Renace en un mundo magico decidida a cambiar el destino de Ruby.
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
** Todas novelas independientes **
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Confianza
Ruby suspiró hondo, cansada, sintiendo que todo su cuerpo pesaba., pasó al lado de Orlando sin mirarlo directamente y caminó hacia la pequeña cocina de la cabaña.
Ruby: no pienses de más, Orlando.. no voy a hacer nada raro… solo voy a cocinar para no morirme de hambre, nada más.
sus manos temblaban apenas cuando comenzó a sacar los ingredientes, moviéndose con la misma calma fría con la que hablaba. Orlando la observaba desde un rincón, sus ojos clavados en ella, sintiendo esa mezcla amarga de amor.. culpa y desesperación que no lo dejaba respirar. Ruby cortaba las verduras con cuidado.. pero por dentro su mente estaba en otro lugar. cada corte era como un intento de poner orden a su corazón, a su vida rota. Orlando se llevó una mano al cabello, desordenándolo.. sin saber si acercarse o dejarla sola.
en ese momento, la escena era casi doméstica.. ella cocinando, él sentado, ambos en silencio… pero la tensión era tan espesa que hasta el fuego de la cocina parecía chispear distinto. ruby solo pensaba en no desfallecer, en mantenerse entera aunque por dentro todo se le desmoronaba.
cuando la comida estuvo lista Ruby sirvió en silencio, se sentó frente a él sin ganas de hablar, solo quería terminar y volver a encerrarse en sí misma.. pero Orlando la miraba fijo, como si quisiera arrancarle una verdad que aún no había dicho.
Orlando: dime algo, Ruby.. ¿por qué nunca me dijiste que tenías una marca de alma?
ella frunció el ceño, confundida, dejando la cuchara a un lado..
Ruby: ¿de qué estás hablando ahora?
Orlando: yo sé que eres un alma reencarnada.. cuando interrogué a uno de los magos que fueron maestros de tu asistente, él me lo dijo… me habló de esa marca, de cómo se reconoce a alguien que ha vuelto a nacer.
Ruby se quedó inmóvil, el aire atrapado en su pecho. no esperaba que Orlando supiera algo tan íntimo, algo que siempre había guardado en silencio. su corazón se aceleró, pero se obligó a no mostrar nada.
Ruby: ¿y qué? ¿eso cambia en algo todo lo que me hiciste? ¿o lo usas como otra excusa para justificar tus mentiras?
Orlando la miró con intensidad, con esa mezcla de dolor y celos que lo devoraba por dentro.
Orlando: dime Ruby… en tu otra vida… ¿estuviste enamorada?
ella se tensó, pero no apartó la mirada. respiró hondo y con frialdad respondió..
Ruby: no me interesa hablar de eso… y tampoco te debe interesar si ahora, en esta vida, decido buscar un nuevo novio.
esas palabras fueron como un golpe para Orlando.. su mandíbula se endureció, sus ojos se llenaron de furia, de un fuego que no pudo contener.. en un arrebato la sujetó del rostro y la besó con rabia, como si quisiera borrar sus palabras de sus labios.
Ruby forcejeó y, en lugar de rendirse, lo mordió con fuerza en el labio. el sabor metálico de la sangre apareció entre ambos.
Orlando: ¡estas loca! —gruñó él apartándose apenas, pero sin soltarla.
Ruby: y tú un maldito salvaje —le escupió jadeando, con el corazón desbocado.
Orlando, respirando agitado, se pasó la lengua por la herida y sonrió con esa mezcla peligrosa de deseo y enojo… asi que la arrinconó contra la pared, su cuerpo imponiéndose sobre el de ella, sus manos firmes a ambos lados, sin dejarle salida.. la voz le salió baja, grave, cargada de desesperación.
Orlando: no olvides Ruby… aún eres mi esposa…
ella lo miró sin pestañear, con la barbilla en alto y la furia ardiendo en sus ojos.
Ruby: y yo tramitaré el divorcio.. cuando los emperadores sepan que me engañaste para firmar y que denunciaste a mi padre.. ellos entenderán. me darán mi maldita libertad, Orlando.
él apretó los puños contra la pared, la respiración se le volvió errática, como si cada palabra de Ruby lo desgarrara.
Orlando: ¿libertad? ¿eso quieres? ¿crees que el divorcio te arrancará de mí? aunque los emperadores te dieran cien libertades, Ruby, seguirías siendo mía.
ella lo empujó con todas sus fuerzas, aunque él apenas se movió.
Ruby: no soy tuya… ni lo fui nunca… solo fui una tonta que creyó en tus mentiras.
Orlando: yo te amo, Ruby… y sé que tú aún me amas… aunque quieras negarlo…
Ruby: no… no, Orlando. yo no te amo. no después de todo lo que hiciste.
Orlando: no… no te creo… puedes engañar a todos, Ruby, incluso a ti misma, pero no a mí. yo siento tu corazón, yo sé que todavía late por mí.
