La Venganza De Una Dama.

Mientras me concentraba en orinar, mi mente viajaba al pasado intentando averiguar en que momento pudo haber sucedido esto. Siempre nos habíamos cuidado, no hubo ni una sola vez que no lo hubiéramos hecho sin protección, no entendía como esto podía estar pasándome. Pronto había terminado y colocando la prueba en él lavamos caminé por el baño a espera del resultado. Sin poder controlar mis nervios salí del baño y mirando al médico dije.

— No puedo mirar. Hágalo usted.

Veo como el doctor ingresa al baño y saliendo con la prueba en sus manos me mira y antes de que hablará dije.

— Espere... espere... creo que mejor tomo asiento. — Me senté en la cama y el doctor por fin habló.

— Felicidades, señorita Bella, está usted embarazada...

De pronto mi sangre se congeló y pude sentir a mi corazón en mi garganta. No estaba preparada para esa noticia y quede por un instante en estado de shock. El doctor al ver esto, se acercó a mí y tomando mi mano dijo.

— ¿Sé encuentra bien?

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi repentino llanto lastimero alarmó a los cinco hombres que esperaban detrás de la puerta, ya que pronto todos estaban rodeándome y al doctor.

— ¿Bella que sucede, que te duele?

Dijo mi padre para luego abrazarme y acurrucándome en su pecho dije.

— Padre... esto no puede ser... no me puede estar pasando a mí.

Veo como todos voltean a ver al médico y este pidiéndome autorización con su mirada, asiento, ya que tarde o temprano lo van a saber, y este dice.

— No tienen de que alarmarse, la señorita Isabela presenta los típicos síntomas que las mujeres presentan en su estado. Con una dieta saludable y algunos suplementos dentro de poco pasarán...

Veo como Marco aún sin entender nada frunce su rostro y gruñe.

— ¿Podría ser más claro doctor?, no estoy entendí a que se refiere. Dice que lo que tiene mi hermana no es grabe, pero entonces ¿Por qué se desmayó?

— Bueno a lo que me refiero es que en el estado de su hermana es normal que presente mareo, vómitos, náuseas, cambios de humor. Tendrán que ser más empáticos con ella ahora que está esperado al futuro miembro de su familia. Felicidades, Don Mussicardi, su primer bisnieto viene en camino.

Al decir todo aquello, todos se quedaron en silencio, nadie decía una sola palabra y solo se escuchaba mi llanto en la habitación. Pronto mi padre aflojó su abrazo y mirándome a la cara dijo.

— ¿Eso es verdad Bella? ¿Estás embarazada?

Mi llanto creció aún más, pero intente explicarles aun sin dejar de llorar.

– No lo sé... no lo entiendo. Papá juró que me cuide, yo no quiero hijos. — Veo como todos me miran sorprendidos y aun llorando me levanto de la cama y caminando por la habitación agregó – No está en mis planes ser madre, mucho menos ahora que estoy retomando mi carrera.

Veo como el abuelo se acerca y tomándome en sus brazos dice.

— Tranquila Bella, cálmate.

— No, no puedo, ¿qué voy a hacer? ¿Doctor es posible hacer un aborto...?

Veo como todos en la habitación me miran impresionados y el abuelo quien aun me tenía en sus brazos me suelta repentinamente y mirándome con enojo dice.

— Salgan todos de la habitación. — Veo como todos salen y abuelo mirándome seriamente dice— Isabela entiendo que estés sobresaltada y que no estés pensando con claridad, pero tienes a toda tu familia para apoyarte.

— Abuelo este... bebé no fue planeado, no estoy feliz con su llegada. No tengo idea de que voy a hacer, tampoco quiero tenerlo y después ser como mi madre y culparlo por no haber podido cumplir mis sueños. Además, está el hecho de que el bebé es de Vladímir. ¿Te imaginas que pensara si le digo que espero un hijo suyo ahora? ¿Y si no se lo digo y después se entera...? Me acerqué a él por mi venganza con su hermana, nunca estuvo en mis planes tener una familia a su lado. Nuestra relación no empezó bien imagínate con un niño de por medio.

Veo como mi abuelo al verme en ese estado de nervios e histeria solo se acerca para abrazarme y contesta.

— Tranquila hija, sé que no será fácil, pero yo voy a estar ahí para apoyarte. Tienes que calmarte o no le hará bien a tu bebé.

Aun sin poder calmar mi llanto el abuelo solo me vuelve a guiar a la cama y acariciando mi cabeza me logra tranquilizar, ya que pronto siento mis ojos pesados y solo me duermo.

Narrador omnisciente...

Luego de dejar a su nieta dormida en la habitación, el señor Mussicardi salió y dirigiéndome al comedor donde todos lo estaban esperando dijo.

— Por hoy dejenla descansar.

— ¿Ya se durmió?— Pregunto Francisco aun preocupado por ella y su padre contesto.

— Sí, no fue fácil calmarla. Tiene muchas cosas en la mente en este momento y él... el bebé... le preocupa muchas cosas.

Marco miró a su abuelo en silencio por un rato y luego pregunto.

– ¿Lo tendrá?

– Es complicado hijo. Ella está retomando su vida, le preocupa no ser una buena madre y no estar preparada para afrontar toda esa situación.

— Voy a dejar algo en claro, yo voy a apoyar a mi hermana. Tome la decisión que tomé, yo apoyare lo que ella decida.

El señor Mussicardi miro a su nieto con el ceño fruncido y Contestando a sus palabras dijo.

— Nadie va a obligarla a hacer algo que no quiera Marco, pero tampoco dejaré que tome una decisión tan importante basa en miedos y traumas de su infancia. Ella dice que tiene miedo de ser como su madre y culpar a su hijo de no poder seguir con su carrera ¿Acaso tu esposa hizo eso con ella?

Francisco al oír las palabras de su padre desvío su mirada y contestó.

— Clarisa fue algo dura con ella cuando era niña, pero nunca creí que había llegado a tanto.

— Pues esa es una de las razones por las que dice que ella no quiere tener hijos.

Nadie dijo nada más por un momento hasta que Gian mencionó.

– Pero en que momento tuvo tiempo la primita de hacer al futuro Mussicardi si vive trabajando... o es que acaso...

La mirada de todos se dirigió hacia él y el abuelo fue quien lo confirmó.

— El bebé es del señor Salvatore.

La mandíbula de Marco se tensó y mirando a Gian dijo.

— No quiero que hagas ni un comentario más al respecto. Esperemos a ver que decide hacer Bella y luego vemos como resolvemos este asunto.

Nadie dijo nada más y luego de eso todo mundo se dispuso a descansar, la noche ya había llegado y ese día habían tenido demasiadas emociones juntas...