En el reino de Altravia, Selene, una princesa atrapada entre el deber y su corazón, se ve obligada a buscar esposo para salvar su linaje. Sin embargo, lo que comienza como un juego de alianzas políticas se complica cuando se enamora de Ascensio, un joven cazador con un secreto oscuro e inconfesable: cada noche de luna llena, una maldición lo transforma en un hombre lobo.
Mientras Selene lucha por descubrir la verdad detrás de los rostros sonrientes de sus pretendientes, Ascensio se enfrenta a su propia naturaleza monstruosa, intentando proteger a la mujer que ama. Pero en las sombras del bosque, fuerzas más oscuras conspiran para desatar una tragedia que podría cambiarlo todo.
Un romance prohibido, intrigas cortesanas y un misterio sobrenatural se entrelazan en esta historia de amor, ambición y redención, donde la luna ilumina tanto los secretos como las verdades más ocultas.
¿Lograrán Selene y Ascensio superar las barreras que los separan, o sucumbirán al peso de sus destinos cruzados?
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Capitulo 15: Fuego y Tormenta, Los hijos del Viento
La atmósfera en el Nexus comenzaba a cambiar. La tensión que había definido cada paso del grupo se transformaba en algo más complejo, una mezcla de incertidumbre, alianzas emergentes y emociones no resueltas. Lilith, se había desvanecido, dejando al grupo con más preguntas que respuestas. Ahora, los protagonistas tenían que decidir cómo actuar frente a lo desconocido, sin depender de las sombras del pasado, sino enfrentando directamente los retos del presente.
Durante su avance por el Nexus, Selene observó cuidadosamente. Había algo, una persona, era una mujer, una energía diferente a la de sus otros compañeros, algo fresco, casi revitalizante. Sin embargo, su humor ácido y sus frecuentes roces con Adrian y Mael no ayudaban a generar confianza.
"¿Siempre eres así de encantadora, o es solo tu método para romper el hielo?", preguntó Adrian con una sonrisa tensa después de que la mujer se burlara de su habilidad con la espada.
"El hielo no necesita romperse si sabes caminar sobre él", respondió, su tono tan frío como su metáfora. Luego giró hacia Selene, su expresión suavizándose. "La princesa entiende a qué me refiero, ¿verdad?"
Selene asintió, aunque no estaba del todo segura de por qué. Pero no podía negar que la presencia de ella era un soplo de aire fresco, algo que alteraba la dinámica predecible de su grupo.
Tras un rato y salir del Nexus, el paisaje que encontraron no era el esperado. Se hallaron en un vasto horizonte donde una ciudad flotante se alzaba sobre enormes pilares que parecían ser de cristal brillante. Las nubes se arremolinaban a su alrededor, y el cielo estaba teñido de colores cambiantes, desde un anaranjado cálido hasta un azul profundo.
Mael se detuvo y miró la ciudad con una mezcla de asombro y desconfianza. "Nunca he oído hablar de este lugar. ¿Qué tipo de magia puede mantener algo así en el aire?"
"No es magia", respondió la misteriosa mujer, su tono ligeramente condescendiente. "Es tecnología antigua. Este lugar fue construido por una civilización que desapareció hace siglos. Lo llaman Skyreach, y si las historias son ciertas, aquí se forjaron las armas más poderosas que jamás hayan existido."
"¿Por qué estamos aquí?", preguntó Ascensio, quien se hayaba detras de Selene, su tono era más reflexivo que desconfiado.
Eira sonrió. "Porque aquí es donde se decidirá su destino, y el de todos nosotros."
Al acercarse a la entrada principal de la ciudad, fueron recibidos por un grupo de guardianes. Estas figuras, humanoides pero claramente no humanas, estaban cubiertas de runas brillantes y parecían estar hechas del mismo cristal que sostenía la ciudad. Uno de ellos dio un paso al frente y habló con una voz resonante.
"Solo aquellos con corazones sin fisuras pueden cruzar las puertas de Skyreach. Los demás serán juzgados."
Antes de que pudieran responder, una fuerza invisible los separó, llevándolos a diferentes partes de la entrada. Selene fue llevada al centro de un círculo de cristal donde su reflejo apareció ante ella, pero este reflejo no era exacto: era una versión de sí misma que parecía estar formada de energía pura, un eco de lo que podría llegar a ser.
"¿Estás lista para ser juzgada?" preguntó la figura, su voz similar a la de Selene, pero más potente, casi celestial.
Cada miembro del grupo enfrentó un juicio único. Selene tuvo que enfrentarse a la duda que siempre había sentido sobre su capacidad para liderar. Vio imágenes de su reino cayendo en ruinas bajo su mandato, pero también visiones de un futuro brillante donde su decisión podría salvar a miles.
Ascensio luchó contra su lado más oscuro, viendo reflejos de sí mismo como un hombre lobo completamente descontrolado, destruyendo a aquellos que amaba. Adrian se enfrentó a la sombra de su antigua vida, la traición de sus aliados y la constante pregunta de si valía la pena luchar por un futuro diferente. Kael, por su parte, tuvo que revivir la muerte de su primer amor, enfrentándose a su mayor fracaso y aceptando que no podría salvar a todos.
Eira parecía inmune a este juicio, aunque sus ojos brillaban con una intensidad que Selene no había visto antes. Cuando se reunió con el grupo tras el juicio, simplemente dijo: "Bienvenidos al otro lado. Lo difícil comienza ahora."
En el corazón de Skyreach, los guardianes revelaron la verdad: el equilibrio del mundo estaba en peligro no solo por los conflictos internos de los reinos, sino por un grupo conocido como los Hijos del Viento. Estos individuos, descendientes de los antiguos habitantes de Skyreach, buscaban recuperar el control de las armas antiguas para dominar el mundo desde las alturas.
"Si no los detenemos", explicó uno de los guardianes, "volverán a desatar las tormentas que una vez destruyeron todo lo que conocíamos."
Este nuevo enemigo no solo era poderoso, sino también complejo. Sus motivaciones no eran puramente maliciosas, creían que la humanidad había fallado y que solo bajo su guía podría alcanzarse un nuevo orden. Selene y su grupo se enfrentaban no solo a una amenaza física, sino a un dilema moral ¿estaban realmente luchando del lado correcto?
La tensión llegó a un punto crítico cuando Mael sugirió que deberían aliarse temporalmente con los Hijos del Viento para entender mejor sus objetivos. Esto provocó una discusión acalorada con Adrian, quien consideraba cualquier colaboración como una traición a su misión.
"¿Quien eres realmente, Mael?", espetó Adrian, su tono lleno de furia contenida.
"Soy... el que esta detras de todo", respondió Kael con frialdad,dejando caer su piel de lobo, y posteriormente su rostro empezo a derretirse, mostrando su verdadera identidad, Darius.
Selene, atrapada en el medio, quedo en shock, su mente se dividio en miles de fragmentos. La conexión que sentía con ,Mael, su amor, estaba contrayendose mas y mas en su interior.