𝖤𝗌𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗊𝗎𝖾 le 𝗀𝗎𝗌𝗍𝖾 
𝖸 𝗊𝗎𝖾 𝗆𝖾 𝖺𝗉𝗈𝗒𝖾𝗇 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗅𝖾 𝖺𝗉𝗈𝗒𝗈 𝖺 𝗎𝗌𝗍𝖾𝖽𝖾𝗌
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20
El chico guapo, agonizante por el dolor, levantó la mirada hacia Elica. Su rostro estaba pálido y sudoroso, y sus ojos estaban llenos de desesperación.
—Perdón... perdón por todo. No puedo soportarlo más. Haz que pare.
Se aferró a su camisa, su orgullo completamente desvanecido. Su respiración era entrecortada y su cuerpo temblaba incontrolablemente.
—Por favor, ayúdame. Dios... Dios te escucha, ¿verdad? Por favor, haz que Dios me perdone.
*Elica sonrió victoriosa al escuchar su súplica. Sus ojos brillaron con un destello sobrenatural mientras colocaba una mano sobre su frente.
—Ya es hora de que abras los ojos a la verdad.
Un aura de luz blanca comenzó a emanar de su mano, envolviendo al chico. Su expresión se suavizó mientras susurraba palabras en latín, invocando una bendición divina.
—El Espíritu Santo te ha escuchado. Ahora, arrodíllate ante él y reconoce su poder. Tu dolor se irá cuando aceptes completamente tu redención.
El chico guapo, envuelto en la luz divina, se dejó caer de rodillas. Su cuerpo dejó de temblar y el dolor pareció desaparecer. Miró a Elica con ojos llenos de asombro y reverencia.
—Gracias... gracias por liberarme. No sabía lo que estaba perdiendo hasta ahora.
*Su voz era diferente, más humilde y sincera. Todo rastro de arrogancia había desaparecido de su rostro.
—Quiero seguirte, quiero seguir a Dios. Dime qué debo hacer para merecer su perdón.
Elica lo miró con aprobación, complacida por su transformación. Su voz era ahora suave y maternal, como la de una pastora guiando a su rebaño.
—Primero debes limpiar tu alma de todos los pecados. Confiesa tus pecados ante Dios y ante mí. Después, debes abandonar todas las cosas terrenales que te alejan de Él.
Extendió su mano hacia él, invitándolo a tomarla.
—Sigue mi ejemplo y serás digno de su amor. Comenzarás a llevar una vida santa, ayudando a otros a encontrar el camino correcto.
Elica asintió satisfecha y soltó la mano del chico guapo. Con paso seguro, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su clase de lectura, dejando al ahora convertido atrás.
Mientras avanzaba por los pasillos, recibía miradas curiosas de otros estudiantes. Algunos murmuraban sobre lo que acababan de presenciar, pero Elica los ignoraba completamente, con la cabeza en alto y una sonrisa triunfante en los labios.
Elica notó al segundo chico guapo cuando entró en el salón. Sus ojos se detuvieron brevemente en el tatuaje que sobresalía ligeramente de su manga y en el cuello. Una expresión de desaprobación cruzó su rostro.
Se sentó en su lugar habitual, manteniendo una distancia prudente del chico tatuado. Sus dedos se entrelazaron sobre su escritorio mientras susurraba una pequeña oración, preparándose para la clase.
Elica no podía evitar lanzar miradas constantes al chico tatuado. Sus ojos oscuros lo observaban con una mezcla de disgusto y determinación. Cada vez que él movía su brazo o se acomodaba en su asiento, ella parecía más tensa.
Elica no podía evitar lanzar miradas constantes al chico tatuado. Sus ojos oscuros lo observaban con una mezcla de disgusto y determinación. Cada vez que él movía su brazo o se acomodaba en su asiento, ella parecía más tensa.
