"Ser una cobarde en el amor, ¿te puede costar tu propio corazón? Freya seguirá huyendo de sí misma."
Tendrá que decidir entre el amor o la pasión
Descubre lo que sucederá 🤓
Esta historia es solo amor entre chicas
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Capítulo 6: ¿con las dos?
La tensión en el aire era palpable. Al principio, el ambiente estaba cargado de incomodidad, pero a medida que los tragos iban cayendo, la atmósfera se fue relajando. Pasamos de ver una película de terror a una de romance. A mi lado, Min-ju, y al otro, Charlotte. Me sentía atrapada entre esas dos mujeres intensas y apasionadas.
Min-ju se acercaba a mí con una sonrisa seductora, tomándome la mano o recostándose en mi hombro. Charlotte, por su parte, respondía con una mirada desafiante, como si quisiera que Min-ju diera un paso más. No me molestaba en absoluto, pero era algo estresante tenerlas tan cerca, tan constantes.
Para intentar relajarme, tomé unos shots de tequila. La botella estaba casi vacía, y mi mente comenzaba a sentirse algo aturdida por el alcohol.
—¡Diablos! La botella se acabó —comentó Charlotte, con una sonrisa irónica.
—Creo que tengo otra en la alacena. Déjame ir a buscarla —respondí, pero Charlotte me interrumpió.
—No, tranquila, yo voy por ella —dijo , con voz suave y seductora.
Su tono suave y su mirada me hicieron sentir un escalofrío. Mientras tanto, Min-ju, algo sonrojada por el alcohol, parecía tener una intensidad difícil de ignorar.
De repente, aprovechó la oportunidad para subirse a mi regazo. —Ya no puedo soportarlo, bésame —susurró con voz ronca.
Sus labios tocaron los míos, y el dulce sabor a fresa me mareó momentáneamente. Nuestra respiración se hizo más pesada, y mi mano, sin querer, se deslizó entre sus piernas. La tensión entre nosotras era palpable, y podía sentir la mirada de Charlotte sobre nosotras.
—¡Ups! Yo aún sigo aquí, chicas —dijo Charlotte, su voz firme y mirada intensa.
Me sorprendió verla tan molesta. No solía comportarse de esa manera.
Charlotte no tardó en sentarse entre mis piernas, besando mi cuello con una pasión que me recorrió como un escalofrío. No era la primera vez que sucedía. En los primeros días de la universidad, Charlotte y yo habíamos explorado nuestra conexión, pero luego dejé claro que no buscaba una relación. Ella había aceptado, pero ahora... todo parecía haber cambiado.
Sus besos en mi cuello se intensificaron, y sus labios, suaves y cálidos, llegaron a los míos. El beso fue profundo, casi frenético. Su sabor a cereza me hizo perder el control, y antes de darme cuenta, ya no podía distinguir entre el deseo que sentía por ella y por Min-ju.
Aunque mi mente me gritaba que me detuviera, mi cuerpo respondía con el mismo anhelo. No pude evitar seguir besándola, mientras sentía la mirada de Min-ju clavada en nosotras, llena de intensidad.
La interrupción de Min-ju fue inevitable. En un movimiento rápido, se separó de mí y tomó su lugar, sin perder su mirada desafiante.
Era como una batalla sin reglas para ver quién ganaba mi atención. Ninguna de las dos estaba dispuesta a ceder, y la tensión entre ellas aumentaba, al igual que el deseo que ambas parecían tener por mí.
Mi cabeza ya no podía pensar con claridad. El deseo me estaba consumiendo, y sin pensarlo más, propuse lo que parecía la idea más loca de todas.
—Vamos a la cama —dije, sonriendo coquetamente a las dos.
Se miraron en silencio, intercambiando una mirada cómplice, y asintieron. No necesitaban decir nada más.
Sabía que esto era una locura. Pero mi cuerpo, mi deseo, no parecía tener intención de detenerse. Solo pensaba en estar con las dos. Solo mi mente me decía que era una mala idea, pero mi cuerpo no podía dejar de anhelarlo.
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