Con Miedo Amar

Nos quedamos allí, en medio de la calle, todavía perdidos en ese beso que me tomó por sorpresa… y que para mi desgracia, disfruté más de lo que debería.

Pero no estaba bien, nada de esto estaba bien.

Cuando reaccioné, me separé de golpe, como si me hubiera quemado y di un paso atrás, no pude decir nada, simplemente lo miré y en sus ojos había algo que me hizo temblar: ganas… ganas de hacerlo desde hace mucho.

Ninguno de los dos decía nada.

Yo sentía que si no me movía iba a salir corriendo igual.

Esto no debía haber pasado.

Thiago: Ann…

Solo eso mi nombre, pero dicho de una forma que llevaba miedo, deseo, arrepentimiento y confusión mezclados.

Como si él tampoco entendiera lo que acababa de hacer.

Ann: ¿Por qué hiciste eso?

Mi voz salió rota, temblorosa… llena de todo lo que estaba tratando de tragarme.

Thiago: Ann… solo fue un impulso.

Ann: ¿Un impulso? —frunzo el ceño— Tiago, vete.

Él da un paso hacia mí, desesperado.

Thiago: No es eso… no quise decirlo así. Es que… sentí la necesidad de hacerlo.

Me reí pero sin humor, una risa triste y herida.

Ann: ¿Ah claro? ¿Y cada vez que “sientes la necesidad” vas por ahí besando a cualquiera que se te atraviese?

Thiago: ¡No Ann! —su voz se quiebra— Yo… yo quería…

Lo interrumpí antes de escucharlo.

Ann: Aléjate de mí.

No le di tiempo de responder, subí corriendo las escaleras sintiendo cómo él me llamaba detrás pero no miré atrás, no podía.

Entré a mi cuarto, cerré la puerta con fuerza, me tiré en la cama y ahí por fin, dejé que todo se rompiera. Las lágrimas salieron sin control… por la rabia, por la confusión y por lo que sentía por él.

Me quedé mirando el techo, con la almohada aún húmeda por las lágrimas.

No podía dormirme.

Cada vez que cerraba los ojos… sentía otra vez su boca sobre la mía.

¿Por qué tuvo que hacerlo?

¿Por qué ahora?

¿Por qué así?

Mi pecho dolía, no solo por el beso… sino por todo lo que significaba o lo que no significaba.

Me froté la cara, frustrada.

Soy una idiota… ¿cómo pude corresponderle?

Pero en ese momento no pensé, no podía pensar, simplemente reaccioné.

Mi cuerpo se adelantó a mi cabeza… como si lo hubiera estado esperando.

Y eso es lo peor.

Me lo dije mil veces:

“No te gusta”,

“es solo tu amigo”,

“él está con Isa”.

Pero cuando me besó… todo se derrumbó.

Sentí sus manos en mi rostro, firmes pero temblando…Sentí su respiración entrecortada y ese segundo donde se acercó, ese segundo donde sabía que podía apartarme y no lo hice.

Tomé mi teléfono.

Le escribí a mi mejor amiga.

Chat con Deysi

Ann: S.O.S

No pasaron ni cinco minutos cuando me llamo, cuando vio mi cara por videollamada su expresión cambió a preocupación inmediata

Deysi: Ann… ¿qué te paso?

Le conté todo, sin omitir nada.

Deysi: Ann… entonces me estás diciendo que se besaron, él se comporta como un idiota… y tú saliste corriendo.

Ann: ¡Sí! —digo entre lágrimas— y lo peor es que… me gusto.

Deysi: Amiga… ¿en serio lo quieres?

Ann: Como no te imaginas.

Deysi: ¿Y le preguntaste si es novio de Isabella?.

Ann: Sí, y lo negó. Dice que no son nada

¿Pero entonces cómo explica que la besó? ¿Y que se fue con ella?.

Deysi: Yo tampoco lo entiendo, pero entonces… ¿por qué te besó?

¿Por qué está tan encaprichado contigo

Ann: No lo sé Deysi, eso es lo que me confunde Y me da tanta impotencia sentirme así.

Deysi: Tranquila amiga, yo estoy aqui y lo vamos a averiguar juntas.

Deysi guardó silencio unos segundos, mirándome como si pudiera sentir exactamente lo que me estaba pasando.

Deysi: Ann… respira, no tienes que entenderlo todo hoy.

Asentí, aunque por dentro estaba hecha pedazos.

Ann: ¿Y si mañana lo veo? No sé cómo mirarlo a la cara, Deysi… siento que voy a quebrarme.

Deysi: Si él te busca que hable claro, ya es hora. No puedes ser tú la que cargue con todo esto sola.

Me mordí el labio, sintiendo otra vez ese nudo en la garganta.

Ann: Me siento tan tonta…

Deysi: Tonta sería si siguieras fingiendo que no sientes nada y él también siente algo Ann, te lo juro.

Quise creerle, de verdad quise.

Pero el problema no era solo lo que él sentía… era lo que yo sentía por él.

Deysi: Mirá por hoy deja de pensar y duerme, Mañana vemos qué hacer.

Ann: Intentaré…

Deysi: Te amo amiga, cualquier cosa me llamas.

Ann: Yo también… gracias.

Colgué y dejé el teléfono a un lado, el silencio de mi cuarto se sintió más pesado que antes.

Me tapé con la cobija hasta la nariz, tratando de calmar la respiración… pero entonces, como si mi mente me traicionara, volvió a aparecer el recuerdo del beso.

Su mano sosteniéndome la cara.

El temblor en su voz cuando dijo mi nombre, la forma en la que me miró… como si hubiera estado esperando ese momento.

Cerré los ojos con fuerza.

Ojalá pudiera odiarlo.

Ojalá pudiera olvidarlo.

Pero ahí estaba, metido en mi cabeza, en mis labios, en mi pecho… arruinándolo todo.

Suspiré hondo, derrotada.

—Esto va a complicarlo todo… —murmuré para mí misma.

Y sin darme cuenta, con el corazón apretado y la mente hecha un desastre, me quedé dormida.

Sin saber que al día siguiente… nada volvería a ser igual.