La Mafia Italiana se ha expandido por muchos territorios, grandes grupos se han querido poner al nivel de una de las mafias más temidas, donde nuestro Mafiosos, asesinos por naturaleza han ido evolucionado con el paso del tiempo…
La Mafia 'Ndrangheta reaparece con gran fuerza, la conservación de territorios para la distribución de la nueva droga tan esperada, con un aditamento muy especial, que no puede ser detectado, ya que estarían cayendo en la ilegalidad de su consistencia.
Los enemigos desean tanto ser poseedores de la droga “Demon´s Damus” donde se necesita documentación legal pasando como medicamentos para un hospital “Vita Nostra Hope”…
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Capitulo 15
Elena:
Elena: No eres tan inteligente como creía.
Entrecerró los ojos, dando un paso más, podía sentir su respiración, no quería provocarlo, Dimitri si era de temer, con él ni de broma le hablaría como lo haría con Guido.
Elena: Como Fiscal Suprema, tengo toda la autoridad para establecer leyes para la mafia.
Dimitri: ¿De que hablas?
Elena: Así como tú te has atrevido a meter en el hospital dro..ga como medicamento, tengo el poder para hacer Leyes de la Mafia.
Enredó sus dedos en mi cabello atrayéndome hacia él, metí mis manos tocando su abdomen, pero sus labios se fueron hacia mi frente presionando con fuerza. Se apartó bajando la mirada hacia mi. Me soltaba el cabello con una sonrisa que parece que le gustó lo que le había dicho.
Dimitri: Nunca te haría daño.
Elena: Ahora lo dudo. ME APUNTASTE CON UN ARMA.
Dimitri: Lo volvería hacer si veo que tienes dudas.
Crucé los brazos, si, como supuse, Dimitri no juega con esas cosas, podía pasarme cualquier cosa, hasta desplantes o niñerías mías, pero tratando de negocios las cosas cambiaban. Cada uno estaba echado a perder a su manera, la diferencia es que por el giro que tienen en sus negocios no podían confiar ni en su misma sombra.
Tomé la carpeta negra con todo lo que tenía en su interior, la abracé mirando directamente a Dimitri, tenía que mantener mi confianza en ellos, no podían dudar de mi en estos momentos si estoy aquí es por algo que ellos así lo decidieron. Caminé hacia la puerta, era momento de empezar a prepararme para la salida con las chicas, abrí la puerta.
Dimitri: Elena.
Di la media vuelta, viendo como Dimitri guardaba su arma, rodeaba la mesa tomando el respaldo de la silla sentándose, sacó la cajetilla de cigarrillos encendiendo uno, señaló si quería uno, negué con la cabeza, la dejó sobre la mesa inhalando a profundidad. Sacó el humo mirándolo.
Dimitri: ahora nos perteneces.
Elena: ¿Cómo?
Dimitri: si fueras más inteligente hubieras leído las clausulas de lo que acabas de firmar.
Entrecerré los ojos, ahora usaba mis mismas labras. Abrí la carpeta…
Dimitri: No eres de mi propiedad, pero al firmar, te hace parte de nosotros, y la confidencialidad es muy importante entre Abogado- Cliente. Eso tú nos lo has enseñado. Así que antes de informar a Bastian de algo, de cualquier cosa, pasa primero ya sea con Daemon, Guido o conmigo. Si descubro que sale información que Bastian no debe saber, tendrás consecuencias.
Elena: Quedamos que se le debe informar, él siempre debe estar al tanto.
Dimitri: Ya no de lo que pase entre nosotros. No te digo que no le informarás.
Le dio un toque al cigarrillo, sonrió sacando el humo, se levantó caminando hacia donde me encontraba que era la salida, se acercaba demasiado a mi, nunca me había sentido intimidada por nadie, pero Dimitri no me la estaba poniendo para nada fácil, es de esos hombres más buen del mundo pero en un dos por tres pasaba a ser el demonio que muchos tenían, no lo había en su máximo esplendor, pero ya con lo que estaba viendo me era suficiente. Reposó su mano sobre la puerta, escuché que la cerró sin tanto ruido, dejó un beso pequeño en la punta de mi nariz…
Dimitri: si llego a descubrir, que le informas a Bastian de algo que no debiste, no habrá segunda oportunidad. Estas hecha para la convivencia con nosotros, lo veo Elena, tienes potencial, pierdes el control muy fácilmente, no cedes, no le temes a muchas cosas.
Reposó su mano sobre mi pecho, parpadeaba sin entender lo que estaba haciendo, si la Willow lo viera haciendo esto, me saca los ojos por culpa de él, cerró sus ojos respiró profundamente, no lograba siquiera moverme…
Dimitri: tu sangre fluye con mucha fluidez, no da paso a contralar su fluido sanguíneo.
Abrió los ojos mirándome, tenía los ojos dorado con rojo, era impresionante mirarlo de esta manera. Mi pecho subía y bajaba.
Dimitri: tu corazón está intranquilo, no es por mis palabras, no es por la manera en que te miro, ese dolor que aun llevas, lo puedes sanar.
Apartó su mano lentamente reposando sobre la puerta, me tenía acorralada, sonrió demostrando quien era el que mandaba aquí.
Dimitri: Estas advertida Elena, ahora trabajas para mi, Bastian sigue siendo tu jefe, pero no de la misma manera que nosotros. Lo que pase, aquí se queda. ¿entiendes?
Asentí con la cabeza, ni de loca decía que no, se apartó dando solo dos pasos hacia atrás sin apartarse mucho.
