¿Tu Eres Mi Esposa? Completa

...Elliot:...

Vamos de camino a casa en el auto y noto a Elena un poco tensa.

Había comenzado a llover cuando estábamos de camino y empezaba a ser más abrumadora en este punto.

-¿Que te pasa?-Dije sin apartar mi vista del camino.

-Has bebido y estás conduciendo.

-Entiendo tu miedo, pero te aseguro que aún puedo conducir, no pasará nada.- Tomé su mano la cual estaba en su pierna.

Desvíe un momento la mirada hacia ella y de pronto las luces de un auto pasaron justo frente a nosotros, alcancé a esquivar el auto pero eso nos hizo derrapar por la calle mojada. Dimos varias vueltas hasta que el auto se detuvo.

-¿Estas bien?

Ella comenzó a híperventilar y alterarse.

-Necesito aire, no puedo respirar.-Abrió la puerta y se bajó. Las gotas de lluvia comenzaron a golpearla.

Baje del veiculo después de ella, la lluvia también comenzó a golpearme, era tan fuerte y abundante que llegaba a ser dolorosa.

Ella empezó a caminar por la orílla del camino. abrazando sus brazos.

- Elena espera.- Se detuvo.

Corrí hacía ella.

-Escucha- Dije- Puedo llamar a Emil y venga por nosotros. Mientras podémos esperar en el auto con la calefacción encendida.

No distinguía si ella estaba llorando debido a las gotas de lluevas en su rostro pero su rostro era de tristeza.

Me quite el saco y aunque empapado se lo puse a mi esposa.

Caminamos de vuelta. Ya estábamos por llegar. Pero las luces de mi auto reflejando las gotas de lluvia me hacían tener una sensación extraña. De pronto, un dolor de cabeza intenso me golpeo. Logro doblarme, solo podía quejarme.

-¿Que pasa? ¡Dime! ¿Elliot que pasa?

-No puedo responderle a Elena, solo puedo quejarme, el dolor es tan intenso que no puedia ni hablar.

Unas imágenes comienzan a pasar por mi cabeza. Un trailler viene en sentido contrario, las imágenes pasan rápido en mi cabeza pero son bastante claras, el viene hacia mi, trato de esquivarlo pero me es imposible para después arrojarme por el barranco.

-Necesito las pastillas.

-¿Donde están? - Me pregunta, puedo notar la desesperación en su voz.

-En el auto- Digo con dificultad- En la guantera.

Ella va corriendo a buscarlas. Mientras yo me muero de dolor.

-¡Elliot no están!- La escuchó gritar nerviosa.

-¡Aaaaaah!- Caigo con una rodilla en suelo queriéndo arrancarme la cabeza.

Elena regresa y se inca frente a mi. Toma mi rostro entre sus manos y comienza tratar de aliviar mi dolor pero es inútil. Me ayuda a levantarme.

El dolor es insoportable. Ella termina pegando su frente con la mía y acaricia mi cabello, mis manos toman sus hombros con fuerza aferrándose a ella. Nuestras narices también se tocan y empiezo a sentir su respiración en el rostro. Inalo fuertemente. Comienzo a sentir que el dolor es soportable pero sigue ahí. La calma comienza a llegar cuando nuestros cuerpos se funden en un abrazo, nuestros ojos se observan viendo el alma del otro. Ella me besa, es la primera vez que lo hace, y lo hace de manera hambrienta. Siento como el dolor se va poco a poco y solo queda el dulce sabor de sus labios, aún podía percibir el sabor del vino de su boca los cuales debido a la lluvia se sienten más suaves.

El beso continúa por un tiempo más, yo estoy aferrado a su cintura y ella con sus brazos en mi cuello. Después de un tiempo vamos bajando la intensidad del beso pero no nos separamos.

-Creo que debemos volver al auto- Le dije apartando mi boca un momento solo para volver a besarla.

-Creo que si- Se separo un poco pero volvió a besarme.

Al fin nuestros cuerpos se separaron.

-Vamos- Volvimos al auto.

Ella subió al asiento del copiloto y yo en el del conductor.

Debía prender la calefacción.

Una vez cada quien en su lugar nuestras miradas se cruzaron, nuestras bocas nuevamente te se juntaron con fuerza.

Ella se quitó el saco y sin apartar su boca de la mía con una zancada se colocó en cima de mi de espaldas al volante.

Mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo, sus piernas, sus glúteos y su espalda mientras ella fundía sus manos en mi cabello.

Para esto mi masculinidad ya está más que despierta. Empecé a tocar la piel de sus piernas, por debajo de su vestido hasta sus glúteos , quitó mi corba y comenzó a mover sus caderas evidenciando su necesidad.

