Un militar altamente entrenado es asignado a una delicada misión de rescate: salvar al hijo de un renombrado médico genetista, secuestrado por un grupo rebelde que busca controlar sus investigaciones revolucionarias sobre la erradicación de problemas genéticos en bebés.
Durante la operación, un imprevisto los hace perderse en un bosque denso y peligroso. Aislados y bajo amenaza constante, ambos deben unir fuerzas para sobrevivir mientras esperan el rescate.
En medio del caos, la convivencia forzada y la confidencia mutua despiertan sentimientos inesperados, llevándolos a descubrir un amor intenso y prohibido que desafía sus realidades.
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Capítulo 12
...Wong Lee...
— ¡Doctor, hora de despertar! — Oigo al capitán Lee llamarme y despierto lentamente.
— Caramba, hace semanas que no duermo bien. — Dije estirándome. — Incluso en medio de estas hojas, conseguí dormir bastante.
— Qué bueno para usted, doctor. — El capitán habló con ironía, ya que él tuvo que quedarse despierto durante toda la madrugada. — El sol nació de aquel lado. — Apuntó la dirección al naciente. — Entonces el sudeste queda...?
— ¡Para allá! — Apunté en la dirección que debemos seguir.
— ¡Ok! Vamos para allá entonces.
Nos levantamos y seguimos juntos por el bosque. Andamos por un largo tiempo, y mi barriga gritaba de hambre.
— Doctor, ¿sabe subir a los árboles? — El capitán habló mirándome serio.
— ¡No, señor!
— ¿No tuvo infancia, doctor? — Él habló en tono de broma.
— De tener, la tuve, solo que no fue divertida. — Hablé sin gracia. — Yo estudié en casa y me quedaba la mayor parte del tiempo en el laboratorio con mis padres.
— ¡Ahhh! No tenía idea. — Él me miró con cautela. — Bueno, voy a ayudarte, vas a subir a este árbol y quedarte escondido, yo voy a dar una vuelta e intentar hallar algo para que comamos.
Él me ayudó a subir al árbol y salió. Algunos minutos después él retornó con algunas frutas, él subió donde yo estaba y comimos rápidamente.
Ni sé describir la alegría y alivio que sentí al ver al capitán Lee retornar nuevamente para mí. Yo sabía que él no iba a abandonarme en este bosque.
El capitán Lee se tornó alguien especial para mí, por más que él esté haciendo su trabajo, él me salvó, arriesgó su vida, y... Verdad sea dicha, él es tan bonito que no consigo parar de mirarlo, me siento súper atraído. Y, puede ser cosa de mi cabeza, pero siento como si él se sintiera de la misma manera en relación a mí, siempre lo pillo mirándome admirándome, esta noche tuve la impresión de que él me miraba mientras dormía. Puedo estar ilusionándome, al final, yo nunca salí con nadie o cosa parecida.
— Entonces su infancia fue dentro de casa y dentro de laboratorios de investigación. — El capitán comenzó a sacar tema de conversación, mientras seguimos andando en dirección a Ramasami.
— Eso mismo, yo nací y crecí en Leung. — Hablé andando al lado del capitán. — Hice la secundaria en casa. Después estudié en la Universidad donde mis padres trabajaban, allá mismo en Leung, hice algunos cursos e investigaciones en el exterior, pero yo siempre iba enfocado en estudiar, y terminé no yendo a hacer ningún paseo. Conozco laboratorios y centros de investigaciones de varios países, pero ningún punto turístico.
— ¡Caramba! — El capitán me miró impresionado. — Incluso cuando salgo en misiones yo doy un modo de conocer algo de la cultura local. Yo amo hacer eso.
— Bueno, yo apenas tengo ojos para la ciencia. — Sonreí. — ¿Y su infancia, capitán?
