Un antihéroe conocido como Komori y una heroína conocida como Zero deberan unir fuerzas para impedir que el Ragnarok ocurra.
Los problemas que comenzaron el día que se volvieron pareja deberán resolverse en el presente después de quedar varados en Asgard.
Y para ello, junto a sus amigos deberán derrotar a los Aesir que amenazan el planeta Tierra mientras sobrellevan sus problemas.
¿Podrán salvar a la Tierra? ¿Podrán vencer a los dioses nórdicos?
⚠️La novela cambiara al narrador en algunos episodios⚠️
NovelToon tiene autorización de Powder34 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo #16: Plan a futuro
Me sentía un poco rara montando a mi esposo y viéndolo convertido en un lobo de 2 metros, pero él era tan esponjoso que a veces me olvidaba de que era mi Stan.
—Segura de que no quieres caminar
—Nop —respondí abrazando a mi esponjoso y peludo esposo—. No quiero dejar a mi lindo lobito
—Sí, ya me lo esperaba, aunque es extrañamente conveniente que tu esposo sea un humano
—¿Huh? ¿Por qué?
—Bueno, una de las especies con más similitudes con los Titanes son los humanos, y ya que por lo visto, estás buscando quedar embarazada de él, su hijo o hija, sería una rareza misma incluso para el legendario Glowp y sus dos hijas
—¿Eh? ¿Quién es Glowp? Y esas hijas
—Glowp, es el creador del cosmos y de todo, aunque en palabras simples es la definición de Dios, y sus hijas, son entes que atormentan a los más débiles en voluntad, no me sorprendería que la especie de tu lobito sean los juguetes o alimento favorito de esas dos
—¿Alimento?, espera… ¿Hay monstruos en la Tierra?
—Es posible, pero entidades como la Lonexiety, están a un nivel muy superior a todo lo que has enfrentado, a decir verdad los únicos que podrían matarlas o vencerla es Lady Death o Glowp
—Mm… solo espero llegar a casa para echar a esas entidades de la Tierra
—Jaja, dudo que una niña pueda derrotar a esas dos
—Hmph, nunca subestimes a una Brown
—¿Brown? Creí que tu apellido era Watson
—Bueno —observé mi anillo recordando mi boda en la Tierra y el día en el que todo comenzó—. Supongo que desde hace tiempo deje de ser una Watson y me volví una Brown
—Como digas jaja, aunque me pregunto si una Brown es más que suficiente para derrotar a Lonexiety que vive en tu mundo
—Lo es, además si no soy yo —me agarré mi vientre—. Estoy segura de que alguien más lo hará por mí
—Y sobre eso, dime, ya han…
—¿Qué? Hemos hecho muchas cosas desde nos reencontramos
—¿Ya tuvieron relaciones?, te veo muy convencida de que vas a quedar embarazada, imagino que si son compatibles en eso
—N-No —respondí con las mejillas sonrojadas mientras me ocultaba detrás del pelaje de mi esposo—. La última vez que lo hicimos fue hace seis años en el zoológico, y a decir verdad no hemos tenido tiempo para hacerlo
—¿Seis años?, vaya, eso es muchísimo tiempo separados y estás segura de que no te fue infiel en ese tiempo o tú a él
—Soy pésima para hablar con hombres, y no pude superar la idea de que él hubiera muerto, fue tan doloroso que nunca pensé en la posibilidad de tener otra pareja —acaricie a mi esposo detrás de sus orejas—. Conociendo a Stan, para él debió ser igual, además de que cruzó el universo entero por mí y eso es algo que jamás voy a olvidar
—Jaja, te ves muy tranquila, nunca creí ver a una Titan que no fuera territorial
—Tsh —agarré con fuerza el pelaje de Stan mientras mis ojos salían chispas—. A decir verdad, pasó demasiado tiempo con Roxy… solo espero y esa enana no se haya aprovechado de la situación para seducir a mi esposo, porque juro que le voy a dar una paliza —murmuré enfurecida mientras me imaginaba a Roxy robándome a mi esposo a mis espaldas—.
Freyja soltó una carcajada al escucharme y mi esposo tan solo soltó un bufido. Después de tanto caminar llegamos a una gigantesca cueva de hielo, su interior era un hermoso paraíso celeste con una cascada que caía de la superficie de la cueva, a simple vista se podía ver que el frío no era tanto en la cima de la montaña.
