Rindiendome A Tu Piel

Itzel le tendió la mano a Isabel, ella la recibió y dio la vuelta, Jhordán observó y no podía creer lo que veía y escuchaba, donde había quedado su novia tierna, cariñosa e inocente, ahora no había nada de esa chica.

Isabel al igual que Itzel portaban un vestuario de dominatrix.

Itzel portaba un enterizo de látex ajustado a su cuerpo, con un collar de cuerpo que poseía una hebilla negra que simbolizaba su poder. En sus manos tenía guantes que no dejaba ver su piel y sobre ellos la manilla dorada, sus tacones eran unas botas a las rodillas que tenían hebillas desde el inicio del pie hasta el final de las botas, sus tacones eran altos y lo adornaba punzones de metal.

Isabel al contrario, portaba un vestido del mismo material, un látex que destacaba, su vestido tenía unas perfectas copas que se alineaban perfectamente a sus senos haciéndolos ver más grande de lo normal, llegaba debajo de sus nalgas. Y en el frente lo adornaban hebillas brillantes símbolo de su iniciación en el poderío, su collar era de cuero y lo adornaban punzones de metal, portaba unos guantes largos que llegaban casi a su hombro, tenía unas medias veladas largas hasta lo último de su muslo con encaje en el final, toda de color negro, sus tacones eran altos redondos en el frente con los mismos punzones que tenía en el collar y un tacón puntiagudo con mucho brillo. Su traje vino acompañado de una peluca negra que llegaba debajo de sus hombros, sus labios estaban pintados de un color rojo pasión.

Itzel se acercó a Isabel con seducción, muy cerca de ella, peligrosamente dijo:

—"Tu segunda prueba, es aprender a dominar".

Itzel la quedó mirando para saber su reacción, pero ella no demostró nada ni dijo nada...

Itzel se volvió a dirigir al público presente y dijo:

 —Espero que estén preparados, comencemos con el espectáculo.

Itzel miró a Isabel.

—Lo primero que debes aprender es la posición de tu sumiso, mayormente el sumiso no habla si no se lo ordenas. Pero la posición de tu sumiso, habla más que sus palabras.

Explicaba Itzel.

En las mazmorras había un silencio grato, todos los presentes escuchaban la clase como un manjar de buena calidad.

Itzel se alejó de Isabel y se acercó a Jhordán que se encontraba de rodillas, con sus manos puesta sobre su muslos que estaban totalmente pegados y su cuerpo descansaba en sus pies, su espalda estaba totalmente erguida su vista era de frente, sin embargo no miraba a ningún lugar.

—Esta pose de rodillas es la que más usa el sumiso porque está esperando su próxima orden.

Explicó Itzel.

Puso su mano en el collar de Jhordan y soltó la hebilla quedando el hombre sin collar.

Al instante abrió sus piernas dejando sus pies detrás, sus manos las subió y las puso detrás de su cabeza entrelazandolas y abriendo su brazos quedando en forma de alas.

—Esta posición la hace el sumiso cuando está pidiendo un collar.

Explicó Itzel.

Isabel estaba en una posición recta viendo cada movimiento y analizando cada pose que explicaba su maestra.

Itzel puso nuevamente el collar, con sumo cuidado.

—*Nadu*

Dijo la mujer y Jhordán dejó sus piernas en la misma posición que estaba y puso su brazo encima de cada uno de sus muslos con las palmas hacia arriba y agachó su rostro.

—En esta posición hizo algo indebido y las palmas de sus manos recibirán su castigo.

Explicó Itzel.

Volteó su rostro para mirar a Isabel y

 Observó que estaba atenta a lo explicado.

Volvió su atención hacia Jhordan y continuó.

—*Taburete*

Ordenó la mujer.

Jhordán cerró sus piernas se arrodilló encogió su cuerpo haciendo un ovillo y puso sus manos acostados de su cuerpo y pego su frente al suelo

—Aquí está en posición de recibir un placentero castigo.

Explicó Itzel con una corta sonrisa enfatizando que le gusta esta pose.

—*Suelo*

Dijo La mujer y él se tiró por completo en el suelo y estiró su cuerpo quedando acostado boca abajo con sus brazos acomodados en la parte de su cabeza.

—Aquí está arrepentido de una falta y no se siente merecedor de su amo.

Aclaro la posición Itzel.

—*Mesa*

Enfatizó la mujer.

Jhordán se levantó y se puso de rodillas con sus manos estiradas, a tal motivo que su espalda se arqueo.

Isabel dio una sonrisa de medio lado.

Will miraba la escena, Vannesa llegó y se sentó al lado de Lila y Alicia.

Nadie decía nada, el lugar era silencioso todo era perfecto, hasta el aire sabía que era arte lo que se exponía en ese sitió.

—*Humildad*

Dijo Itzel.

Y Jhordán dejó caer sus brazos por completo y su rostro tocó el suelo, pero aún estaba de rodillas.

—*Inspección*

Susurró esta vez Itzel su voz sonó ronca, con complicidad, y misterio.

Jhordán se puso de pie se paró recto sus piernas un poco abiertas y sus manos las unió detrás de su cabeza y abrió en modo de ala.

Itzel se acercó y empezó a acariciar el cuerpo de Jhordán, desde las alas que formó con sus brazos, bajando por su pectorales y llegando a su punto ve, que se marcaba por la posición tomada, tomó la fusta y realizó círculos en la entrepierna del hombre.

Isabel se estremeció, al ver los movimientos de la mujer.

Itzel observó la tensión de Isabel y estalló en carcajadas.

—*Esperar*

Ordenó Itzel.

Y Jhordán cerró por completo sus piernas quedando recto, y dejó caer sus brazos a los costados quedando en una posición firme.

Itzel camino hacia Isabel.

—Espero que prestaras mucha atención, la clase terminó, ahora viene tu prueba.

Dijo muy cerca de Isabel.

Camino hasta donde Jhordan y volvió a quitar el collar.

El resintió no tener su collar y volvió a colocarse en postura de pedir collar.

Itzel guardó el collar en una caja y sacó otra caja y se la dio a Isabel.

—Un obsequió.

Dijo extendiendo el regalo hacia la atenta