EL ABOGADO DE MI CORAZÓN

"QUE HAGO" " DIOS ILUMINAME", Suplicaba Gustavo tratando de despertar a Camila que no se desvanezca del todo.

La alzo en brazos y corrio a su auto con ella llamando a su amigo del sanatorio para que lo espere ni bien llegara.

*Camila

Abrio los ojos parpadeando varias veces tratando de acostumbrarse a la luz. Sintio una mano prendida por la de ella y al mirar con claridad vio una cabellera castaña medio ondulada cerca de su brazo y que le sostiene la mano. Lo movio para despertarlo.

-SEÑORITA... POR FIN DESPIERTA. Le dijo apareciendo el doctor y controlando los monitores que tenia conectado. - ESTA REACCIONANDO BIEN... DEJE QUE LA MIRE. Le dijo el doctor encandilandole los ojos.- MUY BIEN... ¿SE ACUERDA COMO SE LLAMA?. Le consulto, Camila penso un momento y respondio al final.

-Camila. Respondio con la voz en un hilo. El medico sonrie asintiendo. -¿Qué me paso?. Le pregunto Camila que no recordaba nada de lo sucedido.

-El que duerme a su lado... Fue el verdadero heroe para que este con vida... Él la salvo... Se le realizo una pequeña intervención para que su corazón funcione bien. Le explico el doctor de una manera como si fuera que ella no entendia. Ella levanta la manta notando que tenia vendas en el centro de su pecho.

-¿Hace cuanto estoy aqui?. Pregunto Camila.

-Paso unas cuantas horas... Le haremos los estudios. Le responde el doctor.

Al rato siente que el bello durmiente se despierta.

-Camila. Susurro Gustavo al verla despierta.

-Te debo la vida. Le dijo Camila mirandolo a los ojos a Gustavo.

-Hice lo que cualquiera hubiera hecho. Le respondio. Ella sin soltarle la mano le respondio.

-No cualquiera... Gracias. Le dijo curvando apenas los labios. -¿Qué me paso?. Pregunto.

Gustavo frunció el ceño, ella no se acordaba.

-Tú ex... Te ataco... Te suministro una droga con una jeringa... Eso te acelero tus palpitaciones... Y jamás dijiste que sufrias del corazón... Te traje aqui... Use mis influencias para que te atiendan. Le responde Gustavo.

-Cariño... Por fin despiertas... Me alegro que estes bien. Le dijo el señor Goicochea haciendose presente con un par de tazas de cafe que pasa a Gustavo.

-Siento una laguna... No me acuerdo de lo sucedido. Aclaro pensativa.

-Mi cielo... Eso no debe preocuparte... Ya no te molestara mas... Cumplira una larga condena tras las rejas. Le conto el señor Goicochea. - Ire a hablar con el doctor. Le dijo dejandola con Gustavo.

-Gus... Hay algo que no me estas diciendo. Le consulto Camila mirandolo.

-No... Me preocupe por ti. Le dijo.

-Aja. Le respondio sin quitarle la mirada y el suspira pesado antes de decirle.

- Me sugirieron... Que debia... Hacerlo contigo... Y no lo considere correcto... Preferiria que estes lucida... Y que estes de acuerdo... No obligaria a ninguna mujer de ese modo... Corri el riesgo y tuve miedo de que mi decisión te cueste la vida. Le confeso Gustavo.

-Gracias Gustavo... Lo aprecio. Le dijo Camila.

-Nos deja un momento... Le haremos los controles. Le dijo el doctor y Gustavo se incorporo saliendo de la habitación.

-¿Cómo la viste?. Le pregunto el señor Goicochea.

-No se acuerda de lo sucedido. Le responde Gustavo.

-Gracias por estar con ella. Cuando nos digan los doctores le diremos si es conveniente o no revelarle la verdad. Le dijo el señor Goicochea al referirse sobre Marcelo. Él habia presenciado la discusión que se produjo entre los dos hermanos y Gustavo le conto que entre Marcelo y Camila se atraían, pero solo llevaban tres dias.

Gustavo suspiro pesado recordando ese dia, él la alzo en brazos llevandola al auto y la traslado al sanatorio a toda velocidad saltandose los sémaforos. El señor Goicochea al recibir la llamada de su amigo se hizo presente en el sanatorio. Sufrieron seis horas esperando una novedad del estado de Camila hasta que salieron del quirofano y el doctor asegurando que su estado era estable, solo debian esperar que despierte. Marcelo aparecio desesperado averiguando por ella, su hermano le relato lo que le sucedio y en vez de sentir compasión por ella, se sentia molesto con Gustavo por verla en ropa interior. Se pelearon, Gustavo tratando de que entre en razón en lo que se centraba en vez de considerar la gravedad por lo que le paso.

