La Santa Reencarnada Quiere El Divorcio

—Hola, su Santidad Abigail. Es un gusto conocerla. Me llamo Luisa y espero que nos llevemos bien.

Abigail la miró fijamente, tratando de asimilar la noticia. Luisa le sonrió con amabilidad, mientras Archibald observaba con un toque de orgullo en su expresión, como si disfrutara de la sorpresa que le había causado a Abigail. Sin embargo, ella mantuvo la compostura y respondió con voz calmada pero firme.

—Es un placer conocerte, Luisa. Espero que encuentres aquí todo el apoyo y la felicidad que buscas.

"¿Así que este era el plan de Archibald?", pensó Abigail. "¿Decidió avanzar en mi ausencia y no me informó de nada? Esto no es un simple encuentro; es una declaración de sus intenciones." A pesar de la calma que mostraba por fuera, su mente era un torbellino de pensamientos.

Mientras Luisa y Archibald intercambiaban algunas palabras sobre la mansión y las expectativas de los próximos meses, Abigail los observaba en silencio, reflexionando sobre el impacto que esta nueva situación tendría en su vida y en los planes que había trazado.

—Si no tienes más que decir, procedo a dirigirme a mi habitación.

—Oh, espera, Abigail. Olvidé decírtelo, pero ya no dormirás en tu habitación. Esa ya le pertenece a Luisa, ya que es la única con excelente iluminación y vista. Decidí dársela a ella; después de todo, necesitamos que se sienta cómoda para tener un buen parto.

—No me molesta, pero ¿dónde se supone que dormiré?

—No te preocupes. Hice que todas tus cosas se trasladaran a la habitación del Gran Corredor.

"¿En qué estás pensando, Archibald? Ese corredor es un pasillo largo y frío, y la habitación está muy alejada."

—Archibald, por favor, a mí no me molestaría dormir en esa habitación. Debes tener más consideración con la Santa Abigail —dijo Luisa, llorando.

—Eres muy amable, Luisa. Sin duda, serás una excelente madre; siempre te preocupas por los demás. Pero de todas formas ya está todo decidido. Por ahora, me retiro. Cualquier cosa, díselo a los sirvientes.

Archibald se fue, y Abigail se dirigió a su habitación.

—Santa, disculpe por ocasionarle molestias. Sé que lo que hicimos Archibald y yo no fue algo bueno para usted.

"Ya ni siquiera lo llamas Duque... ¿qué tanto habrán hecho mientras yo no estaba?"

—No te preocupes, señorita Luisa. Espero que disfrutes de este lugar y que seas una excelente compañía para el Duque. —"Después de todo, ya no pienso seguir viviendo aquí."

—Lo sé, pero no puedo dejar de pensar que le hice bastante daño al involucrarme en su relación.

"Vaya, veo que aún le gusta mantener esa actuación de niña buena y pura. En mi otra vida te habría creído, pero uno no cae dos veces en el mismo agujero."

—Señorita Luisa, como dije, no te preocupes. Mi relación con el Duque no iba tan bien. Si me lo permites, me dirigiré a mi habitación.

Mientras tanto, Archibald se encontraba en una reunión con los ancianos de la mesa ducal.

—Duque Archibald, ¿en qué estaba pensando al traer a su amante a la mansión? ¿Acaso no pensó que la Santa Abigail se sentiría mal por esto? —cuestionó el anciano Indur.

—Anciano Indur, no se preocupe; eso puede hacerle daño a su salud. Además, todo está bien. Después de todo, Abigail sigue siendo la Santa linda y callada; solo tiene que acatar mis órdenes.

—Archibald, aún eres joven, así que tal vez no lo entiendas, pero la Santa Abigail es un gran pilar para el Ducado. Ella se ha encargado en gran parte de los problemas que han agobiado al ducado y, recientemente, hizo algo increíble al ayudar a detener una peligrosa plaga que mataba a todo aquel que la poseía. También gracias a ella se pudo descubrir una medicina que puede acabar con muchas enfermedades.

—Eso es cierto. Yo escuché que le llamaron "Antibiótico" y que no solo ayuda a curar esa plaga, sino que también puede combatir todas las que hasta ahora han sido un problema. De verdad, desde ahora debemos tener mucha más gratitud con la Santa. Incluso escuché que el príncipe Arthur está interesado en ella y que el Rey piensa llamarla para darle su reconocimiento. Pero mientras tanto, usted, Duque, está haciendo todo esto.

—Voy a pasar por alto que prácticamente me llamaste niño. Es cierto que Abigail ayudó con la plaga, pero estoy seguro de que solo es una exageración y un montón de rumores. No hay manera de que ella, sin utilizar su bendición, haya podido curar a todos los enfermos. Más bien, me atrevería a decir que solo fueron unos cuantos médicos, y de seguro ella los chantajeó para que le dieran ese reconocimiento.

—Duque Archibald, usted aún no entiende el valor de la Santa. No solo ayudó a combatir otras amenazas al ducado, sino que también luchó contra el tráfico de personas y una nueva droga que se estaba esparciendo. Además, desarrolló pueblos pobres y creó un programa de repartición de alimentos para los más necesitados. ¿Cree que todo eso es una exageración? Su difunto padre decidió aceptar la propuesta de matrimonio con ella porque sabía que usted sigue siendo un pequeño e inmaduro niño que solo piensa en el dinero y nada más.

—Anciano Indur, no le permito que se dirija a mí así. El hecho de que le hayas servido a mi padre hasta su muerte no te da derecho a hablarme de esa manera. Yo soy el actual Duque, y si ustedes no apoyan mis métodos y decisiones, lo mejor será disolver la mesa de los ancianos. Esta es la última vez que lo digo. No habrá una próxima.

Archibald se retiró furioso.

"¿Qué le espera a este ducado, si quien lo gobierna no es más que un niño orgulloso y egocéntrico?"

Continuará…

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Estoy muy emocionado de compartirles esta próxima novela, y espero que la apoyen tanto como a la anterior 🙏💖. Gracias por cada comentario, cada like y todo el cariño que han dado 🌈💬❤️. ¡Deseo que esta nueva historia los sorprenda y los emocione igual o más! 😍✨

Espérenla con muchas ganas y alegría 🎊🥳, porque vendrá llena de sorpresas y momentos inolvidables 🕊️🌹. ¡Nos vemos pronto en esta nueva aventura! 🌅📜💕

📖💕 ¡GRACIAS por acompañarme siempre! 🙌📖✨