Después de un año de lo sucedido todo sufrió un cambio. Emily tratará de detener una inminente guerra entre ambos mundos, pero antes tiene que revelar secretos que le dirán quién es en verdad, pero no será la única que buscará respuestas en esta lucha.
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Capítulo 15 — Amor y Sacrificios
Después del escape de Rid una sorpresa más se hizo presente. Hanabi entro en la habitación junto a su escuadrón que portaba las armas listas para atacar.
— Buenas ¿Llegué tarde? — Dijo con sarcasmo.
— Hanabi — Murmuró Emily.
— Hola, querida Emily — Dijo riendo.
— ¿Qué es lo que quieres Hanabi? — Dijo Lexa.
— Simplemente pasé a saludar y... a exterminarlos — Respondió mientras sacaba unas bombas ocultas en su ropa.
Hanabi lanzó las pequeñas granadas que tomaron con la guardia baja a los Templari. Explotaron y de ellas empezó a salir un humo denso que quitó la visibilidad. Lexa y los demás sólo pudieron esperar a que se disepara el humo.
Los soldados de Hanabi apuntaron, pero antes de disparar Emily se lanzó al ataque. Emily golpeó a Hanabi con todas sus fuerzas, pero fue rodeada por los soldados del sargento.
— No quieras hacerte la heroína pequeña — Dijo él.
El humo desapareció y Lexa juntó a los demás observaron a una Emily siendo apuntada por todas sus armas.
— Dejala ir — Dijo Lexa.
— ¿Por qué lo haría? — Respondió.
— Si no lo haces te mataré — Dijo Rommel mientras salía de entre los Templari.
— Tú... ¿Eres el enamorado de ella? — Dijo riendo — Su gran protector — Agregó.
Hanabi se acercó a Emily que era sujetada por dos de sus soldados, tomo el mentón de la joven con su mano derecha, miró a los ojos a Rommel y posteriormente beso a Emily en la boca. Los ojos de Emily que se encontraban abiertos se fueron cerrando poco a poco; Rommel al ver esto se enfureció y golpeó a Hanabi separándolo de Emily.
— ¿Al caballero no le gusto que besara a su princesa? — Dijo mientras tocaba su rostro.
Rommel iba a atacar a Hanabi, pero Emily lo detuvo tomando su brazo para después mirarlos a los ojos.
— No — Susurro Emily.
— ¿Por qué no? — Cuestionó con cara de tristeza.
— Él me quiere a mi — Respondió ella.
Emily dio un paso al frente y se transformó para hacerle frente a Hanabi que sólo sonreía.
— Como hace años atrás — Dijo él.
— ¿Tanto deseas esto? Entonces ataca —
— No te hagas la víctima ya que tú me hiciste esto —
*Narra Hanabi*
Esa tarde en el colegio recuerdo haber llegado a la cafetería y ver una multitud; al entrar te vi a ti encima de Rose intentando asesinarla, yo al ver esto corrí para ayudar y llevarte lejos de ahí, pero al llegar fuí recibido por un golpe tan fuerte que al llegar al hospital el diagnóstico era que iba a morir.
¿Sabes cómo sobreviví? Esa misma noche apareció un hombre que mencionó tener la solución a mis problemas... así que decidimos tomar la oportunidad y fue cuando mis órganos se construyeron y mi cuerpo mejoró. Fue algo sorprendente que ni los doctores lo podían creer. Semanas después salí como alguien nuevo, alguien que sólo tenía en mente a una sóla persona... tú.
Al pasar los años descubrí que esa persona dejo un regalo más y gracias a eso pude entrar a las fuerzas especiales de la ciudad.
*Deja de narrar Hanabi*
Hanabi tiró su arma y se transformó en un ser más grande que Emily, cuerpo totalmente obscuro, ojos amarillos, colmillos y demasiado fuerte. Emily al ver esto retrocedió un poco. Rommel y los demás se preparaban para pelear, pero fueron acorralados por los soldados de Hanabi.
Emily se lanzó a pelear, pero Hanabi golpeó primero logrando que sangrara de inmediato. La chica no podía creer la fuerza sobrehumana que portaba su rival.
— Es inútil si piensas atacarme; soy más rápido, más fuerte y más peligroso — Dijo Hanabi con una voz que hacía retumbar el lugar.
Hanabi siguió dando golpes que Emily esquivaba para no recibir daño alguno, pero en un descuido él la pateó haciendo que su cuerpo chocará contra una de las columnas y todo comenzará a derrumbarse. Lexa y los demás seguían sometidos por los soldados, pero en un movimiento táctica, Lexa sacó una granada de humo y la tiró al suelo logrando que los Templari dispararán y así eliminar a sus captores.
Rommel corrió con Emily y la tomó en brazos, Lexa empezó a disparar a Hanabi para hacerlo retroceder, pero las balas no traspasaban la piel.
— Lexa, Lexa. ¿No entiendes? Ya veo porque el Vaticano te quiere muerta — Dijo Hanabi.
— ¿De qué hablas? — Cuestionó.
— Erick no era el único que supo del poder que poseo dentro; ellos también lo hicieron — Respondió señalando a los cuerpos inertes de los sacerdotes.
— ¡Mientes! — Exclamó.
— Explica entonces esto — Respondió mientras lanzaba un pergamino.
En el pergamino venía con la orden de erradicar a “la caza demonios” de nombre Lexa por ser altamente peligrosa e inestable; al final del escrito venía la firma del sacerdote supremo del Vaticano.
Lexa no podía creer lo que leía, las mismas personas que la entrenaron, le dieron un hogar y le dieron ilusiones la querían eliminar sin razón aparente.
— Y ahora cumpliré sus órdenes — Dijo Hanabi mientras sonreía.
Emily reapareció y atacó a Hanabi a la par de los Templari que disparaban. Las balas rebotaban en el cuerpo de Hanabi, pero servían como distracción para que Emily pudiera hacer daño; Lexa al ver qué así no podían ganar le dio lo que quedaba de la lanza.
Emily tomó la lanza y la clavó en el pecho de Hanabi, pero de la nada el hierro empezó a quemar las manos de Emily al igual que la piel de Hanabi.
— ¿Qué sucede? — Dijo Rommel.
— Esa lanza está diseñada para matar demonios — Respondió Lexa con la vista perdida.
Emily a pesar del dolor incrustaba más la punta de la lanza en la piel de su enemigo; Hanabi daba gritos que hacían retumbar toda la zona, pero tenían que darse prisa ya que podían quedar sepultados por el templo. Rommel al saber esto miro a Lexa y le pidio ayudar a Emily para que terminará con esto; él levantó la mirada y fue a donde estaba la chica.
— Emily — Dijo él.
— ¿Qué haces aquí Rommel? —
— ¡Vete! —
— No puedo irme hasta verlo muerto —
— Dame la lanza. Si tú mueres no existirá salvación —
— No, Rommel —
Rommel se acercó a Emily y le tomo su rostro, se miraron fijamente a los ojos, su brillo era notorio y sucedió un último beso lleno de amor. Mientras sus labios se acariciaban apasionadamente Rommel tomó la lanza y después del beso, quitó con fuerza a Emily arrojandola a donde estaba Lexa quien la sujeto.
— Te amo — Murmuró para seguir con el trabajo de la chica.
Lexa y los Templari sacaron a Emily del convento; y mientras todo se venía abajo se logró el cometido, Rommel terminó de clavar la lanza en el corazón de Hanabi que empezó a soltar un líquido negro y con olor a putrefacción, posteriormente se empezó a volver cenizas y así como caían los retos del enemigo también caía el templo con Rommel dentro.