Después del accidente que deja a Santiago sin caminar por cuatro meses. Él quiere usar a una chica inocente para vengarse de su madrastra Paola. Una mujer que es capaz de todo por quedarse con la fortuna del padre de Santiago y así poder borrar su oscuro pasado.
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Una boda
Al terminar de escuchar la manera en que Úrsula le ha hablado, Marcos levantó su mano, para ordenarles a los guardias que se retirarán.
Santiago estaba escuchando todo lo que él y Úrsula estaban conversando. Cada una de las palabras estaba siendo grabada, para hundir en su momento a Úrsula.
__ Es mejor que te marche y espere la llamada del señor Santiago, o si lo prefieres, puedes regresar mañana al medio día..._ Mención Marcos.
Marcos tenía poco tiempo que perder, y solo quería deshacerse lo antes posible de Úrsula, para continuar arreglando los últimos de detalles para la boda de Santiago y de Melisa.
La boda de Santiago y Melisa, sería la boda más espectacular que pudiera haberse hecho en mucho tiempo.
__ Qué no entiendes, no pienso irme hasta que no hable con Santiago. Él debe escucharme... _ Volvió a insistir Úrsula, mientras miraba hacia adentro de la mansión.
__ Señor Marcos, podemos encargarnos nosotros mismos de la señora. _ Uno de los guardias mencionó.
_ Retírense, yo me haré cargo de esta mujer, no es necesario que se distraigan de sus deberes ..._ El tono de voz que utilizó Marcos, ocasionó que Úrsula quisiera golpearlo.
Una sonrisa burlona apareció en los labios rojos de Úrsula, no podía creer lo que estaba mirando... Un simple chofer, cómo lo era Marcos, les daba órdenes a los guardias cómo si fuera el señor de la mansión.
_ ¿Ahora te consideras el dueño?...
__ Ubica tu lugar en esta casa, ¡Solo eres un sirviente, qué debe lamer la suela del zapato de Santiago, para que él pueda tomarte en cuanta!..._ Mencionó Úrsula en voz alta.
Úrsula quería humillar a Marcos, después de que él insinúa descaradamente, que en más de una ocasión, ella trató de seducirlo, para ganar una apuesta millonaria.
La mandíbula de Marcos, se escuchó rechinar con fuerza. Úrsula estaba acabando con la poca paciencia que todavía tenía.
__ ¿A qué has venido?... Sé breve, ya que no tengo mucho tiempo, yo si tengo mucho trabajo que hacer, sin importar la hora que sea. _ Dijo Marcos, borrando cualquier expresión de su cara.
_ ¡¿Eres demasiado idiota?!... Es obvio que no he venido a ver a un sirviente, quiero hablar con Santiago ahora mismo..._ Le preguntó Úrsula enfadada.
Marcos dio un ligero paso hacia adelante, observó con mucho cuidado a la chica rubia delante de él…
Úrsula no había cambiado en nada en los últimos meses, continuaba usando las mismas cosas del pasado, su personalidad, seguía siendo la misma fría y superficial.
__ No se va a poder..._ Comenzó a mencionar Marcos.
__ ¿Y, por qué no?...
__ Acaso has olvidado, qué soy la mujer a quién Santiago ama con todas sus fuerzas. _ Dijo Úrsula, muy segura de que todavía vivía en el corazón de Santiago.
__ El joven Santiago, en ese momento, está haciéndole el amor a su futura esposa. Así que no va a poder venir a recibir a una mujer cómo lo es usted, señora Chop... _ Mencionó Marcos, para hacer enfurecer a Úrsula.
La sonrisa desapareció de los labios de Úrsula, inmediatamente, miro a la dirección, dónde quedaba la habitación de Santiago. Sin embargo, esa ya no era su habitación.
__ No miré hacia la parte de arriba de la mansión, es inútil. Las luces de esa habitación han sido apagadas desde que él tuvo el accidente... _ Dijo Marcos, señalando con su dedo, a la ventana que tenía las luces encendidas.
_ No es verdad. Santiago nunca se hubiera humillado a estar en el mismo pasillo que los asquerosos sirvientes... _ Exclamó Úrsula apretando los dientes con asco.
__ ¿Ha olvidado que el señor Santiago, ya no tiene nada. Y que todo lo que un día me heredó su padre, ahora está en las manos de la señora Paola?..._ Marcos mencionó ocasionalmente.
__ ¡Crees que no sé qué la nueva dizque prometida de Santiago, no es más que una vil sirvienta de quita!...
__ Santiago, sería incapaz de tan solo besar a una mujer que está muy por debajo de él...
__ Además, Santiago, no puede complacer a una mujer en la cama. ¿Has olvidado que no puede mover la mitad de su cuerpo?... _ Terminó de decir Úrsula.
"Vaya sorpresa se llevará mañana, cuando todos vean a Santiago ponerse de pie" ... _ Marcos pensó, mientras miraba a Úrsula, hablar de esa manera de Santiago.
__ A qué has venido, ¿Piensas rogarle al señor Wlod, por una segunda oportunidad?..._
_ Te recuerdo, que has dicho que ya no es un hombre completo, y que no va a poder satisfacer a ninguna otra mujer, ¡Claro, mucho menos a ti, que has saltado de cama en cama!...
El rostro de Úrsula se puso blanco al terminar de escuchar lo que Marcos le ha dicho... Sin pensarlo ni un solo segundo, Úrsula levantó su mano con toda la intención de darle una bofetada a Marcos.
Sin embargo, Marcos fue mucho más rápido que Úrsula, agarrando su mano para evitar que ella logrará golpearlo. Úrsula se sintió muy frustrada al no poder lograr su objetivo.
Se sacudió inmediatamente la mano de Marcos de las suyas. Úrsula dio varios pasos hacia atrás.
__ ¡Eres un idiota!... ¡¿Cómo te atreves a tan solo impedir que yo pueda golpearte?!... _ Gritó Úrsula, señalando con su dedo la cara de Marcos.
Marcos guardó silencio, no quería hacer más escándalo, qué el que ya se estaba haciendo, la boda de Santiago se llevaría a cabo en unas horas.
No obstante, Marcos no logró contener su disgusto por Úrsula y la agarró del brazo, para después, empujarla con fuerza, lo más lejos que pudiera de la mansión.
Al llegar al auto de Úrsula, Marcos soltó sus manos del brazo de la mujer.
_ ¡No vuelvas nunca!... _ Mencionó Marcos dando la vuelta, para marcharse de ahí.
Úrsula miró atentamente al piso, un pequeño trozo de papel cayó de la bolsa del pantalón de Marcos, cuando él dio la vuelta para marcharse.
Úrsula inmediatamente se inclinó para recoger el papel... En cuanto vio lo que estaba escrito en él, el rostro de Úrsula perdió todo color...
Lentamente, las lágrimas comenzaron a caer de los ojos claros de la hermosa mujer rubia. Al pasar unos segundos, Úrsula subió a su auto.
__ ¡No!...
__ ¡No puedas casarte con esa maldita sirvienta!...
__ ¡Eres mío!...
Los gritos de Úrsula se podían escuchar con claridad, en el interior del su auto. Al llegar a la mansión dónde vivía con Antonio, Úrsula subió a su habitación, ignorando por completo a sus invitados.
__ ¿Qué le sucede a tu esposa?... _ La madre de Antonio le pregunto a su hijo.
__ No lo sé, pero ahora mismo lo voy a averiguar... _ Antonio se levantó del sofá, y subió las escaleras hasta su recámara.
En cuanto abrió la puerta, miró todas sus cosas en el suelo. Úrsula había destrozado la habitación.