Dimitri: Alana vendrá pronto, ella tiene el mismo contrato que tú, la advertencia fue la misma, cada uno tendrá su momento con Alana, hay momentos que tendremos que aprender hasta de ella de como ir trabajando todos en equipo.
Elena: Trabajo para ti, no para los demás.
Sonrió asintiendo con la cabeza, ni que me ponga a trabajar con Guido por que eso ya era otra cosa.
Dimitri: Desde este preciso momento, al firmar ese contrato, tendrás una habitación en cada una de nuestras villas, la nuestra, en la de Daemon y hasta en la de Guido.
Rodé los ojos, lo miré como alzaba sus cejas en forma de juego, pasé de sus palabras, abriendo la puerta, salí cerrando, reposé mi mano en mi pecho, podía sentir mi corazón que estaba por salirse si no lograba controlar lo que acaba de suceder, una de las chicas de limpieza pasaba, me acerqué a ella interponiéndome en su camino.
Elena: ¿Sabe donde puedo encontrar al señor Guido?
Chica: Debe andar en el laboratorio.
elena: ¿Dónde queda?
La chica me cedió el paso, pero no tenía idea, le cedí el paso recibiendo una sonrisa por parte de ella, caminaba junto a la chica, esta villa era demasiado grande y en una de esas podía hasta perderme, aunque no entendía por que tan grande y tanto pasillo, aquí solo estaban Willow y Dimitri y cuando se les ocurría a los demás pues igual aquí estaban. Se detuvo señalando que este era el lugar. Agradecí a la chica, pero sus puertas por l que veía eran hasta con códigos para entrar. Me acerqué viendo que estaba solo, al menos eso era lo que pensaba. Lo veía sentado agregando unos líquidos a una de sus armas, se le notaba concentrado. Levantó la mirada pero no para mirar hacia la puerta, sino a la tonta Natalie que pasó su mano por su cuello dejando un beso en su mejilla, él la empujó con su hombro sin tener otro tipo de respuesta para ella. Desaparecí de la vista de la entrada.
Tenía que armarme de valor, era ahora o nunca, mis dudas eran cada vez más grandes, pero todo este tiempo en verdad que por mi mente pasó que fuera Gino que me había tenido ese detalle jamás pensé que pudiera ser Guido, ¿Cómo pudo saber cosas que casi nadie sabía? Solo Alexander que a él nunca le oculté nada. Lo que quería saber de mi, siempre le respondía y sino él mismo se daba cuenta de ello.
Respiré profundo cuando me asomé hacia la puerta, Natalie se percató de mi presencia, lo tomó de la quijada dejando un beso en sus labios, los miré como quisieran entrar el uno dentro del otro.
TOC!! TOC!!!
Guido se apartó mirando hacia la entrada, la sonrisa de Natalie no la podía negar que era para ella su gran triunfo que los vea, en cambio Guido se puso de pie acercándose, puso algo que se deslizó la puerta.
Guido: ¿Qué necesitas?
Lo empujé pasando de su palabras pasando por debajo de su brazo, todo este lugar estaba lleno de armas, podías ver bastantes por la pared enfiladas y hasta con el área de cada uno de sus nombres, había muchas sobre la mesa y otras que nunca había visto en mi vida,
Natalie: Esta no es tu área. No debes estar aquí.
Pasé de Natalie, no tenía ganas de pelear y menos de escuchar su tonta voz que me lastimaba los oídos, la puerta se deslizó mirando a Guido que solo estaba esperando que dijera algo.
Elena: Podemos hablar.
Guido: Habla.
Caminó de regreso a su lugar, se sentó tomando el arma que tenía hace un momento, dejó caer unas gotas sin dirigirme una sola mirada.
Elena: A solas.
Levantó la mirada, sonrió negando con la cabeza, Natalie se sentó sobre la mesa, esperando a que hablara, pero por esta ocasión no quería hacerlo frente a ella, lo que tenía que hablar, era solo cosa de nosotros dos, a nadie estaba dispuesta de hacer que me escuchara.
Guido: Natalie, tiene cosas que hacer aquí, si quieres venir más al rato sería mucho mejor.
Pasé la mirada hacia ella, movía su pie tan divertida a las palabras de Guido, me imagino que ya habían hablado muy bien por la manera que se entendían. Para Guido ni existía, podía saberlo a la poca importancia de mi presencia frente a él que no hizo por dejar ni un solo momento el arma, abrí un poco la carpeta tomando la pequeña tarjeta, él estaba terminando de armar su arma, caminé directo hacia su lugar, podía sentir la mirada de Natalie que en ningún momento la apartó de mi, son de esas miradas que te quieren acabar sin importar que pudieran lastimar a otra persona, levantó su arma apuntándome, él me miró cuando dejé la tarjeta sobre la mesa frente a él. Bajó la mirada hacia la tarjeta.
Elena: Mejor otro día hablamos.
Di la media vuelta, caminé hacia la puerta, tuve la necesidad de voltear hacia Natalie haciendo señal que abriera la puerta, de un salto felizmente se bajó apresurándose a poner un código, la puerta se deslizó.
Guido: Sal Natalie, déjame a solas con Elena.
Cerré los ojos con fuerza, al escuchar sus palabras.
Natalie: Pero tengo que hacer las tomas.
Guido: Luego las haces, ahora vete. Cuando termine te aviso.
No quería mirar hacia Guido, pero mis ojos estaban llenándose de lagrimas, ante su proceder de aceptar hablar conmigo antes que dejar a Natalie aquí. Pasó de mi lado rosando con mi hombro, salió viendo como se deslizaba la puerta.
Guido: HABLEMOS.
TUN..TUN.. TUN.. TUN.. TUN..
Esta vez si, se iba a salir por completo mi corazón.
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