RECUERDO

-TE ESTAS ESCUCHANDO... TE DIGO QUE SI NO LLEGABA... ESE DESGRACIADO ABUSABA DE ELLA... Y TE ENOJAS PORQUE LA VI EN PAÑOS MENORES. Ofuscado le encaraba molesto Gustavo.

-ESTUVISTE CON ELLA... Y ME VAS A DECIR QUE NO HICISTE NADA. Le respondio enojado Marcelo cegado de los celos.

-PODIA HABERLO HECHO...PERO POR RESPETO NO LO HICE... LA TRAJE AL SANATORIO... SALVANDOLE LA VIDA... SI ELLA QUISIERA VA A ESTAR CONMIGO. Le respondio indignado por lo que le decia Marcelo.

-LA DESEAS. Acentua la frase Marcelo cegado de ira.

-QUE TIENE SI ES ASI... ELLA TIENE LA ULTIMA PALABRA. Le respondio Gustavo.

-NO QUIERO VOLVER A HABLARTE. Grito molesto Marcelo retirandose del lugar.

-No puedo creer lo inmaduro que es. Musito enojado entre dientes Gustavo.

-Tienes mi gratitud... Si no fuera por tu rápida acción... Mi hija estaría muerta. Le dijo el señor Goicochea que presencio la discusión.

FIN DEL RECUERDO.

*Camila por su parte por primera vez se veia del otro lado del cuadro, ella no era la profesional atendiendo, si no que era la paciente, tuvo las sensaciones y emociones de lo que eso significaba. Y sabia que en esos casos se sabia quienes eran tus verdaderos amigos, en esas situaciones se valoraba quien estaba a su lado. Al ir poco a poco recuperando fuerzas, en sus sueños revive la horrible pesadilla y vio la cara de su salvador. Pero espero a que aparezca el que le tenia patas para arriba en esos minutos de conciencia y no aparecía. Reflexiono con tranquilidad que fueron unos dias maravillosos, pero si por una situación infortunada conocia el otro lado de la moneda, era mejor ahora y no despues. Ya no estaba dispuesta a gastar energia en personas que no la valoraban. Se ve que no era tan increible como pensaba se dijo por sus adentros. Por eso ni se preocupo en preguntar por él, fue amable y agradecida con los que estaban ahi para ella. Sabia la sensación de tener que tomar una decisión sobre la salud de alguien, y que viva o muera era el resultado de esa decisión. Comprendía la aflicción de Gustavo, el torbellino que lo atormentaba, ella habia pasado por eso, tenia una manera de pensar como le habian inculcado para que aquello no le afectara, en cambio Gustavo era una persona ajena a todo ese mundo, pudo elegir el camino corto, pero por respeto se arriesgo al tomar el largo contra todo pronostico, era algo que se debia valorar y mucho.

Pasaron unos dias hasta que los doctores le dieron el alta. Todo ese tiempo Gustavo se mantuvo presente atento a que ella mejore y podia ver la inquietud en su mirada como esperando la pregunta de ¿dónde estaba Marcelo? ¿Por qué no aparecia?. Pero esa pregunta jamas llego Camila le sonreia y le pedia que le contara si vio alguna pelicula o sobre alguna anécdota para trasladarla con la imaginación a otro lugar lejos de eso que la estaba ahogando.

-Ya no aguanto estas cuatro paredes. Era su frase con una sonrisa.

Ese dia del alta Gustavo llego como siempre temprano antes de ir a trabajar y la vio sentada en el borde de la cama cambiada lista para marcharse.

-Hey... Piensas escaparte. Fue su saludo divertido.

-Tu seras mi complice... Ahora entiendo a los pacientes cuando se quejaban de la comida... No quiero ver en toda mi vida gelatina ni esa sopa insípida. Le dijo Camila.

-Ha... Justo te estaba por regalar una torta de gelatina. Le responde en forma de broma Gustavo.

-Sacame de aqui antes que se arrepientan... Prefiero ser la doctora y no la paciente... Es muy agobiante. Le responde Camila.

Gustavo agarró la silla de ruedas y le dijo.

-Su trono la espera milady.

-Ja... Que ocurrencia... Me haces reir... Y aún siento como que me bailaron encima.

-Señorita Camila... Ya piensa irse... Fue una paciente modelo... Queria seguir reteniendola. Le dijo el doctor al ingresar.

-Hay no por favor... Ya gaste todos mis buenos relatos... Quiero irme. Le responde Camila.

-No se sintio bien atendida. Le consulto el doctor poniendo cara de puchero.

-No es por eso... De la atención no tengo quejas... Es de la comida... Debe de hechar a su shef. Le responde Camila.

-En ese caso... Lamento informarle... Que debera seguir una dieta saludable... Ejercicios que a medida que tome fuerzas debe hacer... Y seguir con los medicamentos... Que le anote aqui... Ya no puede comer la grasita asada del cerdo como me conto que le gustaba.

