LA SÉPTIMA ESPOSA

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Al llegar al hospital Cecilia le pide al terapeuta de Bruce que tenga una plática con el. Bruce le cuenta lo que hizo, no parece tener remordimiento alguno. Al contrario, dice que disfrutó ver sufrir a su esposa. Qué lo merecía por hacer lo mismo que las demás.

— ¿Y qué hicieron las demás? — Pregunta el terapeuta. Bruce se niega a responder. Ese secreto sólo lo conocen sus esposas su hermano y el. No lo quiere compartir con esa persona de enfrente, pues a pesar de conocerlo de hace mucho lo considera un extraño.

...

Al día siguiente Bruce despierta en el hospital con mucho dolor de cabeza. No recuerda por qué está ahí. Ni nada de lo que pasó el día anterior.

Su madre lo lleva a casa y el sube a descansar, ve a Camila en la cama dormida y se mete también. Ella se despierta y al verlo pega un grito.

— ¿Qué te pasa? — Pregunta Bruce.

— Lárgate. — Le dice ella.

— Es mi habitación, no me puedes correr.

— O te vas tú o me voy yo.

— Si eso quieres vete. — Le dice el tranquilamente.

— Eres más imbécil de lo que creí. — Camila se sale corriendo de la habitación. No soporta respirar el mismo aire que el. Ella busca a Cecilia, cuándo la ve corre con ella.

— Por favor. Se lo suplico, dejé que me divorcié. — Pide Camila desesperada. Cecilia se siente culpable de lo que pasó. Ella no esperaba que Bruce le hiciera un daño así. Todavía no entiende por qué lo hizo. Y sabe bien que Bruce no se lo va contar. Ella quiere consolarla, pero sabe que si lo hace terminará por ceder a lo que ella pide.

— ¿Qué pasó? ¿Por qué te quieres divorciar? — Ella finge no saber nada.

— Bruce abusó de mi. — Dice Camila con lágrimas en los ojos.

— ¿Y eso qué? — Responde Cecilia con indiferencia. — Eres su esposa. Tienes que cumplir tus obligaciones.

— ¿Qué está diciendo? ¿Le está dando la razón a su hijo? ¿Aprueba lo que me hizo? — Pregunta Camila aún llorando.

— Niña, yo te compré para que fueras suya. A ti mi hijo no te es indiferente. ¿Por qué haces drama? — Camila se siente impotente. No puede soportar a su suegra.

— Ahora se de dónde heredó Bruce su maldad. ¡Usted es una bruja! — Le grita Camila y se va a esconder dónde sus hermanos. Toma el teléfono y llama a la única persona en la que confía. Pero el no responde.

.....

Dos días después, Luis sigue en Francia, el piensa en Camila, se pregunta cómo está. Espera que ella no haya resultado muy herida. Quizás debería investigar. Hoy cumple años y es un buen pretexto para llamarla. Piensa en eso cuándo recibe una llamada de Camila. Sonríe al ver el nombre en su teléfono.

— Hola cuñada...

— Por favor regresa. — Súplica ella.

— ¿Qué?

— Por favor. Ayúdame. No tengo a nadie aparte de ti. — Luis se preocupa.

— ¿Te paso algo?

— Ven por favor. Te necesito. — Ella llora en el teléfono y el se preocupa aún más.

— Tranquila. Ya voy. — Luis reserva un boleto en el siguiente vuelo.

...

Por la tarde Camila habla con sus hermanos, les cuenta que se irán de la casa. Ellos preguntan por qué, ella responde que va a divorciarse.

— ¿Por qué te vas a divorciar? — Pregunta uno de sus hermanos.

— ¿Ya no quieres a Bruce? — Pregunta otro. Camila no les puede contar la verdad. Ellos son sólo unos niños, incluso ella es una niña, pero se vio obligada a crecer por todo lo que pasó.

— No me pregunten la razón. Conformense con saber que siempre estaré para ustedes. Y que nunca los abandonaré.

Bruce la escucha mientras habla con los niños. El empieza a recordar lo ocurrido. Camila justo sale y lo ve, ella se asusta e intenta alejarse, pero el le toma la mano.

— Camila...

— No me toques. — Pide ella enojada.

— Lo que pasó hace dos días.

— No lo menciones. No quiero recordarlo.

— Lo siento. Yo...

— Ese día no lo sentiste. Al contrario, parecías disfrutar mi dolor.

— No era yo en ese momento. — El intenta explicar.

— No me interesa lo que tengas que decirme. Pronto me alejaré de ti para siempre. Te odió. — Ella se aleja de el. Bruce se pone mal nuevamente, va por sus pastillas, está vez tiene suficientes, toma dos y se queda encerrado mientras se controla.

.........

Ya casi está anocheciendo cuando Luis llega a casa de sus padres. Busca a Camila y cuándo la encuentra ella lo abraza.

— ¿Qué pasó? — Pregunta el.

— No me preguntes. Sólo sacanos de está casa.

