La Princesa Villana

Luciel lleva de la mano a Diana, ella solo lo sigue Pero ya han llegado al palacio.

-Luciel, podrías detenerte.

-Si, lo siento, es solo que te esperaba en la puerta del palacio y no llegabas, fui a buscarte y cuando te Vi le tapabas los ojos a... Él...

-Es tu hermano verdad?, es igual a tu padre.

-Si, esa es otra historia, Diana sé que este matrimonio no te fue consultado, te juro que lo quiero que quiero estar a tu lado, yo...

Diana pone sus manos en el rostro de Luciel, el solo la abraza y quedan frente a frente, él es alto y ella lleva su traje que hace que Luciel sienta su cuerpo junto a él.

-Estás celoso por tu hermano? Yo solo te quiero a ti, quería verte y como lo vi de espaldas te confundí, perdóname.

-Lo dices en serio, me quieres?.

-Sí, quiero este matrimonio, quiero estar a tu lado.

Luciel no deja de abrazarla, su rostro en su cuello solo hace desear algo que ha querido desde hace mucho, le da un beso tierno y torpe, ambos solo ríen y van al palacio.

-Luciel, me cambiaré y quiero hablar contigo, es importante.

-Esta bien, yo iré a ver a mi padre para ver si sigue vivo

Diana ríe, solo va a su cuarto donde ya todo está preparado, no contaba que sería llamada al palacio principal.

-Vaya, llegas y no vienes a ver a tu padre

-Majestad, primero fui a cambiar mi ropa.

-Esto lo planeaste tú? ¿Quitarle el trono a tu hermano?

-Yo no hice eso, puedes dárselo, al morir lo dejarás solo a merced de los nobles, lo van a manipular, nombrarán a un regente, y quién será alguno de tus cómplices? ¿Hazlo, condena a mi hermano a la muerte, después de eso quien crees que asumirá el trono, yo? ¿O el gran duque? Él es de la familia real.

Él tiene derecho al trono, pero, sin embargo, me da su apoyo, el no condenará a sus hijos al trono, para que se traicionen.

-pequeña mocosa, quien te crees.

-Diana de Terán, soy Diana de Terán, padre lo sé todo, no hay pruebas, aún así tú peor castigo será morir solo, jamás verás el reino de Thaslis conquistado, esa ambición morirá contigo.

-Tu hermano es el legítimo heredero, deberías ayudarlo, debes casarte y tener hijos asi ellos serán los herederos de Thaslis.

-Asi como tú ayudaste a tus hermanos, quieres que mate a los que me dieron su apoyo, que los traicione, **Una vez lo hice, page por eso** No padre, antes de hacer eso soy capaz de matarte a ti, incluso a mi hermano si el pretende seguir tus pasos.

-Pero lo que dices es traición.

-Traicion es lo que tú hiciste, jamás permitiré que el reino caiga por una absurda obsesión, seré la reina y tú lo único que tienes que hacer es morir.

-Soy tu padre.

-Dejate de ser mi padre la noche en que entraste por mi a mi cuarto, el día en que mi madre murió tratando de defenderme, ese día también murió mi padre, mis padres son el barón Noah y la baronesa Sandra, ellos son mis padres.

Diana sale del despacho, sus caballeros la esperan y el Rey solo intenta detenerla pero es inútil empezar a toser sangre, sus guardias entran y lo llevan a su habitación, ahi la reina lo atiende.

-Mi reina, solo tu estás conmigo, no moriré solo

-Si, aquí estaré **Juntos nos iremos a la oscuridad, tarde o temprano ahí terminaré por mi pecado** Prepararé té, calma el doctor ya viene.

-Esa niña ha cambiado, es ambiciosa, ahora nuestro reino será de Thaslis, cof cof.

-No digas eso, ella sabrá hacerlo.

-Y nuestro hijo.

-Él está bien.

-Quiero verlo, dile que venga.

-Bien, pero cálmate.

El doctor llegaba, pero solo le da poca medicación, su enfermedad es desconocida y no hay nada que hacer.

-Mi reina, el final está cerca, lo siento.

-No se preocupe.

-Usted debe cuidarse, no sabemos si se contagia, usted duerme con él y lo cuida.

-Lo haré.

