Un hombre llamado Syafiq vive con su tía y un sobrino pequeño de 3 años.
Aquel día fue despedido por un simple error al entregar un pedido.
Mientras usaba su teléfono sin prestar atención, chocó contra un poste eléctrico y fue alcanzado por una descarga que lo mató al instante… pero, inesperadamente, obtuvo un sistema.
Syafiq recibió una segunda oportunidad para vivir.
Siguió las tareas programadas por aquel avanzado sistema y, como recompensa, obtuvo premios y puntos.
Aunque se volvió rico, siguió siendo humilde y generoso.
Con el tiempo, logró fundar una empresa de alta tecnología reconocida en toda Asia.
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Capítulo 17
"¿Qué están haciendo ahí? ¿No fue suficiente? ¿Quieren más?" preguntó Syafiq con los ojos muy abiertos.
Sandi y sus amigos corrieron a pesar de estar cojeando.
"Bien, quédate aquí un rato, ¿sí? Voy a comprar hielo para que te calme el dolor y no te salga un chichón", dijo Syafiq.
Yedi asintió suavemente.
Syafiq condujo su moto buscando la tienda más cercana. Compró hielo y también agua potable y regresó.
"Ten, enfría tu cabeza primero", dijo Syafiq colocando hielo en la cabeza de Yedi y entregándole una botella de agua.
Después de unos minutos, el dolor de cabeza de Yedi disminuyó.
"¿Cómo estás? ¿Ya estás mejor?" Preguntó Syafiq.
"Ya menos", asintió Yedi. "Bien, vamos, sigamos hasta tu casa", continuó sentándose derecho en el asiento.
"¿Estás seguro de que estás bien?" Preguntó Syafiq preocupado.
"En serio, este dolor de cabeza no es nada, una vez conduje en estado de ebriedad", respondió con sinceridad mientras sonreía.
"Dios mío, eres muy valiente", dijo Syafiq sacudiendo la cabeza.
Syafiq arrancó su moto y condujo lentamente y Yedi condujo su coche.
Después de unos minutos, finalmente llegaron a la casa de Syafiq.
De repente, Yedi se quedó boquiabierto al ver el estado de la casa de Syafiq, que era inusual para él.
"¿Esta es tu casa?" preguntó Yedi señalando la casa de Syafiq.
"Hm... sí", asintió Syafiq también mirando su casa en mal estado.
"Única", dijo Yedi sonriendo.
Syafiq inmediatamente sonrió cuando Yedi dijo que la casa en ruinas era "ÚNICA", tal vez había estado viviendo demasiado tiempo en una casa lujosa.
"Vamos, entra", invitó Syafiq. Yedi siguió a Syafiq.
"Esta es mi habitación, entra primero", dijo Syafiq y luego fue a la cocina a buscar bebidas y aperitivos.
Yedi miró alrededor del interior de su habitación, bueno, por supuesto que es muy diferente, en su casa hay muchas cosas caras, mientras que en la habitación de Syafiq ni siquiera hay cosas caras, ni siquiera baratas.
"Vamos, come", dijo Syafiq poniéndolo sobre la mesa.
Yedi asintió y tomó uno y probó el bocadillo.
"En algún momento te toca venir a mi casa", ofreció Yedi.
"No hay problema", asintió Syafiq sentándose en su cama.
"Syafiq, ¿qué tal si salimos? Hace mucho que no salgo, y mucho menos con un amigo", propuso.
"Bien, vamos", dijo Syafiq de acuerdo, inmediatamente se cambió de ropa.
Syafiq y Yedi salieron de la habitación.
"Bi, Yedi y yo nos vamos", se despidió Syafiq.
"¿A dónde?"
"A jugar afuera", respondió Syafiq poniéndose los zapatos.
"Oh, está bien", respondió Bibi.
"Usa mi coche, luego te llevo de vuelta a casa", sugirió Yedi.
"Oh, está bien, Bibi, aquí están las llaves de la moto", dijo Syafiq entregando las llaves de su moto. Bibi tomó las llaves.
"Bien, vamos", invitó Syafiq, entraron en el coche y Yedi condujo su coche.
Se detuvieron en un parque de atracciones.
"Esto es perfecto para calmar el corazón, vamos, vamos a jugar en la montaña rusa, ¿estás listo?" preguntó Yedi.
"Está bien", dijo Syafiq.
Pidieron sus boletos e inmediatamente se sentaron en la sala de espera mientras la montaña rusa se detenía.
Finalmente llegó su turno de subir.
La montaña rusa se mueve lentamente y poco a poco acelera, los pasajeros gritan.
Ding ding.
Nueva misión.
La montaña rusa está rota y correrá rápido.
[Premio 700.000.000]
Misión en curso.
"¡Qué!" gritó Syafiq sorprendido, estaba muy confundido sobre cómo salvar a la gente mientras ahora está en una montaña rusa.
Trakk... trak... trak....
Wuzzzzzz.....
La montaña rusa corre muy rápido y la velocidad no es normal. Todos gritan de miedo e incluso hay chispas frente a ellos y los asusta aún más.
Tiene que detenerlo o habrá víctimas, incluyéndose a sí mismo.
Yedi tomó la mano de Syafiq con fuerza.
"Syafiq, ¿vamos a morir aquí? Es una pena, apenas somos amigos", dijo con tristeza.
"Dios mío... vamos, no vamos a morir", dijo Syafiq para tranquilizarlo.
Los empleados de mantenimiento de la máquina se dieron cuenta e inmediatamente apagaron la máquina pero no tuvo éxito.
La montaña rusa sigue corriendo y de vez en cuando chispea fuego que sale de la fricción del hierro.
"Tengo que hacer algo", dijo Syafiq con imprudencia.
CONTINUARÁ
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