Mika, la hija del temido líder de la mafia, ha vivido toda su vida bajo el yugo de su padre, quien no solo asesinó a su madre, sino que también la separó de sus hermanos para convertirla en una máquina de venganza despiadada. Su padre tiene grandes expectativas para ella: debe convertirse en la reina de la mafia y llevar su apellido a nuevas alturas, o enfrentarse a las consecuencias más terribles, que incluyen la vida de sus hermanos.
Dimitri, un joven rival que también aspira a ser rey, compite contra ella en un juego mortal donde las alianzas son efímeras y las traiciones son habituales.
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COMBATE, RÍNDETE O MUERE
MIKA
Puede que mi padre puede que tenga 62 años y aun así está bien conservado, es un rival fuerte de pelea, ya que él es más experimentado que yo, más fuerte y sobre todo también paso por todos los entrenamientos excepto que él tenía 20 años cuando entreno, él y todos los líderes e incluso el Sr. xu.
Con ustedes les presento a mi padre.
Este es el mismo señor que se encargo de arruinarme la vida a mi y a mi hermanos para su propio beneficio.
El juez indica que el combate cuerpo a cuerpo puede empezar.
Lo señalo, moviendo el dedo para que ataque primero, espero paciente hasta que decide atacar con unos golpes que esquivo rápidamente, giro en el suelo y le barro los pies haciendo que caiga, pero se levanta.
Vuelo a mermar el espacio poniendo me alerta, sin apartar mis ojos de mi objetivo y es que me gusta que sepan que no me importa nada mas en este momento sino derrotarlo.
Me le voy encima con una serie de golpes a su costado y cabeza los cuales cubre con sus manos, me exaspera que no está dando lo todo porque se que el es mejor luchador y quiero que pelee con todo para poder hacerlo sufrir con mis golpes, por o que me aparto de él y de un salto me subo a su hombros, maniobro el giro mortal que me hace dar la vuelta llevándolo al suelo, el golpe lo deja tirado unos minutos y cuando se levanta con una mirada furiosa, que es la que estaba esperando…
—Recuerda, mika—me muestra una sonrisa desafiante—te rindes o te mueres.
Asiento en modo de aceptación, siento como la adrenalina recorre mis venas, el sudor recorre mi frente haciendo que el pelo se me pegue a mi piel, y el calor que hace me empieza hacer latir el corazón muy rápido, me deslizo en el piso mandando un golpe a uno de sus muslos, y me levanto con una mano, se devuelve viniendo por mi con una serie de golpes que busca desestabilizar me pero bloqueo algunos pero logró conectar unas patadas que me hacen retroceder.
En un instante lanzo patadas a su cara que bloquea con sus manos, pero en una de esas se descuida y logro impactar mi patada en su rostro haciendo que bote sangre.
—No te distraigas papá—digo con una sonrisa malévola.
Con el dorso de su brazo limpia la sangre y solo hace un ademán con la mano indicando que sigamos.
Se me viene encima con mas golpes que esquivo pero una de esas me agarra del pelo haciendo presión haciéndome caer al piso, por el golpe me quedo allí unos minutos, sin embargo él no se detiene y se sube en mi atacando con golpes que bloqueo con mis brazos, pero me sujeta de los brazos dejando me inmovil, sube mis brazos por encima de mi cabeza, y los sujeta con una de sus enormes manos, y con la otra hace presión en mi cuello haciendo que pierda el aire, en ese momento recordé por que estaba peleando, y vi el rostro de mis hermanos, golpeados, mi ira volvió como nunca…
—¿Qué esperas?, ¡¡ríndete!!—me dice haciendo más presión en mi cuello.
Me giro de medio lado con una fuerza que yo misma desconozco, pero logro sacarme de él, y me levanto, mis ojos viajan a la segunda planta donde se puede admirar más el ring, y veo a dimitri sentado mirándome con su bella sonrisa, porque aunque me cae mal hay que aceptar que esta buenote el hombre.
Mi padre suelta una risa suave y empezamos de nuevo, el combate sigue con altos y bajo, sin embargo me lanza un golpe que no puedo frenar que impacta en mis rostro ocasionando que mi labio inferior sangre o la sangre con mi dorso y me subconsciente me grita…
«¡¡Deja de jugar y acabarlo de una vez!!»
Decido hacerle caso a mi subconsciente, y en un giro inesperado logro atrapar a mi padre en una llave de brazo, él intenta liberarse, y solo hace que despierte en mí cuya asesina que aprendió todo tipo de técnicas capaz de matarlo de una vez si ataco uno de sus puntos vitales, pero aun lo necesito vivo por lo que solo decido con una fuerza y precisión girarme llevándolo al suelo, y con un movimiento rápido lo posiciono para hacerle una llave en el cuello, el cual lo deja sin aliento, sin poder moverse, hago más presión en el cuello, dejándolo sin aire, y después de unos segundo toca tres veces mi brazo indicando que se está rindiendo, el juez alza la bandera indicando que el combate termino.
Lo suelto y elevo mi vista nuevamente hacia la segunda planta, y solo veo la espalda de dimitri, abre la puerta y se va, ya que uno a la segunda planta entra por fuera de la habitación.
Salgo del ring, me dirijo hasta un estante de toallas limpias, me seco la cara y prosigo a cambiarme con el saco, me siento en un sillón y procedo a ponerme los botines, mientras mi padre hace lo mismo, después de unos minutos se me acerca y el juez nos deja solos…
—Esa fue un excelente combate, realmente me la pusiste dura, ya entiendo por que todos temían en el cuartel, hasta el punto de apodarte de “mika la reina del mal”—me dice con una sonrisa tranquila.
—Tu…No cumpliste con tu palabra—me levanto—¿Que dijistes?, ¿que estarían bien dijistes?, entonces…¡¡¿CÓMO ES QUE TERMINARON SIENDO GOLPEADOS Y!!?...—Grito caminando hacia delante haciendo que el retroceda—min-ji siendo abusada por ese maldito desde los 14.
—No sabía que él estaba haciendo tal cosa…—lo interrumpo soltando una leve carcajada.
—¿No sabias?, Yo estaba matando me para cumplir tus expectativas y lo hice fui la mejor, sin embargo tu no pudistes estar pendiente a mis hermanos, se que te vale un comino lo que les pase, pero si a ellos les hubiera dado por suicidarse por la vida de mierda que tenían, creeme que hubiera ido detrás de ellos y entonces…Tu maldito apellido se hubiera quedado como estaba, y…¿que dijistes reina de la mafia?, se hubiera ido al carajo junto contigo.
—Tienes razón, pero no lo sabía, y no trates de amenazarme con tu vida, porque puedo acabar con uno y dejar a los dos, y entonces,¿ acabarás con tu vida aunque queden dos aquí?—me dice con una mirada intensa en sus ojos.
—Ya que te di una paliza, puedo calmar mi ira por ahora, estamos en el mismo barco, así que no te pongas agresivo y deja a mis hermanos en paz, ya con la mansión y la paliza basta, haci que olvidaré todo—digo con una sonrisa amplia falsa.
—Así me gusta, entonces nos veremos mañana para mi siguiente movimiento.—me dice volviéndose a la salida e irse.
Me encanta que crea que ha ganado, mañana veremos si, pero para que veas mi siguiente movimiento en tu contra.