*En un momento dado, el profesor anunció que debían trabajar en parejas. Elica mantuvo su mirada fija en el chico, como si estuviera evaluando cuál sería la mejor manera de salvar su alma también. Un momento dado, el profesor anunció que debían trabajar en parejas. Elica mantuvo su mirada fija en el chico, como si estuviera evaluando cuál sería la mejor manera de salvar su alma también.
El chico de ojos azules, notando la mirada de Elica, interpretó su interés como algo más que simple curiosidad. Se mordió el labio inferior con una sonrisa arrogante, disfrutando de la atención.
Elica frunció el ceño ante esta provocación, pero mantuvo su compostura. En su mente, comenzó a planear cómo podría abordar al chico tatuado sin que el otro se interpusiera. Su determinación se fortaleció al ver que el tatuado parecía completamente ajeno a ambos.
El profesor llamó al chico de ojos azules por su nombre, interrumpiendo el momento tenso entre él y Elica.
—Chris, necesito que te quedes después de clase para hablar sobre tu último examen.
Chris puso los ojos en blanco y murmuró algo inaudible, pero asintió con fastidio. Elica observó la escena con una expresión impasible, aunque internamente estaba agradecida por la interrupción.
Chris, aprovechando la atención del profesor, señaló a Elica con un gesto despectivo.
—¿Y qué hay de la nueva? Ella parece necesitar orientación también.
El profesor siguió la dirección de su dedo y miró a Elica, luego volvió a Chris con una expresión severa.
—Señorita Klare es nueva aquí, pero está perfectamente adaptada. Enfoquémonos en sus propios asuntos, por favor.
Elica se levantó con calma, manteniendo su postura perfecta. Su voz era suave pero firme cuando habló.
—Profesor, si me permite la intervención, estoy completamente comprometida con mi educación. Puedo ayudar a cualquier compañero que lo necesite.
Dirigió una mirada breve a Chris, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos, antes de volver a sentarse.
El profesor sonrió, claramente impresionado por la actitud de Elica.
—Excelente actitud, señorita Klare. Su compromiso es admirable. Espero que pueda ayudar a sus compañeros a mantenerse en el camino correcto.
Chris resopló con desdén ante las palabras del profesor, cruzándose de brazos mientras miraba a Elica con evidente desprecio.
El chico tatuado, notando la escena, no pudo evitar mirar a Elica de reojo. Su mirada se detuvo en su figura, notando su belleza y su apariencia sana. Algo en ella le resultaba atrayente, pero también le hacía sentir incómodo por su propia naturaleza pecaminosa.
Elica captó su mirada fugaz y supo exactamente lo que estaba pensando. En su mente, comenzó a considerar cómo podría usar su atractivo para llegar a él y salvar su alma también.
El profesor llamó al chico tatuado por su nombre.
—Nikolai, ¿podrías prestar atención? Necesito que formes equipo con alguien para este proyecto.
Nikolai se tensó al escuchar su nombre. Miró al profesor y luego a Elica, con una expresión de resignación. Sabía que estaba atrapado en esta situación incómoda con ella.
El profesor continuó hablando sobre las asignaciones, pero Nikolai ya no estaba escuchando. Su mente estaba ocupada con la idea de tener que trabajar con la chica que lo había estado mirando todo el tiempo.
Elica estaba completamente enfocada en la lectura del profesor. Sus ojos seguían cada palabra con atención, y su expresión era seria y concentrada. Era evidente que ella entendía el significado profundo de la historia de amor prohibido entre Romeo y Julieta.
Mientras el profesor recitaba los versos, Elica reflexionaba sobre cómo esta tragedia podría aplicarse a su propia misión. Para ella, cada personaje representaba un aspecto de la naturaleza humana que debía redimir.
El profesor explicó que necesitaba que los estudiantes actuaran algunas escenas de la obra para una presentación final. Mencionó específicamente a Elica.
—Señorita Klare, sería excelente que interpretara a Julieta. Tiene la presencia y el carisma necesarios para este papel.
