Raquel Castellano es una adolescente de 15 años, muy dulce y noble.
Le encanta montar a caballo y practica equitación en su hacienda.
Vive con su papá, su mamá y su hermana Laila que es 3 años mayor que ella.
Tobias Lombardi es un magnate de la industria alimentaria, le gusta tener el control de todo lo que le rodea.
Es amargado, tiene un corazón frío, manipulador y despiadado.
Es caprichoso y tiene el Ego por las nubes.
Tobias conocerá a Raquel y quedará enamorado a primera vista, al ser Raquel tan joven tendrá que esperar 3 años para poder hacerla su esposa.
Su matrimonio no empezará de la mejor manera y eso dejara cicatrices emocionales en Raquel.
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capítulo 11
...1 mes después....
...Tobías....
Raquel ha empezado a comer bien y ya no es grosera conmigo. Pero siempre la veo triste así que decidí llevarla de paseo.
— Raquel te llevaré a un lugar.
— ¿A dónde?
— Sólo debes saber que te gustará.
— No quiero ir, no tengo ganas. — Estaba sentada en un sillón observando por la ventana.
— Acompáñame. — Le hablé con voz suplicante y me senté juntó a ella. Le toqué la pierna y se alteró.
— Está bien iré. — Se levantó rápido y fue a cambiarse la ropa. Yo me puse triste, hace un mes que por mucho que lo desee no la tocó pero todavía no me tiene confianza en absoluto.
.....
En el auto le abroche el cinturón de seguridad y nuestros labios quedaron a escasos centímetros, podía sentir su respiración en mi cara.
Raquel se quedó quieta al sentir mis labios tan cerca de los suyos. Yo quería besarla pero ella movió su cara cuando sintió que me acercaba más.
— ¿Todavía no me dirás a dónde vamos?. — Veía por la ventana.
— Ya te dije. Es un lugar que te va gustar. — Me acomodé en mi silla y encendí el auto.
Llegamos a un club deportivo.Todos los que van ya nos conocen, la mayoría estuvieron en nuestra boda. La llevé a los establos.
Raquel observaba los caballos con mucha ternura.
— ¿Quieres montar?.
— Quisiera pero no traje ropa adecuada.
— No te preocupes, yo te la traje. — Le pasé una mochila. No la tomaba así que me acerque a ella y se la coloqué en las manos.
— Ve a cambiarte.
Raquel se fue.
Minutos después salió.
Se veía muy bien con su ropa de montar.
Un empleado le dió el caballo, ella lo monto muy fácil, luego fue a brincar los obstáculos.
Me paré alrededor de las barras de protección y la observaba detenidamente.
Raquel se veía contenta. Eso me hizo feliz también.
— ¿Es tu novia?. — Me preguntó un niño.
— No, es mi esposa. — Le dije sonriendo.
— Tu esposa es muy hermosa. —La observaba mucho, si no fuera un niño me enojaría con el.
No sé cuánto tiempo pasó. Mientras la observaba sentía que el tiempo no pasaba. Raquel se bajó del caballo y lo llevó a los establos.
— Eres un caballo muy listo, ojalá pueda venir más seguido. Así podré jugar contigo.
— Puedes venir cuando quieras. — Pegó un salto al escuchar mi voz.
— No sabía que estabas aqui.— Retrocedió y me observaba con miedo.
— Acabo de llegar. — Me quedé dónde estaba.
— ¿Qué fue lo que dijiste?, no pude escuchar.
— Dije que puedes venir cuando quieras.
— ¿De verdad?. — Sonrió.
Asentí con la cabeza.
— Gracias. — Me miró un segundo y luego vió al caballo. — Vendré todos los días. — Le acarició la cabeza.
2 Semanas Después.
Raquel ha estado saliendo todos los días, mis hombres la siguen y me mandan las fotos de todo lo que hace.
Hoy decidí ir a verla al club.
Después del trabajo me fui para allá.
La encontré platicando muy agusto con el señor Hernán Zaragoza.
El la miraba como un adolescente enamorado.
Y eso me llenó de celos.
