para recuperarlo... ¿Qué hago?).
--Hija tu tía ya se va acompañada también.
--Sí.
--¿Hablaste con tu tío?
--Si, y está del lado de Javier.
--Le rompiste el corazón a su hijo y está dolido por eso.
--Pues ni modo ya no pudo hacer nada.
--Hija te voy a dar un consejo ya está en ti si lo tomas o lo dejas.
--Está bien.
--Yo me enamoré de un chico antes de conocer a mí esposo, lo amé muchísimo, pero había algo que nos separaba y es que nuestros padres se odiaban a muerte y cuando se enteraron de lo nuestro nos separaron y a él se lo llevaron lejos de mí y yo me quedé aquí sola y extrañándolo siempre y creo que hasta el día de hoy lo sigo extrañando. El padre de mis hijos vino después de él, pero no lo ame con esa intensidad que ame al otro. Mi consejo es que lo busques y arregles todo porque algún día te vas a arrepentir de no haber hablado con él, porque esa clase de amor solo llega una vez en la vida. Búscalo y hablen para que arreglen sus malos entendidos.
--Gracias tía.
--Prométeme que lo vas a pensar siquiera.
--Si, lo voy a pensar.
--Bueno me voy.
--Tía, ¿No sabes donde está ese amor de tu pasado?.
--Lo último que supe es que se había ido a Europa y eso está demasiado lejos para ir a buscarlo y en mis condiciones, menos.
--Lo siento mucho, tía.
--No te preocupes por mí yo aprendí a la mala, pero tú aun estás a tiempo antes de que él se vaya y desaparezca para siempre.
--Solo puedo prometerte en pensar bien en lo que debo hacer.
--Con eso basta por ahora hija, no quiero que sufras como yo lo hice.
--Pero... ¿Fuiste feliz con el papá de tus hijos?
--Si, no lo voy a negar, pero esa pasión, ese sentir no se compara con nadie.
--Gracias tía.
--El verdadero amor solo llega una vez en la vida, aprovéchalo.
--Está bien.
(Eso no me ayuda y el saber que lo quiero en mi vida es algo que ya no puedo negar, ahora lo que me queda es pensar que debo decirle).
...