Para evitar morirnos de frío, ayudé a hacer una fogata mientras Freyja usaba una de sus hierbas para crear una especie de escudo que impedía que el frío entrará a la cueva. No entendía cómo, pero gracias a su magia, comenzaba a hacer calor tanto que tuve que quitarme la ropa de frío y mi cabello debido al calor se volvió plateado de nuevo. Stan por su lado se durmió cerca de la fogata para entrar en calor, tal vez así volvería a ser un humano.
—Ahm… ¿Cómo hiciste eso? —pregunté intrigada mientras me acercaba a Freyja—.
—No es nada, niña, solo es un pequeño truco de magia, si quieres puedo enseñarte unos trucos
—¿Qué? ¿Yo puedo hacer magia? Pero no soy de este mundo
—Todos pueden hacer magia, niña aunque antes de enseñarte, —volteó a ver a mi esposo, quien estaba durmiendo—. Iré por más madera, tú mientras caliéntate con tu lobito —me guiño el ojo mientras tenía una sonrisa maliciosa—.
Al principio no entendí a lo que se refería hasta que terminé por captarlo, me puse un poco roja y asentí intentando no verla a los ojos. Freyja no tardó en irse para darnos un poco de privacidad, sólo que había un pequeñísimo problema, eso era que mi esposo era un lobo o lo fue por unos minutos. Debido al calor volvió a ser un humano normal, y gracias a que se había transformado, se quedó completamente desnudo.
—¿Qué? —se quejó adormilado mientras se levantaba del suelo aturdido—.
—Al fin despiertas, dormilón —dije riendo de forma nerviosa mientras sacaba dos bayas de la bolsa de lana—. Y veo que estás feliz por verme —añadí viendo su entrepierna—.
—¡Oye! —se quejó tapándose rápidamente con sus manos—.
—Jaja, así que… ¿Te transformas en un monstruo con el frío extremo? —pregunté mientras le sacaba las semillas a las bayas—.
—Ay no puedo creerlo, ¿me viste transformado?
—¿Acaso no recuerdas nada? ¡Eras tan adorable y esponjoso!, tanto que podría comerte
—Solo tengo recuerdos borrosos, es como… como un sueño lúcido, aunque dime ¿No te hice daño? ¿cierto?
—N-no —gateé hacia él para sentarme frente a él—. Tú nunca me harías daño, lo sé, no eres esa clase de persona
—¿Por qué estás tan segura? ¿Qué hubiera pasado si en esa forma yo… yo no te reconozco y… te hago daño? Si me salgo de control y me convierto en mi pa… padre…
—Tú no eres ese hombre —lo acaricié de las mejillas—. Lo sé porque ese no es el hombre con el que me case, ni tampoco es el tonto que navegó por todo el universo por años con tal de verme —me incliné más a él hasta estar a centímetros de su rostro— Sabes, jamás creí que alguien haría eso por mí
—Lo hice, porque sé que tú también lo harías por mí
—Jaja, lo intente, en los primeros días intenté de todo por escapar pero Kror estaba muy herido como para ayudarme esta vez, es por eso es que solo me quedo rendirme
—Eso es raro, tú nunca te rindes
—Sabes que puedo ser tan fuerte como Thor o los otros dioses pero… no soy invencible, menos si no te tengo a ti, y a decir verdad, sentí como si me arrancarán el corazón cuando te perdí, pero perderte me dejó en claro una cosa y es… —le di una baya sin dejar de verlo a los ojos—. Que te amo más que nada en este universo, es por eso que también sé que tú no eres tu padre —me metí la baya sin semillas a la boca—. Lo sé, por eso confío en tí —me subí a su regazo—. Ahora por favor tú confía en mí… —añadí animándole a comerse la baya—. Como yo confío en ti
—Esta baya no me volverá un monstruo, ni me hará quedarme aquí para siempre, ¿verdad?
—No jaja, ¿qué clase de bayas has comido?, esta baya nos ayudará —me agarré el vientre para darle a entender que me refería—. A crecer como familia
—¿Qué? Quieres… ¿Estás segura?
—Sí, además recuerda lo que prometimos, hay que intentarlo —Stan me miró con una notable inseguridad sobre ser padres—. Solo si quieres claro después de todo viviré miles de años solo por ti, así que no hay prisa —añadí acariciando su mandíbula con mi dedo—
—No suena mal tener a una mini tú corriendo por ahí —respondió con una sonrisa—. Pero si es hombre deja que yo decida su nombre
—Trato, pero te advierto que soy muy buena con los nombres más si son de mujer
—Jaja, nada puede superar el nombre de Jade
—Bueno, ya llegará uno y va a ser el de nuestra pequeña heroína