La reina sabe perfectamente que es lo que tiene, ella misma prepara el té con el veneno, poco a poco estos años lo ha hecho, si nadie ha sospechado es por qué ella también lo toma, solo que tiene el antídoto, aun así llegara el momento en que su cuerpo resentirá el veneno.

-Majestad, mandará a traer al joven príncipe.

-Si, solo por un tiempo, él debe regresar con mi padre, el rey le manda cartas y mi padre no puede negárselas, temo que el haya alimentado esos pensamientos.

-El príncipe estará bien majestad no se preocupe.

-Eso le ruego a los dioses.

Mientras tanto, Dunkan suda frío ante la mirada de Aina, ella camina hacia donde está el, en el camino solo ve venir a la Duquesa quien al verla se inclina ante ella.

-Alteza, Duquesa de Liliana de Lara, sea bienvenida.

-Gracias -Aina la saluda amablemente-

La duquesa sigue su camino, pero al pasar a su lado Aina volte a verla, sus ojos morados son fríos.

-Solo por qué fue antes de su matrimonio con la madre de Luciel es que sigues respirando, sé que estás casada y tu esposo es más que atractivo, te recomiendo no hacer nada.

-He? Jamás fue mi intención, nunca sería capaz de involucrarme en su relación, no se preocupe Alteza.

La Duquesa sigue su camino y Aina llega con Dunkan, quien solo la ve llegar.

-Mi amor.

-Mi amor nada, dónde está nuestra habitación, tienes algo que decirme no es así.

-Si, si claro, es hacia esa dirección

Aina solo le da un golpe con su botín en el pie a Dunkan, él solo la sigue, al entrar ella se cambia y él le cuenta que solo fueron un par de noches, se conocieron en el puerto ella esperaba el barco, una cosa llevo a la otra y ahí están las consecuencias.

-Entonces fue solo una aventura? Eres un zorro, a ver cuántos más parecen.

-Oye! No digas eso, de haberlo sabido.

-Ja, ja, ja, no habrías podido hacer nada, tu tío lo vería como una amenaza y los mataría, ella fue inteligente al no decirte, debes darle las gracias, en esa época hubiera muerto.

-Si lo dices así tiene sentido, tampoco soy un inútil los habría protegido.

-Dunkan no es por hacerte sentir mal, pero sabes en el fondo que no, si así fuera la madre de Luciel estaría viva, la gente es mala, por más que lo quiera así es la vida, me angustia que Luciel se quede aquí, en un nido de víboras, quiero ponerlo en un cofre y llevarlo a casa, es mi niño.

-Sé que lo amas como tu hijo y eso te lo agradezco mucho, yo también quiero llevarlo a casa, pero es tu hijo, nuestro hijo, será un gran hombre.

-Me consuela que tenga un hermano mayor, es idéntico a ti cuando tenías su edad, me recordó cuando eras joven y nos dabas dulces a escondidas, Kiram te perseguía por todo el palacio.

-Si te soy sincero pensé que estarías más enojada.

-Estoy molesta, quien sabe con cuantas mujeres te revolcaste antes de casarte, y sabrá cuántas fueron cuando enviudaste, pero donde aparezca otro niño menor a mis hijos te voy a matar junto con la mujerzuela que se atrevió a tocar lo que es mío.

Dunkan solo abría los ojos porque Aina estaba enojada con una daga en su costado

-Te juro que desde que me case contigo tú has sido la única mujer en mi cama, dios quita esa daga, no te atreverías.

Aina le da un golpe en el costado haciendo que el se siente en el sillón y haga un gesto de dolor.

-Sabes que si, pero pasando a otro tema, cuando es la boda, antes de que el rey se muera o después.

-Que? Como puedes cambiar de tema tan fácil.

-Hay algo más que platicar sobre ese tema, acaso hay más?

-No, claro que no. **Querido dios, que así sea por qué está mujer me mata, tú eres testigo que desde mi matrimonio con ella, le he sido fiel**

-Entonces?

-La boda será antes, el Rey es preferible que este vivo, si muere los nobles podrían ponerse, además que no hay sello legitimo

-Si lo hay.

-Lo has traído.

-Si, también la espada de la reina, la del Rey se quedó por obvias razones.

-Y si después piensan que fue manipulada.

-Eso es magia del templo en el trono, ahí fueron hechas, no hay manera de manipularlas, además solo las entregare cuando ella sea coronada.