Maria Cristina Alcantara viajo a una fiesta a Las Vegas. En el Hotel Casino Volcano le robaron su documentación. De igual manera al empresario Fernando Espinosa. Ese robo les traería muchos problemas a estos dos jóvenes. Los pillos ladrones usaron su documentación para un casamiento rápido estilo Las Vegas. Desde este incidente estaban casados sin saberlo y los problemas vendrían. ¿Quizás también el amor?
NovelToon tiene autorización de Elsa Elena Isasa para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 16. La Primera Cita
Casada 16
Capítulo 16. La primera cita.
Casada con un desconocido.
Elsa ISASA.
Despedían en el porche a Lucas después del desayuno en el que Cris no lo miró en ningún momento.
–¡Adios pa.!¡ Adiós Cris!– dijo el pequeño al subir apresurado a la combi.
Apenas arrancó la combi, Fernando se pegó al cuerpo de Cris recostado en la baranda. Sus empleados podían verlos. Matilda también.
– Toqué tu puerta anoche. ¿No me escuchaste? -
– Dormía – mintió ,mientras su cuerpo se erizaba con el contacto.
– Cerraste la puerta con llave.¡ No he ido a ver a ninguna mujer.! Solo a tratar unos asuntos con mi hombre de confianza. – dijo él abrazando su cintura y acariciando lujuriosamente sus pechos –
– Lo sé. Lucas abrió tu celular cuando vió que sonaba en la sala y supo que estabas con Salinas. – dijo molesta. – he visto que tú amigo te ha enviado fotos de Mariano con su secretaria. ¿Investigas mi vida?--
Fernando quedó expectante.
– ¿Estás molesta por eso entonces? ¿Porque Báez te engaña?-- dijo –
– Estoy molesta porque has hurgado en mi vida personal. No tenías derecho. Y menos encontrar algo que quizás podría afectarme y callar telo. – dijo retirando las manos de Fernando de su cuerpo.
–Escucha nena. He investigado algunas cosas de ti. Entrarías en mi hogar. Compartirías con mi hijo. Debía saber quién eras-- respondió conciliador– No quise causarte dolor con lo de ese tipo.
– ¿Dolor? ¿Acaso por ventura crees que no lo sabía? – respondió molesta. – ¡Cuando quieras saber algo de mí, pregúntame!. Y ahora tengo que ir a trabajar.
Cris se separó de su lado y caminó a su recámara.
Pero Fernando no la dejó.
Siguió junto a ella y sostuvo la puerta cuando intentó cerrarla.
– ¿Entonces? – dijo sujetándola contra si–¿ tanto lo amas que dejarás que te engañe?--
– ¿Engaño? – murmuró – No me importa lo que haga Mariano. Es solo el novio conveniente para unir ambas empresas. –
– No lo hagas Cris. No te cases por conveniencia económica. Te lo digo por conocimiento de causa. Es terrible vivir con alguien que no amas. Fingir ante tu hijo. Tratar de retener la familia. –
– No puedo casarme. Estoy casada contigo. – dijo mirándolo aún molesta– vete. Todos saben que estás aquí.
– No me iré sin un beso. Y sin que me prometas que está noche no estará fría y vacía mi cama sin ti –
Contestó Fernando.
Levantó con las manos la barbilla de Cris y su boca reclamó hambriento la suya.
Una boca cerrada terminó por abrirse a la invasión de su marido. Se besaron con pasión y luego con dulzura.
– Está noche saldremos. ¿Quieres? Iremos a cenar y bailaremos juntos. Quiero que Lago Azul conozca a mi bella esposa. –
– Acaso has cambiado de idea? Decías que debíamos guardar nuestra unión solo para nosotros. –
– Dije muchas idioteces. Pero ahora se que….
– Que no puedes pensar en pasar sin mi ¿Verdad? Bien. Saldré contigo. Y conversaremos antes de calentar el lecho – dijo sonriendo.
María Cristina pasó excitada ese día.
Casi no pudo trabajar y concentrarse por su primera cita con su esposo.
Temblaba sabiendo que debía confesar sus sentimientos.
Las palabras, gemidos y murmullos de deseos ya no bastaban.
Era algo mucho más potente. Era el amor el que había tocado su corazón. Y era una decisión difícil. Debía pensar si lo que sentía valía la pena todo lo que costaría cambiar su estilo de vida. Saltar cada tanto del mundo helado de su esposo para seguir trabajando en la populosa ciudad de donde venía.
Se vistió con cuidado. Levantó su cabellera en un peinado sencillo de hacer que destacaba su hermoso rostro. Un collar de perlas blancas en su cuello y un vestido negro, escotado y al cuerpo, zapatos aguja muy altos y un tapado de pana gris acero.
– Wauu. Que hermosa Cris. ¿A dónde vas?--
– Tu papá me ha invitado a salir está noche. Aún no sé dónde me llevará. ¿Te agrada como me veo?
– Todos envidiarán a mi padre. - dijo Lucas dando una vuelta a su alrededor.
Matilda también la miraba asombrada y gratificada.
– El Señor me ha dicho que pasarán fuera la noche. He preparado una valija con algunas prendas para los dos. Está usted preciosa señora. - dijo entregando la valija a Alejo.
Entonces lo vió salir de su recámara.
Estaba de impecable esmoquin y un gabán claro sobre los hombros.
Ambos se miraron profundamente.
Sonrió con esa sonrisa hermosa que ella amaba.
Se acercó y la tomó de la mano.
Sus miradas lo decían todo.
– ¿Ustedes ya son novios verdad?- dijo Lucas mirándolos.
– Quizás después de esta noche lo seamos. No seas impaciente y pórtate bien con Matilda. - respondió Fernando.
– Adónde me llevas. Estás demasiado elegante para un bar del pueblo – dijo ella casi susurrando en el auto.
– Es una sorpresa nuestra primera cita. Creo que Lago Azul deberá esperar por nosotros. - dijo abrazándola en el carro–¡ al aeropuerto Alejo!.
– Sí Señor– repitió el chófer.
Ella se pegó a su cuerpo bebiéndose del aroma varonil de su marido.
Pero ya no escuchaban.
Se besaban hambrientos. Desesperados.
La noche empezaba para ambos.
Y sería la noche más importante en sus vidas.
La noche en que conocerian sus sentimientos verdaderos y definiría su futuro.
Subieron al avión privado que los esperaba. Un viaje corto, el mar y el hotel Casino Provincial iluminó su llegada.
Un carro los esperaba en el hangar.
La noche empezaría para los dos.
Mar Del Plata lucía con todo su esplendor de luces, música, carros, vida nocturna maravillosa.
Y ellos dos dispuestos a confesar lo que sentían realmente uno por el otro para iniciar o separar sus vidas para siempre.