Amor Prohibido

Fui a hablar con Gabriel, tenía que decirle que yo lo amaba a él, mi corazón latía muy rápido cada vez que pensaba en él y cuando lo veía sentía una electricidad recorrer mi cuerpo, cuando llegue a su manada me encontré con la tal Ashley, está me dijo que Gabriel se había ido pues había encontrado su pareja y estos se habían ido al bosque, a una especie de luna de miel, en ese momento mi corazón se rompió en mil pedazos, como fui tan tonta pues el vínculo de pareja es más fuerte que cualquier otra cosa, salí de la manada sin decir nada, al llegar a casa le dije a mis padres que no quería estar ahí, que nos fuéramos a otro país si era necesario, ellos aceptaron mi propuesta y todos nos desplazamos aún pueblo en Noruega donde la luz del sol solo era vista cada seis meses, al llegar ahí busque donde estudiar, también cumplí mis dieciocho años, pero no tuve un lobo así como me habían dicho que tendría en vez de eso desarrolle una increíble vista, también puedo saltar desde grandes alturas sin hacerme daño y mi superfuerza y rapidez, no pensé que ser un vampiro fuera tan excitante, y con la ventaja que no necesito de sangre humana para vivir, según mis padres es una ventaja de los híbridos, aunque tengo sangre híbrida solo soy un vampiro y uno muy fuerte, seguí mis estudios de arte aún quiero ser una gran artista.

Cinco años después

— Mamá papá les tengo una muy buena noticia. — Llegue emocionada a la casa quería que mis papás supieran que una galería estaba interesada en contratarme.

Al entrar en la sala me encontré con un hombre muy atractivo, sus ojos azules como el cielo mismo, cabello negro, su piel era pálida como la de los vampiros, alto con músculos, este hombre me impactó.

— Hija pensé que llegarías más tarde. — Dijo mi mamá.

— Así es mamá, solo que mi jefe me dio el resto del día libre.

— Está bien, ve a tu habitación y ahora hablamos.

— Katherine no seas mal educada, aún no me presentas a esta hermosa jovencita.

— No creo que sea necesario presentarte a...— Mi mamá se quedó callada no sabía que decir, ya para este entonces sabía que este hombre frente a mi era un vampiro y por su postura es un vampiro de alto rango, se puede decir que es de la realeza.

— Disculpe a mi madre, un gusto mi nombre es Layla Suvillan, la hija menor de Katherine. — Dije extendiendo mi mano hacia este extraño.

— El gusto es todo mío señorita Suvillan, un placer conocerla, soy Dimitri Larsen un viejo amigo de la familia. — Dice aquel hombre de forma tan seductora y besando el dorso de mi mano.

Este hombre es tan intrigante no sé qué era, pero algo me atraía hasta él, era algo que aunque me resultará interesante, me daba mucho miedo, algo me decía huye de él, no es bueno, solo que su hermosa apariencia gritaba mi nombre por todos lados.

Decidí irme a mi habitación y alejarme de aquel hombre, sabía que debía mantenerme lejos de él y al final no le pude dar la noticia a mi mamá, espere a que el olor de ese individuo no estuviera en la casa, para salir de mi habitación, una vez me asegure de eso fui a buscar a mi familia pues ya los había sentido a todos en casa, llegue a la sala y ahí estaban todos sentados mirándose con cara de preocupación.

— Y esas caras? Parece que alguien murió. — Dije burlonamente.

— Layla por favor siéntate. — Pidió mi papá, ahora sí me estaba preocupando, ellos solo son serios cuando algo no anda bien.

— Hija me dijo tu mamá que conociste a Dimitri Larsen? — Pregunto mi papá.

— Así es, cuando llegue a casa el estaba aquí con mi mamá. — Respondí pausadamente.

— Bien hija, se que ya eres mayor y puedes decidir por ti misma, pero te quiero pedir que te alejes de él, no es buena persona y no queremos que salgas lastimada. — Explico mi papá con temor.

— Lo se papá, sentí su mala vibra, él no es confiable. — Respondí con seguridad. — Ahora quien es él? No parece un vampiro común. — Continúe hablando.

— Dimitri Larsen es uno de los vampiros más antiguos que han existido, se podría decir que es de sangre real y toda su vida la a dedicado a buscar un híbrido, como tú, según él si su sangre se mezcla con la de un híbrido, ambos podrían crear un supervampiro capaz de gobernar el mundo.

— Él no sabe lo que soy, yo me he encargado de cubrir mi bien mi olor. Recuerden que es otra de mis habilidades.

— Lo sabemos hermana, solo no queremos que estés en peligro, estamos pensando que lo mejor es irnos de aquí. — Hablo mi hermano con preocupación.

— Eso era de lo que quería hablar, resulta que una galería en Estados Unidos quiere que trabaje para ellos y me han pedido viajar a aquel país.

Mi mamá enseguida dijo que estaba de acuerdo, pues para ellos lo más importante es alejarme de Dimitri, esa misma noche respondí a mi jefe y este se alegró mucho, diciéndome que había tomado la mejor decisión, yo no soy famosa, ni tampoco he hecho muchos cuadros más que los realizados en la universidad, me parece algo raro que alguien se haya interesado en mi, pero es una oportunidad y no pienso desaprovechar.

Al día siguiente lo fui a la galería donde estaba trabajando, mi jefe me recibió con un gran abrazo, no entendía por qué estaba tan emocionado se supone que soy yo la que debería estar así de feliz.

— Layla bienvenida, vamos a mi oficina y te explico lo de la galería en Estados Unidos. — Dice mi jefe.

— Este bien señor. — Caminamos a su oficina, está galería no era tan grande, apenas trabajamos diez personas aquí, pero las exportaciones que presentaban eran fantásticas, había un artista en especial que siempre llamaba mi atención, nunca firmaba con su verdadero nombre, pero su trabajo reflejaba una gran tristeza, era como estarás al cuadro y sintieras haber perdido algo o alguien muy importante para ti, este artista sabía cómo atraparte en cada línea de que trazaba, en cada punto que colocaba, me gustaba mucho, me recordaba a Gabriel y aunque es tonto decirlo, Gabriel está en mi corazón y se que jamás saldrá de ahí.