Ruby: quizás… quizás te amé, Orlando.. quizás en otro tiempo, en otra vida, pudimos ser felices… pero ahora no. ahora no podemos estar juntos.
Orlando: ¿por qué dices eso…?
Ruby: porque no confío en ti… y una relación sin confianza no puede funcionar… no importa cuánto se ame, no importa cuánto se desee. el amor no basta cuando la traición lo envenena todo.
Orlando: entonces dime, Ruby… ¿qué debo hacer para que vuelvas a confiar en mí…?
Ruby: no secuestrándome, por ejemplo… en realidad no lo sé.. me gustaría decirte que haciendo algo mágico vas a borrar todas esas mentiras, que hay un hechizo que pueda devolverme la confianza, pero no lo hay.. lo que rompiste… no se arregla así de fácil.
Orlando: Ruby… entonces dime… ¿debo vivir sabiendo que lo arruiné todo para siempre?
Ruby: eres guapo, Orlando… eres rico, poderoso.. puedes tener a quien quieras.. busca a alguien que no tenga un padre de mierda como el mío… búscate a alguien que no te recuerde cada día tus heridas… y a mí déjame aquí. así los dos seremos felices… tú con tu vida y yo con la mía.
Orlando: Ruby yo no puedo sacarte de mi corazon… lo intente, lo juro, por mas de diez meses me dije que eras solo una Ellsworth, que eras hija del hombre que me destruyo, que eras un error en mi vida… pero cada noche, cada amanecer, tu voz regresaba a mi cabeza… tu risa, tus besos, hasta la forma en que me mirabas cuando estabas enojada… yo no puedo olvidarte… y sabes como me doy cuenta que estoy enamorado de ti? porque siento un peso en el pecho cada vez que pienso en perderte, siento que el aire me falta si no estas cerca, mis manos tiemblan como un idiota cuando imagino que otro te toca… mi estomago se retuerce de rabia y de miedo cuando pienso en ti con otro hombre, y mi corazon… mi corazon late tan fuerte que parece que va a romperme las costillas cada vez que estas a mi lado... cuando estas en la misma habitacion, Ruby… el mundo se me hace mas chico, mi piel arde con solo imaginar rozar la tuya, siento frio si no te abrazo, siento calor solo con escuchar tu respiracion… eso es estar enamorado para mi, es una maldita tortura, pero tambien es lo unico que me hace sentir vivo.. asi que no… no puedo buscar a otra, no puedo olvidarte, no puedo sacarte de mi vida… porque ya eres mi vida Ruby, aunque tu no quieras creerlo..
Ruby: ¿como me dices eso mirandome a los ojos? asi tambien me mentias, ¿como quieres que te crea?
Orlando: Ruby… voy a ganarme tu confianza, te voy a mostrar que realmente te amo…
Ruby: de buenas intenciones se cimenta el infierno… no basta con palabras, no basta con promesas… lo que me hiciste… eso no se arregla con amor ahora… quieres que te crea? demuestramelo… porque de palabras y promesas ya estoy harta…
Esa noche, cuando la luna iluminaba débilmente la cabaña, Ruby ya dormía profundamente, con el rostro relajado y las manos todavía sobre el cuaderno que había estado escribiendo durante toda la tarde.. Orlando la observaba desde la puerta, con el corazón latiéndole tan rápido que casi podía sentirlo en la garganta, pensando en cada palabra que ella había dicho, en cada mirada cargada de reproche y dolor.. con cuidado, para no despertarla, se acercó y la tomó entre sus brazos, abrazándola suavemente mientras ella, todavía dormida, se acomodaba instintivamente contra su pecho. podía sentir su respiración tranquila, el calor de su cuerpo, y cada pequeño movimiento de Ruby era como un latido que se sincronizaba con el suyo… el duque se quedó despierto hasta que la cabaña quedó en silencio, observando a Ruby dormir, y cada palabra que ella le había dicho resonaba en su mente como un eco imposible de ignorar. “demuestramelo…” esas palabras le daban vueltas, punzaban en su pecho y lo obligaban a mirarse a sí mismo, a enfrentar cada mentira, cada engaño, cada momento que la había herido.. cerró los ojos y respiró hondo, como si quisiera atrapar valor de algún rincón de su alma. se prometió a sí mismo que no bastarían palabras, ni súplicas, ni gestos desesperados.. tendría que demostrarle, con hechos, con paciencia, con cada acción, que la amaba de verdad.
—Ruby… —murmuró para sí, apretando los puños—. te voy a demostrar… que todo lo que siento es real.. voy a ganarme tu confianza, aunque me tome lo que sea… aunque tenga que esperar toda la vida.
mientras la veía dormir, pensaba en cada detalle de ella, en cómo su risa podía iluminar una habitación, en la forma en que sus manos temblaban a veces, en cómo su mirada podía atravesarlo más profundo que cualquier espada. cada recuerdo se convirtió en una promesa silenciosa: protegerla, respetarla, amarla sin condiciones, y demostrarle que esta vez, no habría mentiras, no habría juegos.
Será otra hermosa historia
Pobre duque 😝