Gimió. Eso hizo que el deseo en mi creciera. Baje los tirantes del vestido que marcaba su perfecta figura, sus hermosos senos quedaron nuevamente expuestos ante mis ojos. Me separé un poco ella, tenia su cabeza hacia atrás moviendo un poco sus caderas y los ojos cerrados, lo que vi me fascinó.

Se que no es el lugar para nuestro pirmer encuentro. Pero con alcohol y lo hermosa que era no podía controlarme.

Probé sus senos con devoción y volvió a gemir.

Elena se hizo un poco hacia atrás para dar paso a que desabrochara el cinturón. Así lo hice y expuse mi miembro, su cara fue de sorpresa y algo de miedo al verlo.

Tire de ella nuevamentee hacia mi, sosteniéndola con el brazo para poder rosarme en su entrada. Con la otra mano hice su ropa interior hacia un lado.

¡Santo Dios! Si flor estaba tan húmeda, caliente y suave que ya no lo toleraba más, iba a undirme en ella. Más no me fue posible, un automóvil se estacionó justo delante de nosotros y nos sobresaltamos.

-¿Un policía? -Preguntó Elena asustada.

-No lo se- No se podía ver nada hacia afuera, las ventanas estaban empañadas.

Elena volvió con cuidado pero rápidamente a su asiento. Yo abroché mis pantalones.

-Señor Elliot- Escucho desde fuera, era Emil.

-Tranquila solo es Emil- Le digo a Elena.

- Señor Elliot ¿necesitan ayuda?

Baje un poco la ventana del auto.

-Estamos bien Emil.

-Señor si desea puedo llevarlos a su casa.

-Si claro.

Baje del auto.

-¿Como nos encontraron?- Pregunte a Emil.

-Señor ya es muy tarde, al ver que no llegaban nos preocupamos, no sabíamos dónde estában, me tomé el atrevimiento de preguntarle a su amigo y el dijo que irían al restaurante pero los vimos antes de llegar hasta allá.

-De acuerdo Emil.

Rodee el auto. Elena ya tenia acomodado el vestido y tenía mi saco puesto.

La abrace y subimos a la camioneta.

Otro de los choferes de la casa se fue en mi auto y Emil iba conduciendo donde íbamos nosotros.

-¿Tienes frío?- Pregunte rozándo las manos por su cuerpo para calentarla.

-En realidad no- Ella me ve a los ojos ruborizazada.

-Yo tampoco- Ambos nos sonreímos.

-Señor, hay mántas en el último asiento, la calefacción ya está prendida para ayudarlos a secarse más rápido.

Tome una de las mantas y la cambie por el saco que aun seguía empapado. Yo tomé la otra manta para mi. Elena me abrazo y se acomodo en mi pecho rodeando mi cintura con los brazos, yo también la abracé rodeadola con la manta y recargando mi mejilla en su cabeza.

Debí quedarme dormido, por que de pronto ya habíamos llegado a la mancion.

...Elena:...

Llegamos a casa, Elliot se fue a su habitación y yo a la mía, nos habíamos quedado dormidos en el camino.

Fui directamente a la ducha, necesitaba un baño caliente.

Sentir, el agua tibia en mi cuerpo me hacía sentir relajada. Las imágenes de lo que paso en auto pasan por mi mente. Una sonrisa escapa de mis labios. ¿Como puede ser posible que sienta todo esto cuando estoy con el? ¿Como voy a abandonar a Elliot? Estoy segura que de no haber sido por las copas que me tome, nunca me habría atrevido a subírmele encima.

Salí del baño.

Tocaron la puerta, es Flor.

-Señora el Señor ordenó una sopa caliente para usted.

Sonreí.

-Pasa, ponla sobre la mesa por favor.

Ella colocó la charola en la mesa frente al sofá.

-Más tarde vengo por ella Señora.

-No es necesario Flor, ya es tarde, vaya a descansar por favor.

-Muchas gracias señora.- Pero no se retira, si no que me observa unos momentos más.- El patrón la quiere mucho señora.

-¿Como? - Limpie mi boca por que había dado la primera cucharada a la sopa.

-El señor la quiere mucho, se le nota.

- ¿Por que lo dice?

-Bueno el es muy diferente ahora que usted está aquí.

Niego con la cabeza aunque no puedo evitar sonreír.

-Es por su falta de memoria, no tiene nada que ver conmigo.- Me encojo de hombros.

-Es lo que todos dicen, pero yo se que es por usted.- Agacho la mirada.- No se por que ustedes están distanciados pero se nota el amor en sus miradas.