— ¿Vas a dejar a mi hermano? — Camila asiente con la cabeza. — ¿Qué te hizo? Dímelo.

— El... — Camila no se atreve a continuar. Bruce aparece frente a ella y al verla con su hermano se enoja.

— Suéltala. — Le dice a Luis. El se sorprende, ¿cómo sabe que la estoy abrazando? se pregunta.

— No la soltaré. Ella se viene conmigo.

— Camila es mi esposa.

— No por mucho. — Asegura ella. — No pienso ser esposa de un sicópata cómo tú.

— ¿Te quieres divorciar para estar con mi hermano? — Bruce de nuevo empieza con uno de sus episodios.

— En cualquier lugar estaría mejor que en está casa.

— Tu no te vas a ir. Y menos con el. — Bruce los observa con odió. Camila siente miedo, pero no va dejar que eso la detenga.

— Ve por tus cosas. — Le dice Luis, ella asiente y sube a la habitación de sus hermanos, les dice que es momento de irse. Ellos obedecen y toman sus cosas. Bruce los ve salir a todos e intenta detenerlos. Pero Luis se lo impide.

— Esperen en mi auto. — Camila y sus hermanos salen primero.

— ¿A dónde piensas que vas.? — Bruce intenta detenerla.

— Déjala en paz. — Luis se mete en el medio para que Camila se pueda ir. — Tú ni siquiera la quieres.

— ¿Y tú si? No me digas que te enamoraste de mí mujer.

— Ella no es tu mujer.

— ¿No te contó? — Pregunta Bruce con una sonrisa malévola. — Ya la hice mía. Y fue divertido. No tienes idea de cómo lloró. — Luis lo mira con el mismo odió que le tiene y lo golpea. Bruce se defiende. Ahí su hermano descubre que ya no está ciego. Ambos continúan con su o pelea, y no parecen querer detenerse hasta que llega Cecilia.

— ¿Qué está pasando? ¿Por qué están haciendo ésto? — Regaña a ambos.

— Tu hijo se quiere llevar a mi mujer. — Contesta Bruce enojado y con la cara golpeada.

— Tu hijito abusó de Camila. No voy a permitir que lo siga haciendo.

— No interfieras. Camila es la esposa de Bruce. — Regaña Cecilia.

— Eso no le da derecho a tocarla sin su consentimiento. Y si no piensas hacer nada yo si.

— ¿Qué harás? ¿Lo que has hecho con todas mis mujeres?

— ¿De que hablas? — Pregunta Cecilia.

— De que tú hijo se acuesta con mis esposas. Con todas. Incluso con Camila.

— ¿Eso es verdad? — Pregunta Cecilia.

— Si. Si es verdad. — Responde Luis sin culpa alguna.

— ¿Por qué lo haces? ¿Qué te ha hecho Bruce para que lo traiciones así? — Luis se niega a responder.

— Mamá ve por mi esposa. — Le pide Bruce a Cecilia.

— No mamá. No vayas. Camila se va ir conmigo. Yo la voy a cuidar.

— ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que te canses de follar con ella? — Pregunta Bruce aún enojado.

— Me voy a casar con ella.

— ¿Qué? — Pregunta su madre y Bruce sorprendidos.

— ¿No querías verme enamorado madre? Buenas noticias, lo estoy. Y ya decidí con quién formaré mi familia.

— Estás imbécil si piensas que te vas a casar con ella. — Bruce quiere golpearlo nuevamente.

— ¿Por qué no? Ella se va divorciar de ti. Y será sólo para mí.

— ¿No te conformaste con un acoston? ¿Ahora la quieres todos los días?

— Nunca ha pasado nada entre Camila y yo. Ella te respeta aunque no lo mereces. Y yo no soy cómo tú. No obligó a las mujeres. — Luis sale muy molesto, Camila y los niños ya lo están esperando auto. El se los lleva a su departamento y les da una habitación.

— Mañana buscaré un lugar más grande.

— Estamos bien. Mi casa era más pequeña que esté lugar. — Comenta Camila.

— Quiero que estés cómoda.

— Lo estaré, cualquier lugar es mejor que esa casa.

— Ojalá hubiera podido hacer más por tí. Me hubiera gustado evitar lo que te paso.

— Tu no tienes la culpa.

— Pero me siento culpable. — No debí esconderle las pastillas, piensa el con mucha culpa.

— No te sientas así. No tienes la culpa de que Bruce sea un sicópata. — Luis le sonríe con culpa, pues en realidad el si la tiene. Por el su hermano desconfía hasta de su sombra.

— Ve a dormir. Mañana todo esto te parecerá una pesadilla.

— Desearía que lo fuera.

Camila se va con sus hermanos. Franco no está. Ella se pregunta dónde se metió. Seguro anda merodeando por el departamento piensa ella, y no está equivocada, su hermanito el curioso se metió en la habitación de Luis, y por accidente encontró su diario. Cómo todo niño curioso se puso a leerlo. Y al saber de qué se trata se lo llevó para conocer mejor a está persona que los está ayudando.