SÉPTIMO libro de la serie ENTREGANDO MI CORAZON.
Soy hija de unos padres que viven de las apariencias y el egoísmo. Lo único bueno en mi vida es mi hermanita y lo único que busco es extender mis alas recortadas y volar. Conocí al primer amor de mi vida y a los pocos días lloro su partida. No creí que el mundo daría vueltas y me daría una enorme sorpresa. Ahora tendré un hijo y gané un enemigo tan caliente que me enloquece. No sé si lo quiero ahorcar o besar... o ambos.
Soy un cínico, ocultando todo mi tembloroso ser detrás de un muro de prejuicios y unas espinas de desconfianza. Eso es lo primero que aprendí en un mundo donde nadie da la cara por los más indefensos. Hasta que tuve una pequeña familia y una vez más la vida se encargó de arrebatármelos uno por uno. Ahora solo me queda mi ahijado y pelearé por él. No importa lo bella, exquisita y perfecta que sea mi oponente, no perderé mi corazón... o ¿ya lo perdí?
La historia de Lucy y Andy.
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LUCY (CAP. 16)
El aludido se sorprende, pero no le dirá no a la mayor de la familia. Obendientemente trae una silla, se sienta y delante de él va poniendo cosas para comer. Yo solo lo veo de reojo, no quiero mostrarme interesada. Me lo repito a cada rato, "no estoy interesada".
^ Come hijito, seguro acabas de llegar y el avión no sirve tan buena comida como la que tenemos.
La abuela incluso toma su mejilla y le da un peñizcon suave. Todos estamos con risas contenidas. El hombre tose un poco, agradece y se lleva un rollo de canela con crema y pecanas a la boca. Su rostro le cambia completamente. Atrás quedó su semblante oscuro, para sacar a relucir su niño interior disfrutando de su golosina favorita.
× Bueno, parece que tendremos que tumbar una pared para encajar una mesa más grande.
Layla no lo dice en broma, ya que mira los alrededores y le consulta a Resse. El invitado vuelve a toser y después de prácticamente aspirar un segundo rollo, continúa a lo que vino.
* Sra. Ogayar, vengo en representación del bufete K&E. Mis compañeros no dieron muchos detalles, solo que las empresas Ogayar ya no querían contratar nuestros servicios. Quería saber si hay algo que puedo hacer, para limar asperezas. Soy sincero, no adulador, ya que uds son un gran activo para nuestra empresa.
Su franqueza es atractiva. "Maldición, Lucy. Manten las hormonas controladas".
-* Bueno, tuvimos la visita de una prima y ellos no abordaron el tema discutido con temple y profesionalismo.
Gracias, pero no gracias, Lily. Ahora tengo nuevamente su atención y esos ojos que queman en mi rostro.
Antes de que él pueda responder, Veyvey y Mimi regresan a la sala con una nueva fuente de tocino y huevos. Se perdieron la llegada del invitado. Estaban sonriendo, dejando la gran bandeja y lo ven por primera vez. Rápidamente sacan expresiones serias. Agarran sus sillas y se ponen a ambos lados de mi, pidiendo que les hagan espacio. Se sientan con la espalda recta y encaran al invitado. Yo me sorprendo por su actuar.
El hombre guapo también los observa y achica los ojos, mientras se limpia las comisuras de los labios con la servilleta de tela. Todos los demás parece que estamos en un partido de pin pon, mirándolos de ida y regreso.
^^ Buenos días, sr. Thomson. Es un gusto volver a verlo.
Harvey y Camille hablan al mismo tiempo, con serenidad, ¡como si no hubieran dejado caer una bomba!. Layla me mira y esta vez soy consciente de su mirada. Asiento a su mensaje silencioso, "tranquila".
* Sr. Spencer, Srta. Paulsen. Es una sorpresa volver a verlos. Entonces, no es cierto que aceptaron ser abogados de los más ricos del mundo.
Los chicos solo se encogen de hombros y les sonrío. Esa lealtad a sus principios no se compra. No puedo quedarme callada por más tiempo.
- Andy Thomson...
Lo miro con expresión fría. Atrás quedó la mirada apreciativa que le di. La mirada de él no cambia, sigue quemándome.
* No creo conocerla, sino la recordaría Srta...
- Lucy. Lucy Keynes.
Y se rompió la armonía de la mesa.