- Yo no, ¿quien le dijo que yo lo amo?

-Nadie, pero yo puedo verlo.

-Si me permite opinar señora, Deberían encontentarse y ser felices.

Perdí la sonrisa.

-No es tan fácil. La verdad es que yo, no soy buena persona.

- Usted es buena, yo lo sé, me basta con ver sus ojitos para darme cuenta, pero también veo que esta sufriendo, debería abrirse con el señor, el es bueno, sabrá entenderla.

-No creo que el entienda lo que me pasa.

-Usted confié señora, con permiso.

Se retira, terminó mi sopa pensando en lo que me dijo y me dispongo a dormir.

********

A la mañana siguiente me levante muy temprano, como todas noches no podía dormir, así que desde temprano me puse a trabajar en mis diseños. Baje al jardín y desde ahí estuve haciendo todo en la portátil.

-Elena.- Estaba tan concentrada que cuando escuché la voz de Elliot me sobresalte.- Discúlpame no quise asustarte.

-No te preocupes estaba muy concentrada y no te sentí.

- ¿Que haces? - Se sienta a mi lado, muy cerca, me pone nerviosa.

-Estoy realizando portafolio, es para buscar empleo.

-¿Es para cuando te vayas? - No te el pesar en sus palabras.

-Si.

-¿Puedo ver? ¿Si gustas puedo darte algún consejo?

-¿Lo harías? - Este tiempo investigue sobre Elliot, es un gran arquitecto y magnate de negocios, su opinión podría ser de mucha ayuda.

El los observa y evalúa pero no dice nada, solo mueve sus dedos y ojos por el portátil.

-¿Y? ¿Que tal? Habla.

-Pues…

-Son horribles verdad, lo sabia, lo cambiare todo.- Quiero tomar la computadora pero el no me deja.

-Elena no he dicho nada.

-No es necesario que lo digas , ya se que son horribles.

-Elena… no, he, dicho, nada.

-Bueno pues habla ya, me estoy muriendo por tu opinión.- Dije desesperada y arqueó las cejas con una sonrisa.

-¿De profesional o de esposo? - Su sonrisa se volvió coqueta.

-Pues obvio que de profesional.

-Bueno, la verdad es que estos bocetos son excelentes.

-¿Que? ¿De verdad? - Me emocione, que el gran Elliot Zenón te de una crítica constructiva es algo con lo que muchos soñarían.

-Claro es decir, me sorprende que incluso hayas podido diseñar la parte arquitectonica, los bocetos están bastante completos y son muy actuales, hay algunos detalles pero sin duda nada que no pueda solucionarse. Realmente me sorprendiste.

-¿Crees que en Estados Unidos me den trabajo?

El rostro de Elliot cambió en un segundo, ahora parecía estar enojado. Su mandíbula está tensa y sus fosas nasales parecía dilatarse con su respiración.

-Si -Dijo serio.

- ¿Que pasa?- Pregunte antes su reacción.

-Nada, es solo que es un poco extraño.

-¿Extraño?- Pregunte confundida.

-Así es, mi hermano también se va a Estados Unidos en dos meses, al igual que tú. - Me ve directo a los ojos.

-¿A si? -Me tense ¿como podía ser tan estúpida?- Que… que… que casualidad- Desvíe mi vista al portátil.

-Si una muy curiosa casualidad.- Asentí con la cabeza y me evaluó- Voy a desayunar ¿vienes?

-Solo termino algo y en un momento voy .

-Claro.

El se levanta y se retira, yo me golpeo la frente con la mano pensando en lo tonta que he sido. Debo ser más cuidadosa al hablar de los planes de Franco, aunque el nunca me dijo que ya habías hablado los con su hermano debo tener cuidado con estas cosas para evitar que Elliot sospeche.

Fui al comedor con Elliot y el estaba en una llamanda.

-No, ella no firmo el contrato… No tampoco está exigiendo nada pero igual quiero compénsarla… Muy bien entonces nos vemos más tardes en la empresa.

El colgó su teléfono.

-¿Hablabas sobre mi? - Pregunte sirviéndome un poco de agua.

-Así es, era el abogado, ya le comenté que nos vamos a divorciar.

Se que yo exigí esto pero sentí dolor en mi corazón.

-De acuerdo, avísame si necitas algo.

-De acuerdo.- Asintió con la cabeza.

Comimos en silencio y después se marchó. Pensé que después de lo de anoche el estaría más amoroso. Pero desde que le dije que me iba a Estados Unidos parecía estar molesto.