Elica asintió con humildad, aceptando el reto. Sabía que esta era otra oportunidad para mostrar su dedicación y convicción. Miró brevemente a Nikolai, pensando en cómo podría hacer que él interpretara a Romeo.
El profesor se volvió hacia Nikolai con una sonrisa complacida.
—Y tú, Nikolai, interpretarás a Romeo. Tu pasión y tu intensidad son perfectas para este personaje.
Nikolai se tensó aún más al escuchar esto. No estaba acostumbrado a ser el centro de atención, y mucho menos en un papel romántico. Miró al profesor con incredulidad y luego a Elica, cuyo rostro no revelaba nada más que determinación.
Chris, que había estado observando la escena con creciente irritación, no pudo contenerse más. Se levantó de su asiento y habló con voz irritada.
—¿Por qué tiene que ser él Romeo? Es un marginado tatuado. Yo podría interpretarlo mejor.
El profesor frunció el ceño ante la interrupción de Chris. Nikolai apretó los puños bajo la mesa, claramente molesto por el comentario despectivo.
El profesor miró a Chris con severidad, claramente disgustado por su comentario.
—Señor Anderson, por favor mantenga la compostura. He elegido a Nikolai porque veo en él las cualidades necesarias para el papel. Además, este es un trabajo en equipo y ya está asignado.
Chris se cruzó de brazos, claramente no conforme con la decisión. Miró a Nikolai con desprecio y murmuró algo para sí mismo, mientras Elica mantenía su mirada fija en ambos chicos, esperando ver cómo se desarrollaría esta tensión.
Elica se despidió de sus compañeros y se dirigió al salón vacío, sabiendo que nadie más lo usaría en ese momento. Caminó con paso seguro por los pasillos hasta llegar a la puerta del salón. La abrió lentamente y entró, observando el lugar en silencio.
El salón estaba completamente vacío, las mesas perfectamente alineadas y la luz natural entrando por las ventanas. Elica caminó hasta el centro del salón y se sentó en uno de los pupitres, esperando a que llegara Nikolai.
Nikolai entró al salón poco después de Elica, sus ojos encontrándose con los de ella. Había algo diferente en su mirada ahora, una mezcla de curiosidad y cautela. Se acercó a ella sin decir una palabra y, antes de que pudiera reaccionar, la tomó por la cintura y la besó apasionadamente.
Elica se sorprendió momentáneamente por el beso, pero rápidamente se recuperó y respondió con la misma intensidad. Sus labios se movieron contra los de Nikolai mientras sus manos se aferraban a su camisa. El beso era desesperado, como si ambos estuvieran tratando de transmitir algo que las palabras no podían expresar.
Nikolai la apretó más contra él, presionándola contra el pupitre mientras el beso continuaba, cada vez más profundo y urgente.
El beso se volvió más intenso, sus lenguas encontrándose en una danza apasionada. Nikolai deslizó una mano por la espalda de Elica, acariciando suavemente su columna mientras la otra se aferraba a su cintura con fuerza. Elica podía sentir su corazón latir con fuerza en su pecho, una mezcla de emociones contradictorias invadiéndola.
El tiempo pareció detenerse mientras se besaban, como si el mundo exterior hubiera dejado de existir. Finalmente, Nikolai rompió el beso, jadeando ligeramente mientras miraba a Elica con una mirada intensa y confusa.
Elica también estaba jadeando, sus labios hinchados y rojos por el beso. Sus ojos estaban llenos de una mezcla de sorpresa y algo más oscuro, una especie de satisfacción perversa por haberlo provocado. Nikolai la observaba con una expresión de conflicto, como si estuviera luchando consigo mismo.
El silencio en el salón era ensordecedor, solo interrumpido por sus respiraciones agitadas. Nikolai soltó lentamente a Elica, pero no se alejó completamente. Sus dedos aún estaban entrelazados en su cintura, como si temiera soltarla.
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