— Yo crecí en Sonadang, mi madre todavía vive allá. — Él esbozó una pequeña sonrisa que me encantó. — Tuve una infancia divertida, mi hermano y yo siempre fuimos aventureros, entonces siempre tenía un hueso roto o cosa del tipo.
— Vaya, yo nunca quebré un hueso siquiera. — Sonreí un poco más fuerte. — Dime cómo entró al ejército.
— Fue durante el servicio militar obligatorio. — Él se encogió de hombros. — Yo estaba en el segundo año de la facultad de ingeniería civil. Mi padre dedicó su vida a la constructora, entonces mi hermano y yo decidimos estudiar y dar continuidad al legado de él. Pero me enamoré del Ejército. Todavía terminé la facultad, pero decidí tornarme un militar, y no me arrepiento. — Entonces él me miró. — ¿Y el doctor, por qué escogió la medicina, y se dedicó a esta investigación en especial?
— Bueno, antes de mi nacimiento, mis padres tuvieron una hija. — Yo siempre me emocionaba al hablar de la hermana que nunca conocí. — Ella nació con el Koron, y falleció con pocos meses de vida. — Respiré hondo y continué. — Mi madre sufrió mucho después de la muerte de ella. Y cuando quedó embarazada nuevamente vino la desesperación de que yo también naciera con la enfermedad, pero, gracias a los dioses, eso no aconteció. Entonces ellos se dedicaron a examinarme y a investigar sobre el problema genético y sobre el Koron en sí.
— Y usted decidió ayudar. — El capitán me miró interesado en la historia.
— Sí, yo crecí en medio de esta investigación. — Sonreí. — Yo me conmoví con la historia de mis padres y el sufrimiento de otros padres y sus bebés, y percibí lo cuán importante eso era. — Lo miré ansioso. — Yo tengo autismo y altas habilidades, por eso me llaman de genio. Mi hiper foco me deja súper concentrado en la investigación, por eso no tengo amigos, ni hago otra cosa a no ser estudiar.
El capitán paró y me miró seriamente, él parecía estar intentando entender o digerir todo lo que hablé. Sé que parece que yo tengo una vida triste, y tal vez yo realmente la tenga. Pero eso nunca me incomodó, pues yo ni prestaba atención en eso. Siempre fui solo, principalmente después de la muerte de mi madre.
Mi padre y yo nos amamos, pero no tenemos una relación cariñosa. Entonces he vivido de manera aislada y solitaria.
— ¿Qué va a hacer, cuando la investigación esté concluida? — Él me miraba de un modo intenso.
— ¡No sé! — Sonreí sin gracia.
— Bueno, puede ir hasta Sonadang y participar del asado tradicional de la familia Lee. — Él dio una sonrisa débil. — A mi madre le encantan las visitas, y así va a poder hacer algunos amigos.
— ¡Me va a encantar! — Sonreí ampliamente.
Andamos en silencio por algunos minutos y resolví hacer una pregunta que estaba martillando en mi cabeza.
— Además de su madre y de su hermano, ¿hay alguien esperándolo en casa? — Yo estaba muy curioso sobre eso.
— Mi cuñada, mi sobrino y mis amigos. — Él se encogió de hombros.
— ¿Y ninguna novia o esposa? — Hablé casi en un susurro.
— ¡No! — Él respondió serio. — No hay más nadie a mi espera. — Entonces él me miró con cierta expectativa. — ¿Y el doctor? ¿Tiene alguna novia?
— ¿Yo? — Respondí sorprendido, de hecho yo no esperaba esa pregunta. — No, no tengo novia. — Entonces lo miré seriamente y resolví ser sincero. — En realidad yo no me intereso por mujeres. Si tuviera a alguien sería un novio.
— ¿El doctor... es gay? — El capitán Lee paró de andar y me miró como si yo hubiera dicho algo sorprendente.
— Sí, yo lo soy. — Caramba, espero que él no sea del tipo prejuicioso.
En realidad, yo espero que él sea tan gay como yo.