-Que malo...

-Pero puede tomar una copa de vino... Suele ser bueno dicen... En mi opinion una escusa. Le dijo el doctor.

- Y ¿cuánto tiempo me pronostican esta vez?. Le consulto Camila, al oírla Gustavo apretó con fuerza el mango de la silla de ruedas, él no queria oir eso, pero Camila si. El doctor suspiro profundo antes de responderle.

-Le renovamos la maquina... Le hicimos un cambio de tubo para una mejor fluides del liquido que bombea su motor... Asi que si sigue mis indicaciones... Por mucho tiempo... Ahora depende de usted que sea asi. Le respondio el doctor.

-¿En su otra vida fue mecánico?... Siempre sus explicaciones son asi. Le observa Camila.

-La costumbre... La veo como una paciente... Y no como una colega que entiende los terminos. Le aclaro el doctor.

-Gracias doctor... Sere buena... Si eso me saca de aqui. Le respondio Camila.

-Que tenga un buen dia... Su padre esta en recepción con los papeleos de su alta. Le informo el doctor. Camila que era llevada por Gustavo levanto la mano a modo de saludo.

Al salir se encontro con su padre que la saludo con un beso en la mejilla.

-Donde quieres ir. Le consulto.

-Me gustaria estar en la estancia... El aire de ahi extraño. Le comenta Camila.

-Doña Julia siempre pregunta por vos... Me conto que todo esta bien cuidado por ellos... Que no te preocuparas... Ella le hubiera encantado venir... Pero ya sabes como le afectan los viajes. Le cuenta su padre.

-Si pa... Lo se... Ahora solo quisiera ir ahi. Le responde Camila.

-¿Por qué nunca me comentaste que solo tenias diez años de posibilidad de vivir?. Le pregunto su padre que era una pregunta que lo atormentaba desde que los médicos le dijeron de su condición anterior.

-Porque el tiempo es relativo... Mucho mueren por accidentes y no por sus afecciones de salud en sí. Le respondió Camila.

-Siempre haz sido tan practica en esto... Hasta por ti misma. Le responde largando un suspiro pesado. -Si esto no pasaba... Jámas me hubiera enterado... Pero porque no me dijiste para buscar una solución. Insistio su padre.

-Para no tener este tipo de conversación... Y si busque alternativas... Lo tenia todo estudiado. Le responde Camila.

-Bueno... Lo importante que estas mejor... Hay que festejarlo. Le dice Gustavo tratando de darle un giro a la tensión del ambiente.

-Hace frío. Comenta Camila al sentir la brisa acompañada de una fina llovizna.

-Así se mantuvo todo este tiempo. Le respondió Gustavo.

Llegaron al departamento de Camila y ella solo quiso llevar sus cosas no quiso quedar ni un minuto ahí porque revivía la pesadilla.

-Quiero irme de aquí... El aire se siente muy pesado. Comento Camila a su padre y a Gustavo que asintieron ayudándola a juntar sus cosas.

Ellos comprendían de como podía sentirse. La psicóloga que había en el sanatorio les hablo al respecto, les aconsejo que la acompañaran en el proceso. Y que si necesitaba ayuda podía asistir a sesiones de terapia. Pero en muchos casos en que la misma familia si la escuchaba y apoyaba podía ayudarla mucho.

-Hijita... Si lo que viviste te atormenta... Nos aconsejaron que podías asistir a terapia. Le dijo su padre.

-Mi mejor terapia en este momento... Es ir a la estancia... Hablar con la señora Julia y todos los que me aprecian... No voy a permitir que la actitud de ese cambie mi vida. Le respondió Camila al referirse a su ex.

-Ya no tendrías que preocuparte de ese cabrón... Gustavo se ocupó de tirarle todas las leyes encima y el señor Prieto se ocupó de todo el proceso. Le cuenta su padre.

Camila suspiro pesado brindándole una sonrisa a Gustavo. Lo abrazo dándole las gracias.

-Te has ganado una amiga incondicional. Le susurro Camila, él suspiro pesado abrazado a ella, el deseaba que fuera más que amiga, pero no era el momento de plantearlo por todo lo que le paso. Pero una pregunta le rondaba la cabeza, ella jamás le volvió a mencionar, ni a preguntar por su hermano.

Cuando el señor Goicochea salió llevando unos bolsos Gustavo suspiro pesado y le atajo a Camila queriendo sacarse la duda.

-Camila (la atajo antes que se aleje)...

-Quieres venir conmigo... Pues ven... Así vives lo que te conté sobre la lluvia. Le dice Camila adivinando de lo que le quería preguntar. Él sonrió sacudiendo la cabeza.

"No quiero mentirte... No te puedo ver como a una amiga", penso Gustavo.